El agente Daniel Pagán Blanco declaró hoy, lunes, que el menor sobreviviente de la matanza de cuatro miembros de una familia con domicilio en Guaynabo identificó “desde un principio” a Christopher Sánchez Asencio como autor de los hechos.

Pagán Blanco, investigador de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) en Bayamón, testificó en la continuación del juicio contra Sanchez Asencio, imputado de ultimar al militar retirado Miguel Ortiz Díaz, así como a su esposa, Carmita Uceda Ciriaco; a la madre de ésta, Clementina Ciriaco López y al hijo mayor del matrimonio, Michael Ortiz Uceda, de 15 años.

“Completamente cierta (la versión del niño) ya que el menor conoce bien a Christopher Sánchez. Lo identificó desde el inicio como el que le había causado todo esto a su familia”, atestiguó el policía cuando la fiscal Janet Parra Mercado le preguntó cómo compara la versión del adolescente con la declaración jurada que prestó Sánchez Asencio sobre los sucesos ocurridos entre la noche del 17 de noviembre de 2014 y la madrugada del día siguiente.

El testigo Pagán Blanco dijo que estaba presente la madrugada del 19 noviembre de 2015 cuando los fiscales Parra Mercado, María del Mar Ortiz Rivera y Miguel Alameda Ramírez le tomaron una declaración jurada a Sánchez Asencio, en el CIC de Bayamón, en la que confesó los hechos.

El policía leyó la declaración jurada mientras el documento se proyectaba en la Sala 704 del Tribunal de Primera Instancia de Bayamón, donde se ventila el juicio por jurado. En el escrito el acusado hace referencia a José Bosch Mulero, el segundo acusado por la matanza, quien será enjuiciado por separado próximamente. 

“El sábado 15 de noviembre estaba con José Bosch, a quien conozco desde hace tiempo y le dicen Tetón. Estábamos planificando el cumpleaños de Tetón, pero se necesitan chavos. En el vacilón salió el tema de que asaltáramos a alguien. Le dije que Miguel (Ortiz Díaz) tenía chavos y me dijo, ‘pues vamos allá’. Le dije que hay que conseguir los metales (las armas). Le dije que yo podía conseguir las armas para el asalto, pero que no las usaríamos”, dijo el policía al leer la declaración jurada que prestó el acusado.

Ortiz Díaz era el propietario de una residencia en la urbanización Versalles en Bayamón en la que Sánchez Asencio y su madre vivían mediante alquiler y pagaban $1,300 de renta mensual desde junio de 2014.

En el documento de la confesión del acusado, según leyó Pagán Blanco, detalló que una amiga que contactó por WhatsApp le consiguió guantes de latex y “un muchacho” del gimnasio, que identificó como “Wisin”, le facilitó las armas en un bulto, pero le advirtió que “tuviera cuidado, que no las usara como le había dicho”.

“Le dije a Tetón que ya teníamos los metales. Le enseñé las armas y me dijo que se veían gufias, que se veían bien. Le dije que yo iba a usar la pistola gris y él la Uzi, pero que ninguna se iba a usar, que lo único que se iba usar era un cuchillo para que no hubiera ruido”, señala en el escrito citado por Pagán Blanco.

“Antes de irme de mi casa cogí un cuchillo con cabo color marrón y me llevé el bulto. Me paro en una escuela y me puse la pistola con una correa para que no se me cayera. Tetón sacó el arma grande y se la puso encima de los muslos”, leyó el agente de la declaración jurada.

Al continuar la lectura en sala, consignó que el acusado sostuvo que acordó con Bosch Mulero que él entraría primero a la casa de Ortiz Díaz y que al salir fingirían un asalto. Dijo que le pagó $250.00 a su casero para abonar un atraso en su renta y que después que fingieron el atraco y estando en el interior de la residencia, Bosch Mulero le dio el cuchillo, comenzó a ajorarlo y apuñaló en el cuello al militar retirado. 

“Me llevo a Miguel a la piscina. Le digo que apague las luces, me volvió a decir que por qué lo hacía, que yo era un muchacho bueno, que no tenía problemas con nadie. Le pedí perdón… Tetón en la sala volvía a decirme que avance, que los llantos de los otros lo tenían loco, y a cuatro pies, le pego un tiro en la cabeza a Miguel”, detalla la declaración jurada de Sánchez Asencio.

El documento que es parte importante en la prueba del caso precisa que Boch Mulero le indica que había unos vecinos afuera y a unos tres pies de distancia, le dispara en la cabeza la esposa de Ortiz Díaz y luego, a la suegra de éste. Añade que montaron a los dos hijos adolescentes del matrimonio en la guagua Four Runner en la que habían llegado al lugar y después de dar vueltas buscando como deshacerse de los adolescentes, llegaron hasta la carretera PR-174, que conduce hacia Aguas Buenas y frente a un portón se estacionaron.

“Le dije a los nenes que se arrodillaran… Le disparo al nene grande, cae al suelo y entiendo que está muerto. Trato de disparar al nene pequeño en varias ocasiones, pero la bala no sale. El nene se levanta y me dice, ‘Tú sabes que mi hermano cumplía 15 años hoy’. Yo me paniqueo y le digo a Tetón que ya era suficiente que no podía seguir”, sostiene el acusado en su versión de los hechos.

“Luego puyo al nene en el área del cuello. El nene dice ‘ay, no me mates con el cuchillo, mátame con una bala para no sufrir’. Le digo a Tetón que lo hiciera. Le agarra la cabeza se la tuerce, pero no lo mata. Eso lo hizo como cuatro veces...”, agrega Sánchez Asencio en la declaración jurada.

En la confesión prosigue explicando que “en la carretera de Aguas Buenas me dice (Bosh Mulero) que lo tiráramos por el río… El nene sale corriendo, se cae y lo agarro. Tetón llega con la guagua, le doy al nene con la mano en la nariz y la boca. El nene se trepó en la baranda y, entre los dos, lo empujamos”.

En la narración, el acusado indica que Bosch Mulero le entregó $200 que él le había pagado a Ortiz Díaz y otros $60 y que después de deshacerse del cuchillo, los celulares de las víctimas y las cámaras de seguridad de la casa de las víctimas, compraron comida en un restaurante de comida rápida.

El abogado de defensa, Orlando Cameron Gordon, en su turno de interrogatorio, confrontó al agente investigador con supuestas inconsistencias.

El abogado le preguntó al agente si tuvieron que leerle cuatro veces las advertencias de ley al acusado porque no entendía. Cameron Gordon cuestionó también al agente en torno a si en sus notas había anotado que había habido un encontronazo entre el acusado y su casero.

Con el testimonio de Pagán Blanco ya son diez los testigos que ha presentado el Ministerio Público. El desfile de prueba comenzó el pasado 19 de octubre de 2015.

La jueza Vivian Durieux Rodríguez recesó los trabajos hasta mañana martes a las 9:30 a.m. Se espera que la Fiscalía cite a testificar a la patóloga que hizo las autopsias a los cuerpos de las cuatro víctimas.