La región este de la Policía confeccionó varios planes de trabajo para prevenir una oleada de crímenes violentos que se anticipa podrían desatarse a raíz del arresto esta mañana del fugitivo al que se le imputa la quinta matanza del 2013, ocurrida frente a un negocio en el casco urbano de Aguas Buenas y que cobró la vida de cuatro personas y dejó el saldo de seis heridos.

 José A. Gómez López, de 29 años, apodado “Coco”, que fue detenido mediante confidencias por agentes adscritos a la División de Inteligencia Criminal del área de Caguas en conjunto con alguaciles federales, controlaba el narcotráfico en la zona este del país tras convertirse en sucesor del sanguinario narcotraficante Jaime Dávila Reyes, alias “Peluche”, arrestado por las autoridades federales en febrero del 2012.

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“Ahora sí que van a hacer fiesta… tienen que tener cuenta”, les advirtió el delincuente a los agentes que lo pusieron bajo arresto al asegurarles que correrá la sangre como producto de una guerra para ocupar su posición en el organigrama del narcotráfico, reveló el teniente coronel Luis Colón, jefe del área policíaca de Caguas.

 A Gómez López se le atribuye el control del narcotráfico en los residenciales Villas del Rey, las Carolinas y Castellón de Caguas, así como otros puntos de ventas de sustancias controladas en los municipios de Gurabo, Aguas Buenas, Juncos, Ceiba y Naguabo, según informaron las autoridades en una rueda de prensa.

Le sorprenden en nido de amor

El capitán Gerardo H. Oliver Franco, jefe de la Rama Investigativa del área de Caguas, reveló que los arrestos ocurrieron en dos cabañas del motel Villa Borinquen, ubicado en el barrio Candelaria de Toa Baja, donde se ocupó dos pistolas alteradas para ser convertidas en armas automáticas, cinco cargadores entre ellos un tambor, $2,600 en efectivo y una onza de marihuana. A pesar de que estaban armados no ofrecieron resistencia, señaló el capitán.

Durante la intervención en las cabañas 29 y 30 del motel, se arrestó a su guardaespaldas, identificado como Gabriel “Papi Love” Rodríguez López, de 29 años, y a dos mujeres que los acompañaban.

El presunto guardaespaldas de “Coco” no posee expediente criminal, pero figura como uno de los sospechosos de una de las masacres de Piñones. Al igual que su jefe en el bajo mundo, Rodríguez López será procesado por las autoridades federales por la posesión de armas de fuego modificadas.

 "Es con gran placer que anunciamos este arresto significativo y felicitamos a aquellos que estuvieron largas horas para remover de nuestras comunidades a este fugitivo violento", indicó el jefe de los alguaciles federales en Puerto Rico, Orlando Rivera.

Las féminas serían citadas para una fecha posterior ya que contra ellas no se había emitido ninguna requisitoria en su contra, agregó Oliver.

Se preparan para narcoguerra

El teniente coronel Colón, anticipó que ha se han establecido planes de trabajo preventivos para evitar asesinatos relacionados a la guerra por el control del narcotráfico. A su vez se incrementó la vigilancia en los barrios Beatriz y la Barra los cuales se encuentran en una disputa por la que en las semanas pasadas fueron asesinadas media docena de hombres.

“Es probable que dentro de los próximos días se genere una ola de violencia para establecer el control (de los puntos de drogas). Nosotros establecimos planes de trabajo dirigidos a contrarrestar la incidencia criminal y aumentamos los turnos a 12 horas autorizados por el superintendente (José L. Caldero)”, sostuvo el oficial.

 Contra “Coco” pesaba una orden de arresto expedida por el juez Rafael Jiménez Rivera, con una fianza de $22.4 millones por cuatro cargos de asesinato en primer grado, ocho de tentativa de asesinato, 16 cargos por violación a los artículos 5.04, 5.07 y 5.15 de la Ley de Armas, y uno de poner en riesgo la seguridad y orden público al disparar un arma de fuego.

El imputado, que sospechaba se estaba ocultando en la zona metropolitana, también tenía expediente criminal previo por violación a la Ley de Armas desde diciembre del 2011.

 Durante los arrestos se confiscaron dos vehículos, una guagua marca Honda Odyssey color negra y un Toyota Yaris color azul.