En su relato, durante el juicio contra cuatro coacusados de corrupción gubernamental en el tribunal federal, salió a relucir también cómo la senadora Maritere González recibió dinero del recaudador para saldar sus deudas y luego lo ayudó a cabildear nombramientos en favor de las personas que Anaudi le pedía. 

Los cuatro acusados en este caso son Sally  López, exadministradora de la Administración de Derecho Laboral (ADL); Ivonne Falcón, ex vicepresidenta de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA); su hermana Marielis Falcón, así como Glenn Rivera Pizarro, ex asistente del administrador de la Cámara de Representantes.  

El grupo enfrenta cargos por mal uso de dinero del erario, soborno y conspiración para cometer fraude electrónico.

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Anaudi reveló que sus negocios turbios con el gobierno a través de varias empresas fantasmas se fueron despejando luego del escándalo que sacudió a la judicatura cuando se probó que el juez Manuel Acevedo recibió regalos de Lutgardo Acevedo a cambio de ayudarlo en varios procesos judiciales. Anaudi, que era amigo de Lutgardo, quedó expuesto a partir de entonces.

El recaudador dijo que la espiral de eventos que culminó con la presentación de 14 cargos en su contra de los cuales se declaró culpable, tuvo su semilla en el 2010 con la caída del negocio de celulares. 

En ese momento se puso en contacto con Luis Gerardo “Gerry” García Padilla, hermano del entonces senador y posible candidato a la gobernación Alejandro García Padilla. 

En poco tiempo, Anaudi le demostró a Gerry su capacidad para levantar fondos junto a su amigo Héctor Vargas, quien también se declaró culpable de participar en el esquema, que desplazaron a antiguos recaudadores populares del área oeste.

“Esas personas comenzaron a hacerlo (recaudar fondos para la colectividad) por medio de nosotros”, indicó Anaudi.

Luego el recaudador hizo amistad con el entonces candidato a la gobernación, Alejandro García Padilla,  y le organizó actividades en su casa de siete cuartos, piscina, jacuzzis, teatros y gimnasio frente al mar. Para su beneficio logró acumular entre $250,000 y $300,000. 

También entabló amistad con Jaime Perelló, quien se quedó a dormir en su mansión como “siete u ocho veces”, una de ellas cuando Anaudi ni siquiera estaba en el País. Para él recaudó durante la campaña unos $75,000.

El hoy convicto indicó que más adelante esa relación que entabló con Perelló fue la que le permitió mercadearse como uno de los más “rankeados” en el Gobierno, lo que a su vez fue como la varita mágica que le abrió las puertas a hacer propuestas y recibir contratos.

Tal fue su prestigio y poder, que luego de que el PPD ganará las elecciones llegó a recibir entre “200 a 350” resumés de personas que querían laborar en el Gobierno y buscaban de su bendición.

Pero ganar una elección no borra las deudas de los partidos, así que a partir de enero de 2013, Irving Faccio ,  director de campaña de  García Padilla, estableció una pirámide en que el “grupo íntimo” que integraba el comité de finanzas debía  conseguir otras cinco personas que tenían que aportar $5,000. 

Gracias a eso lograron levantar entre $700,000 y $800,000 para el partido, afirmó. 

Asimismo, Anaudi reveló que recibían dinero en efectivo de personas que ya habían sobrepasado el límite establecido por ley. 

Para pasar bajo el radar, contó Anaudi que se ponían los donativos a nombre de familiares o de “otras personas”.

El inicio ayer del testimonio de Anaudi sirvió para aclarar ciertos puntos como por ejemplo, quien pagó la factura de la comida y la bebida la noche del 4 de mayo de 2013 consumidos en la suite del Gobernador en el Choliseo, como parte del festejo de su cumpleaños. Según afirmó, la cuenta estuvo a cargo del exsenador Eder Ortiz.

Esa noche estuvieron allí entre otros Sally López y su esposo, Ivonne Falcón con Sonia Barreto, Jesús Manuel Ortiz y su novia, Luis Castro y su esposa y, Pedro Ortiz hijo.

Anaudi dijo que en circunstancias normales no serían las personas con quienes compartiría su cumpleaños pero estaban “en proceso de hacer negocios con el Gobierno”.

Indicó que Perelló trató de acomodar a Xavier González como director de ADL. 

Pero Gerry  dio instrucciones de no colocar en puestos directivos a nadie que hubiese trabajado con administraciones anteriores. 

González trabajó en un cargo bajo la gobernación de Luis Fortuño, pero no se detalló cuál. Pasó entonces a ser el director administrativo de la Cámara de Representantes y fue quien autorizó un contrato con Anaudi. 

González se declaró culpable de su participación en el esquema. 

Perelló sometió otros dos nombres para ADL y ninguno pasó el cedazo del hermano del mandatario, según  Anaudi. Fue entonces que se sugirió poner en el cargo a Sally. 

A partir de allí Anaudi y Eder se reunieron con Maritere, quien debía  convencer a sus compañeros senadores de votar a favor. 

Anaudi alegó que Sally sabía de todos estos esfuerzos para confirmarla. 

En el transcurso de su relación con Sally, Anaudi y sus socios le regalaron tres carteras marcas Carolina Herrera y Ferragamo, unos zapatos, un celular, así  como taquillas para conciertos. Las cenas, almuerzos y desayunos juntos, siempre los pagaba Anaudi o sus socios.

Sally cumplió con lo que ellos esperaban y los ayudó con varios contratos. Esto lo sabían el asistente de Sally, Kenneth Pérez y la esposa del presidente cameral, Rosa Perelló. 

Más adelante se dividían las ganancias como buenos amigos de los contratos con las agencias. 

El juicio continúa hoy en la sala del juez federal Pedro Delgado.