“Poco probable”.

En un duro golpe a la teoría de la fiscalía, ayer el patólogo forense Carlos Chávez a describió por segunda ocasión que la persona que mató a Georgina Ortiz Ortiz tuvo que haber agarrado el cuchillo con el puño cerrado y como mucho, con una parte del pulgar y una parte del índice tocando la hoja, muy cercano al mango del cuchillo.

"Hay varias teorías... esta es la más lógica", declaró en sala de pie mientras hacía la demostración con el cuchillo ocupado en la escena.

En esa demostración volvió a hacer un movimiento, primero hacia el frente, luego de derecha a izquierda, un poco ascendente al final. Para que el jurado lo pudiera apreciar lo repitió en tres ocasiones.

"¿Y la herida que usted dice (que tenía la víctima)... se podría causar así?, preguntó el abogado Aarón Fernández en referencia a la descripción de hace unos días por el experto en huellas con solamente el dedo medio y parte del pulgar tocando la hoja.

"Es poco probable", respondió el patólogo forense, causando revuelo en la sala.

El experto en huellas Rubén Díaz de León, dijo que la huella que identificó como de la mano derecha de Aida de los Santos Pineda en el cuchillo tuvo que haberse realizado durante o después de cometido el crimen.

Pero, por lo que explicó Chávez, no es probable que dejara impresa su huella en la hoja específicamente durante el acto.

Por otra parte, Chávez, quien ha realizado más de 2,000 autopsias en el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) reconoció que al hacer los estudios al cuerpo de Georgina nunca tomó en cuenta el medicamento para la depresión Prozac que estaba tomando y que puede causar rigidez muscular, así como fiebre y escalofríos , entre otros efectos secundarios.

La rigidez en el cuerpo de la víctima es el factor principal, junto con el proceso de digerir la comida, que Chávez tomó en cuenta para estimar la hora de muerte.

Según ese estimado, el crimen tuvo que ocurrir entre las 11:30 de la mañana y las 2:00 de la tarde. Otro estimado que dio el patólogo fue que la víctima murió unas dos horas después que comió.

Según Aida le dijo a las autoridades, Georgina y su esposo, el ex juez del Tribunal Supremo Caros Irizarry Yunqué almorzaron a eso de las 11:50 de la mañana.

La defensa intentó sembrar dudas sobre ambos estimados, ya que Chávez reconoció que tampoco tomó en cuenta ni el Prozac ni otras medicinas encontradas en exámenes toxicológicos como Benadryl y Xanax y los efectos de éstos en el proceso digestivo.

El contenido del sancocho que comieron ese día, tampoco lo analizó en profundidad y se dejó en el aire si tenía o no carne, lo que podría hacer más pesada su digestión y cambiaría la teoría de la hora de muerte.

El patólogo reconoció incluso que algunos libros especializados en el tema estiman que el máximo de rigidez cadavérica puede llegar en tan sólo seis horas, aunque otros dicen que puede llegar a las 14 horas después de perder la vida.

También se discutió la falta de lividez, que es el proceso de coagulación de la sangre después de la muerte, lo que ocurre doce horas o más después que la persona expira.

Mediante las fotos de la escena y del proceso de autopsia, quedó también la duda de cuándo fue que comenzaron a aparecer esas livideces y por ende, cuándo fue que murió Georgina.

La defensa teorizó que a las 7:15 de la mañana del 18 de agosto de 2010, día siguiente de los hechos, cuando Chávez inició la autopsia, había una marca de lividez muy clarita en el pecho de la víctima y otras más recientes en la espalda porque a la mujer la habían matado hacía menos tiempo.

Hasta la fecha Aida de los Santos Pineda es la única acusada de matar a su jefa en concierto y común acuerdo con otra persona que no ha sido identificada por las autoridades.

Una vez concluyó el testimonio de Chávez, la fiscal Elba Acevedo anunció que dejaba sometido el caso. En total desfilaron 32 testigos del Ministerio Público.

Más tarde se anunció en sala que el hijo de Georgina, José Palau, no sería llamado por la defensa a declarar, como tampoco varios agentes que en algún momento tuvieron relación con el caso y la experta en evidencia digital del ICF Julia Hernández. Se le instruyó al jurado que sus testimonios eran “acumulativos” o muy similares a lo que ya se ha dicho en sala.

La defensa por su parte dijo que presentará dos testigos solamente para apoyar su teoría.

La primera, quien arrancó ayer mismo, fue Marienid Matos Rivera, seróloga del ICF quien detalló que los cabellos recuperados en la escena no eran, ni de Aida, ni de Silvio Hidalgo, un amigo de ésta.

Explicó que los pelos encontrados eran de color castaño claro, de textura suave, y su largo lo describió como “mediano”.

En cambio, la muestras del pelo de la acusada –que fueron tomadas tres semanas después– eran de color rojizo intenso, textura gruesa y los de Silvio eran rizos oscuros y de color negro.

No obstante, la seróloga expresó que no podía certificar a quién pertenecían porque para eso “se necesitan análisis microscópicos”.

Se desconoce si posteriormente se hicieron esos análisis.

El juicio continuará el miércoles con otro testigo de la defensa y se espera que el 1 ó el 2 de agosto el jurado, compuesto por tres hombres y nueve mujeres, así como tres suplentes, se siente a deliberar.

Radican demanda

Un grupo de ciudadanos radicó una querella ante el Departamento de Justicia federal pidiendo que se investiguen los tribunales del país, de la misma forma en que se hizo con la Policía, por violación de derechos civiles y que culminó esta semana con un acuerdo entre ambas jurisdicciones para hacer cambios en 10 años.

El grupo presentó su petición esta semana a Eric Holder secretario de Justicia federal, quien estuvo de visita en la Isla, usando como punta de lanza el caso de Aida.

José Rodríguez presidente del Comité Dominicano de Derechos Humanos dijo que hay múltiples querellas de manejo irregular de los casos, en especial cuando se trata de personas dominicanas.

Mencionó supuesta fabricación de pruebas e intimidación de testigos, así como detenciones ilegales por más de 24 horas.

En el caso de la mucama indicó que la prueba presentada por el Ministerio Público no la incrimina directamente y aún así la están enjuiciando.

“Toda la prueba solamente ha sido favorecedora a Aida de los Santos...o sea, que aquí la Policía es xenofóbica, es discriminatoria y antiinmigrante”, alegó.