El magistrado federal Bruce McGiverin encontró causa probable contra Marcia Vázquez Rijos y José Ferrer Sosa, pareja que enfrenta una denuncia en su contra por conspirar junto a la hermana de Marcia, Áurea, para asesinar por encargo al esposo de esta última, Adam Joel Anhang.

La fiscalía federal tiene 30 días para presentar una acusación formal por un Gran Jurado contra Vázquez Rijos y Ferrer Sosa, quienes son pareja y se alega conspiraron con Áurea para pagar $3 millones a Alex "el Loco" Pabón Colón a cambio de que asesinara al empresario canadiense, hechos que se concretaron el 22 de septiembre de 2005 en el Viejo San Juan.

Además de la vista preliminar en contra de ambos, también se llevó a cabo la vista de fianza de Marcia, la que le fue denegada. Su abogado, Héctor Guzmán, de la Oficina del Defensor Público Federal, no presentó argumentos para que se le concediera el derecho a fianza. McGiverin procedió a indicar que no concedería fianza por la naturaleza del caso, por representar riesgo de fuga a otro país extranjero, por no tener empleo fijo y por problemas de salud mental y sustancias controladas en el pasado.

La madre de Marcia y Áurea, Carmen Rijos, estuvo en sala y al salir, se limitó a decir: "No entiendo nada, de verdad", y "Gracias por venir, muchas gracias", y salió a toda prisa del Tribunal Federal.

Durante la vista preliminar, el fiscal federal José Ruiz presentó al agente investigador del caso del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Devin Kowalski como testigo. Kowalski indicó que fue asignado al caso en abril pasado y comenzó a empaparse con todos los hechos desde el 28 de junio pasado, dos días antes de que Marcia y Ferrer Sosa fueran arrestados en la Isla, y Áurea fuese detenida en el aeropuerto de Barajas en Madrid, España.

A preguntas de los abogados Guzmán y Ovidio Zayas -quien representa a Ferrer Sosa-, el agente indicó que Pabón Colón está cooperando con las autoridades, y que también cuentan con al menos dos confidentes en este caso.

Los abogados trataron de minar la credibilidad de Pabón Colón, quien hizo alegación de culpabilidad en este caso y está en espera de ser sentenciado, al recalcar que su apodo es "el Loco", en referencia a que podría tener problemas mentales, pero Kowalski aclaró que solamente se ha reunido con él una vez y que su comportamiento "no es consistente" con su apodo.

Guzmán destacó que en un principio, los coacusados ofrecieron $2 millones a Pabón Colón para que le diera una golpiza a Anhang, pero que después acordaron pagarle $3 millones para asesinarlo.

Cuando el abogado le preguntó al testigo si era creíble que ofrecieran tal cantidad de dinero para propinar una golpiza, el agente contestó: "Encuentro que es creíble basado en la fortuna que tenía Anhang, que eran decenas de millones de dólares".

Kowalski indicó que tiene una carta que envió Pabón Colón a las hermanas y a Ferrer Sosa para que le pagaran la cantidad adeudada, pero que un informante indicó que son "múltiples cartas" las que cursó el hoy convicto.

Dijo que el hermano de Marcia y Áurea, Chabert, también fue entrevistado y que en un principio cooperó, pero luego dejó de hablar.

Agregó que los cuatro involucrados se reunieron al menos dos veces para discutir los pormenores del asesinato, y que tienen el récord de llamadas entre ellos de días antes de los hechos, que sugieren que hablaron en varias ocasiones, pero reconoció que no tienen grabaciones de dichas conversaciones.

Alegan falta de jurisdicción

El licenciado Zayas planteó que si todas las llamadas se realizaron dentro de la Isla y no fueron interestatales, por qué entonces existía jurisdicción federal en el caso. El agente reconoció que él mismo se hizo esa pregunta.

 "Entramos al caso por la cantidad de llamadas de parte de Áurea a Adam para inducirlo a reunirse esa noche. Por eso es que estamos involucrados en este caso", contestó Kowalski.

El fiscal Ruiz señaló que la jurisdicción federal en el caso es por el uso de teléfonos celulares que viajaron por el comercio interestatal y porque fue el medio que se usó mayormente para planificar el asesinato. El abogado ripostó dijo que si fuera por eso, todos los asesinatos se verían en el foro federal, a lo que el fiscal contestó que este "no es un asesinato cualquiera, es un asesinato por encargo".

"Creo que no hay jurisdicción federal en este caso. Entiendo que esto es un caso estatal", opinó Zayas, a lo que McGiverin le recomendó que una vez baje la acusación, podría someter una moción de desestimación alegando falta de jurisdicción.

Marcia y Ferrer Sosa están detenidos en el Centro de Detención Metropolitano (MDC) de Guaynabo desde sus arrestos el 30 de junio pasado. Entretanto, el proceso de extradición de Áurea desde España a territorio estadounidense podría tomar entre seis a nueve meses.

La declaración jurada del agente del FBI narra que Pabón Colón fue contactado por las autoridades en abril de 2008, y fue entonces que confesó voluntariamente que él asesinó a Anhang y que quienes planificaron los hechos fueron Áurea, Marcia y Ferrer Sosa.

En un principio, Marcia y Ferrer Sosa le dijeron a Pabón Colón que Áurea tenía problemas con su esposo, quien supuestamente la maltrataba. Luego, el sicario conoció a Áurea en el local de su propiedad, Pink Skirt, que era operado por Marcia y José. En un momento dado, Ferrer Sosa le dijo que quería que "se encargara del problema", en referencia a Anhang, y le ofreció $2 millones. Luego, los cuatro se reunieron y también sostuvieron conversaciones telefónicas.

El 21 de septiembre de 2005, todos se reunieron en Pink Skirt y Pabón Colón confesó que tenía la impresión de que lo que querían era que le diera una paliza al canadiense. Luego se fueron todos en la guagua Porsche Cayenne blanca propiedad de Áurea hasta el restaurante El Hamburguer, donde la mujer le dijo que quería que asesinara a su esposo y le ofreció un cheque para que comprara un arma de fuego, pero Pabón Colón no lo aceptó. Según la admisión de Pabón Colón, Ferrer Sosa le dijo a Áurea que le ofreciera $3 millones y así lo hizo. Le avisó que al día siguiente se estacionaría en La Cochera en Viejo San Juan y que "hiciera lo que tuviera que hacer".

El 22 de septiembre, récords telefónicos indican que Áurea llamó en varias ocasiones a Anhang y lo convenció de ir a cenar esa noche para llegar a acuerdos sobre el divorcio. A las 9:00 p.m., Pabón Colón recibió una llamada de Ferrer Sosa, quien le dijo que tenía que matar a Anhang esa noche porque pensaba radicar la demanda de divorcio al día siguiente.

Dado al poco tiempo que tenía, no pudo conseguir un arma, pero se robó un cuchillo de cocina y unos guantes de un restaurante cercano y observó cuando Áurea y Anhang salieron del restaurante Dragonfly y caminaron hacia el estacionamiento. Pabón Colón simulaba hablar por celular y Áurea le hizo un gesto con la cabeza que le dio a entender que el hombre que estaba con ella era la persona a la que debía asesinar. Entonces, el sicario agarró un adoquín suelto del suelo y los siguió.

Según la declaración jurada, Pabón Colón se le acercó a Anhang y le solictó dinero. Acto seguido, dice que Anhang le pegó con un puño en la cara, que hubo un forcejeo y que la

víctima le gritó a Áurea: "¡Corre bebé, corre!". Entonces, Pabón Colón golpeó a Anhang con el adoquín en la cabeza varias veces. Luego sacó el cuchillo y lo apuñaló en repetidas ocasiones.

Según testigos, Áurea observaba a una corta distancia y no gritó ni intentó detener el ataque a su entonces esposo. Pabón Colón soltó el cuchillo y le pegó a la mujer en la cabeza con el adoquín, aunque no tan fuerte, pues todo era parte de la estrategia que habían acordado de que el incidente tenía que verse "real".

Pabón Colón -quien se declaró culpable por estos hechos y está en espera de sentencia- huyó hacia la barriada La Perla. Luego le pidió a un amigo que lo llevara en auto por el área donde ocurrieron los hechos, en la esquina de las calles Luna y San Justo, para ver si el perjudicado había muerto.

Posteriormente, el hoy convicto indicó que envió varias cartas a Áurea para cobrar el dinero acordado por asesinar a su esposo, pero le contestaban que no tenían el dinero. Se supo que las autoridades tienen dichas misivas.

En aquel momento, el FBI intentó entrevistar a Ferrer Sosa, pero este dijo que conocía a Pabón Colón porque le había comprado sustancias controladas. Alegó no recordar nada sobre el 21 o 22 de septiembre de 2005 y se negó a hacerse la prueba de polígrafo.

En la declaración jurada del agente federal, se indica que Áurea "no quiso cooperar con las autoridades referente al asesinato de su esposo" y que huyó a Italia para evitar cooperar o enfrentar posibles acusaciones en su contra.

El cargo que enfrenta Áurea es elegible para la pena de muerte, pero la jefa de Fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez, ha dicho que la acusación hasta el momento no contempla la pena capital, pero sí cadena perpetua.

La admisión de Pabón Colón provocó la excarcelación de Jonathan Román Rivera, quien había sido encontrado culpable y cumplía una sentencia de 105 años a nivel estatal, pero luego se supo que no tuvo que ver en este caso.