El examinador de armas de fuego del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), Carlos Del Valle Arroyo, concluyó esta mañana que los nueve proyectiles y fragmentos recuperados en el cuerpo de Carmen Paredes Cintrón fueron disparados por la pistola FNH Five Seven, que su esposo Pablo Casellas Toro reportó como hurtada durante un supuesto “carjacking” frente al Club Metropolitano de Tiro en Toa Baja.

Del Valle Arroyo también determinó que entre la treintena de armas que la Policía ocupó en la residencia de la pareja, en la urbanización Tierralta III en Guaynabo, aquel 14 de julio de 2012, día en que se encontró a Paredes Cintrón muerta en la terraza, estaban las armas involucradas en el supuesto intento “carjacking” del 17 de junio de 2012.

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En el undécimo día del desfile de prueba del juicio por jurado que se sigue contra el corredor de seguros por la muerte de su esposa, el perito en armas explicó que los dos casquillos ocupados en la terraza y los nueve proyectiles y fragmentos extraídos del cuerpo de la víctima por la patóloga Rosa Rodríguez habían sido disparados por la pistola FNH Five Seven calibre 5.7 x 28, que la Policía recuperó eventualmente mediante una confidencia.

"Todos (los proyectiles) fueron disparados por una misma arma de fuego... la pistola que tengo en mi mano derecha, una pistola FNH Five Seven", afirmó Del Valle Arroyo ante el juez José Ramírez Lluch, del Tribunal de Bayamón.

Esta pistola fue revendida y pasó por varias manos luego que Luis Guzmán Hernández, un residente de la barriada Los Filtros, la tomó de la acera frente al supermercado Amigo cercano a la urbanización Tierralta III.

Guzmán Hernández declaró esta semana que observó a una persona de tez blanca lanzar un objeto desde un Mercedes Benz gris en movimiento. Alegó que cuando se acercó al objeto se percató que se trataba de la pistola.

Dirigido por las preguntas del fiscal Sergio Rubio Paredes, el perito en armas indicó que un blindaje y un fragmento de proyectil ocupado en la terraza donde apareció el cuerpo de la mujer, de 46 años, también fueron disparados por la pistola Five Seven.

El perito analizó otras armas ocupadas en la residencia de Casellas Toro como un arma Walter P22 calibre 22 que con tres casquillos calibre 22 recuperados por las autoridades en la carretera 165 Ramal 22 en Levittown, Toa Baja donde ubica el Club Metropolitano de Tiro.

"Dan positivo a que fue el arma que disparó los tres casquillos", afirmó el perito ante un jurado que seguía su testimonio con atención.

El perito, con 12 años de experiencia como examinador de armas, explicó que analizó una pistola Ruger Light Compact Pistol calibre 380 y la comparó con tres casquillos y tres proyectiles ocupados por las autoridades en la guagua Acura de Casellas Toro involucrada en el supuesto “carjacking”.

Concluyó que estos casquillos y proyectiles fueron disparados por una misma arma y que esa pistola era la Ruger, ocupada en la residencia del acusado.

Como parte de su labor en este caso, el perito analizó un rifle German Sport Gun modelo GSG-5 calibre 22.

En su testimonio durante el juicio, Rafael Díaz Berríos, el agente estatal adscrito al Task Force del FBI, declaró que Casellas Toro le había indicado que al momento del “carjacking” llevaba en el baúl de la guagua un rifle German Sport y una pistola FHN Five Seven, que reportó como robadas durante el incidente.

 En el contrainterrogatorio, el licenciado Harry Padilla Martínez trató de minar las credenciales del testigo. A preguntas de la defensa, Del Valle Arroyo dijo que ostentaba un bachillerato en Administración de Empresas pero ningún estudio universitario en ciencias de balística.

El perito detalló que tomó dos años de adiestramiento sobre esta materia en el mismo ICF. También ha declarado como perito más de 200 casos y nunca ha sido rechazado como perito en procesos judiciales a nivel estatal y federal.

Padilla también llevó al testigo a explicar que la alegada arma homicida no tiene capacidad para llevar un silenciador.

Los vecinos de Casellas Toro que han declarado en el juicio han dicho que esa mañana primero escucharon unos disparos bajitos y otros estruendosos.

A preguntas del abogado defensor, Del Valle Arroyo también aclaró que recibió de la patóloga nueve piezas de evidencia: un proyectil, tres blindajes, dos fragmentos de plomo y tres plomos.

Indicó también que de estas piezas "cuatro de ellos son de la 5.7 x 28".

En torno a las balas y fragmentos que examinó, el perito respondió que eran de colores cobrizo y azul.

El testigo que encontró la presunta arma homicida indicó que en el interior de la misma había una bala color rosa.

Pero en el redirecto del fiscal Rubio Paredes, el testigo explicó que los fragmentos extraídos del cuerpo de la víctima eran parte del interior de los proyectiles disparados.

También señaló que la bala disparada por la presunta arma homicida hace un sonido menor que la pistola que el acusado supuestamente disparó contra el asaltante que vio salir de su casa el 14 de julio.

Además, precisó que si los disparos se disparan en un lugar techado se escuchan más débiles que los que realizan al aire libre.

                  

Según la teoría del Ministerio Público, Casellas Toro fingió un “carjacking” para reportar como hurtada la pistola que usó para matar a su esposa.

Casellas Toro enfrenta cargos de asesinato, violación a la Ley de Armas, destrucción de evidencia y por ofrecer una declaración falsa de un delito.