Los planes de la Policía para tratar de bajar la incidencia de asesinatos en la zona del residencial Monte Hatillo, en Río Piedras, así como en el municipio de Loíza, serán reevaluados tras reportarse anoche dos crímenes, a pesar de la vigilancia especial en esos lugares, adelantó esta tarde el superintendente, José Caldero López. 

El primer asesinato ocurrió anoche, a las 7:21 p.m., en la cancha del residencial Monte Hatillo, justo donde el jueves pasado la Policía llevó a cabo un torneo de baloncesto con jóvenes del residencial, como parte de actividades para mejorar la calidad de vida en la comunidad, tras resurgir un brote de violencia entre vecinos de ese sector capitalino.

Los tiroteos frecuentes entre pistoleros ubicados en los complejos residenciales Monte Hatillo y Berwind propiciaron que la Policía ocupara el caserío permanentemente desde el 4 de septiembre. A pesar de la presencia policial intensificada, anoche sicarios ultimaron a tiros a Víctor A. Torres Aponte, de 19 años. La víctima era residente de Monte Hatillo y figuraba como sospechoso de dos crímenes reportados en julio y agosto, según la Policía. 

Para el superintendente, José L. Caldero López, ese crimen no representa un acto de desafío a la presencia de la Policía en el residencial porque asegura cuenta con el apoyo de la comunidad.

“No lo vemos de esa manera. Allí la mayoría de la gente es buena. Cuando uno camina, y yo voy todas las semanas, la gente se nos acerca y nos dice Dios los bendiga, no se vayan. Allí (en el residencial Monte Hatillo) los problemas son por las guerras de narcotráfico que están relacionados con los asesinatos ocurridos allí”, dijo Caldero López.

En entrevista con este medio, detalló que la investigación preliminar del crimen refleja que Torres Aponte había sido desalojado del residencial tras convertirse en el sospechoso de los asesinatos de David López Concepción, de 21 años, ocurrido el 30 de julio, en un apartamento del edificio 159 y de Héctor Nussa Román, de 27 años, quien ha sido identificado como el hermano del supuesto líder del narcotráfico en ese residencial, quien fue ultimado el 31 de agosto, en la avenida Montecarlo, en Río Piedras. 

“Lo habían sacado de allí porque era sospechoso de dos asesinatos y volvió y ahí fue el problema. Compró un refresco en un quiosco y dos individuos lo asesinaron en la cancha de baloncesto”, indicó Caldero López. 

En el residencial, hoy, martes, hay vigilancia permanente en el interior y varias veces al día por todas las entradas la Policía hace patrullaje preventivo, sostuvo Caldero López. Sin embargo, anoche, a la hora del crimen, la patrulla que estaba asignada al puesto de vigilancia aledaño a la cancha escuchó las detonaciones, pero los policías tuvieron que entrar a pie, ya que no hay acceso vehicular al lugar donde ocurrió el asesinato.

“Ellos oyen las detonaciones, corren hacia el residencial, pero no había nadie. Fue un crimen por acecho”, argumentó Caldero López. 

Sobre la víctima, reveló que tenía doscargadores en los bolsillos y se presume que cargaba una pistola, pero aparentemente el arma se la robaron sus victimarios. 

El Superintendente indicó que se propone ordenar cambios en los recorridos diarios de vigilancia preventiva en Monte Hatillo, entre otras medidas. Agregó que es prioridad en la agenda el esclarecimiento de esos crímenes antes de que generen más muertes.

Sobre el patrullaje a pie, dijo que no se limitan a Monte Hatillo si no que se extienden al residencial Monte Park y a los condominios Berwind. Éste último complejo de vivienda pública ha sido señalado como guarida de prófugos, pero es una estructura de difícil acceso para las autoridades. 

Caldero López indicó que cuando logran acceso a Berwind tienen que movilizar el helicóptero de la Policía hasta la azotea y subir por unas escaleras cuyos peldaños están oxidados y representan un peligro para la seguridad de los agentes. En una ocasión entraron a un apartamento con el apoyo de la unidad especializada de SWAT, pero no llegaron a tiempo para capturar al delincuente porque el acceso es tan difícil que les da tiempo a los maleantes a escapar.

Reto en Loíza

A raíz de un alza en los asesinatos en el pueblo de Loíza durante el primer trimestre del año, Caldero López puso en vigor en abril un plan especial de seguridad para procurar la reducción de esos delitos. Sin embargo, los resultados de la iniciativa aún no se han visto. 

Anoche, a las 9:20 p.m. asesinaron de varios impactos de bala a Jonathan García Fernández, de 22 años, mientras transitaba en una motocicleta por la carretera PR-188, en el sector To Junto. Con este caso se elevó a 19 la cifra de asesinatos Loíza, en lo que va del año. 

Horas antes del ataque que segó su vida, García Fernández se había querellado a la Policía de que en el parque recreativo de la urbanización Villas de Loíza, tres jóvenes que viajaban en una guagua Nissan Pathfinder verde lo amenazaron de muerte mientras le apuntaban con armas de fuego, con las cuales llegaron a golpearlo. 

Caldero López dijo que solicitó que se le entregue un nuevo plan de sectorización de acuerdo a los lugares donde se han reportado los asesinatos en Loíza.

También, adelantó que tiene en agenda la designación de un nuevo jefe de área, ya que el coronel Gregorio Merced comenzó a agotar la semana pasada los días acumulados de las licencias de vacaciones y enfermedad para acogerse a la jubilación. 

Mientras, ha sido designado de manera interina el comandante Mario L. Rivera Miranda, ya que el subjefe, el teniente coronel Samuel Luciano, está de vacaciones. 

“Es un área bien difícil de trabajar por los muchos callejones y las guerras que tiene la gente desde años atrás. Hay muchas rivalidades. También hemos recibido quejas de la comunidad de que se mueven ladrones en ‘four tracks’ (vehículos todoterreno). El problema que tenemos es que la patrulla no puede entrar por el callejón y tenemos que buscar otras estrategias”, observó Caldero López sobre las particularidades de Loíza.

Recientemente, la Policía reinauguró el cuartel de Medianía Alta, donde dos agentes municipales trabajan como retén en distintos turnos y se les asignó una patrulla para reforzar la vigilancia.