Un jurado compuesto por ocho mujeres y cuatro hombres emitió esta noche un veredicto de culpabilidad contra Luis Yadiel Rivera Ramos, de 22 años, por el asesinato de la madre de Alba Reyes, Elena Santos Agosto, tiroteada el 3 de junio del año pasado en su hogar de la urbanización Treasure Valle en Cidra.

En votación 9-3, el jurado lo encontró culpable de todos los cargos: asesinato en primer grado, tentativa de asesinato y violación a la Ley de Armas.

Justo antes de  escuchar el veredicto, Reyes, exreina de belleza y quien sobrevivió al atentado, llevó sus  manos a la cabeza y se inclinó sobre su propio regazo. Le faltaba el aire. 

Ya una vez fuera de sala, expresó a Primera Hora que nunca perdonará a quien le arrebató la vida a su madre.

“A mí nadie me ha pedido perdón para yo perdonar. Yo el perdón se lo dejo a Dios, que es quien tiene que perdonar. De mí no creo que nunca lo van a obtener. Me mataron a mi mamá de una manera violenta y abusiva, y eso nunca lo voy a perdonar”, sentenció.

El jurado se retiró a deliberar a las 4:24 p.m. luego de que la fiscal Betzaida Quiñones Rodríguez y el licenciado José M. Díaz Hazim sometieran el caso y el juez superior José Ramírez Legrand, del Tribunal de Caguas, leyera durante una hora las instrucciones de rigor.

A eso de las 6:10 p.m. solicitaron la revisión de la declaración jurada del imputado y las notas del agente investigador Víctor Ortega Nieves sobre las admisiones que hizo, documentos que le leyeron en sala y pidieron que les aclararan dudas sobre el concepto de concierto y común acuerdo relacionado al delito de los cargos por violación a la Ley de Armas.

Rivera Ramos es el primero en enfrentar juicio por el crimen de Santos Agosto, quien tenía 59 años. Los otros acusados son Luis “Luisito” Colón Báez, José “Rubencito” Colón Báez y Carlos Hernández Negrón, a quien llaman “Once Dedos” y está prófugo.

El motivo del crimen se relaciona con una disputa de vecinos por unos perros que defecaban en el patio de la víctima y que eran propiedad de Hernández Negrón, identificado como el autor intelectual de los hechos.

Rivera Ramos le manifestó a la fiscal bajo juramento que quería declarar porque “quiero estar con mi familia, quiero que mi mamá esté feliz, quiero llevármela lejos”.

Según el testimonio, el día de los hechos estaba en un negocio del barrio Rabanal de Cidra cuando recibió una llamada de un amigo que le informó que lo recogería. Luego los acusados se encontraron con “Once Dedos”, quien les dijo que quería hacerle pasar un susto a una familia que vivía en la urbanización Trasure Valley en Cidra, mientras él los esperaría en un restaurante de comida rápida. “El susto era que íbamos a tirotear la casa”.

Los sicarios iban armados con pistolas de calibre .40 y un rifle AR-15. En la escena se recuperaron 19 casquillos de .223 y 28 de calibre .40, según trascendió.

Antes de llegar a la residencia, dijo que estaban alertas de que había cámaras de seguridad y se colocaron máscaras para evitar ser identificados. Al arribar a la casa narró en detalle cómo abrieron fuego contra la estructura. 

Al día siguiente, se enteró por las noticias que “había muerto la mamá de la miss Alba Reyes y eso no era”. Al increparle a Hernández Negrón éste le respondió “que se joda”.

Luego, dijo que “Once Dedos” le ofreció dinero para que abandonara el país, a lo que le respondió “que no me voy a ir porque yo estaba claro”.

Durante sus argumentos finales, la fiscal Quiñones Rodríguez le expresó al jurado que antes de morir Santos Agosto no pensó en ella, sino en su hija.

“‘Tírate al piso, que son disparos’, esas fueron sus últimas palabras, que fueron dirigidas a su hija. Antes de pensar en ella, su amor de madre fue más allá porque quería proteger su hija”, manifestó la fiscal, luego de que argumentara que la familia había recibido amenazas de muerte de parte del autor intelectual.

El abogado de la defensa, el licenciado Díaz Hazim, alegó que la declaración jurada que firmó su cliente había sido redactada previa a su confesión. La fiscal Quiñones Rodríguez respondió que sus expresiones fueron falsas e irresponsables.

“No les estoy pidiendo que ustedes crean por fe, que determinen a base de la evidencia que pasó aquí… su confesión se probó casi completamente”, respondió en su alocución.

El licenciado Díaz Hazim, por su parte, trató de minar la credibilidad de todos los testigos, incluyendo a la exreina de belleza, quien alegadamente no identificó al autor intelectual durante su testimonio; el del agente investigador Ortega Nieves y los peritos presentados por la fiscalía bajo el alegato de que entraron en inconsistencias.

“Aquí hay una verdad: el culpable es el señor Carlos Hernández. Estoy seguro de que algún día enfrentará la justicia. Yadiel no cometió los hechos. Aquí hay demasiadas contradicciones de los agentes que testificaron. Este caballero que está aquí no es el responsable de estos hechos. Si usted tiene una duda, no es razonable, no es justo que lo encuentren culpable”, finalizó diciendo el abogado de la Sociedad para la Asistencia Legal.

Al iniciar los procesos, el abogado de defensa presentó dos solicitudes de absolución perentoria de su cliente en el cargo de asesinato en primer grado y en el cargo de violación al artículo 5.07 de la Ley de Armas, porque -según argumentó- no tenía la intención de causarle la muerte a la víctima, sino que el propósito, como se desprende de su declaración jurada la cual fue admitida como evidencia indica que pretendían causarle un susto al tirotearle su residencia. Ambas solicitudes fueron declaradas no ha lugar por el juez.