El cabecilla de una organización que se guiaba por un supuesto espíritu para coordinar la importación de cargamentos de droga entre el Caribe y Estados Unidos fue sentenciado a cumplir de 12 años de cárcel por la jueza federal Aida Delgado, durante una vista a puerta cerrada.

De acuerdo a la sentencia, Eduardo Pérez Figueroa se había declarado culpable mediante un acuerdo de culpabilidad que sugería una pena de entre 11 a 14 años de prisión, pero la jueza emitió su pena durante una vista en la que solo se permitió la entrada a la sala de los abogados, fiscales, los empleados de la sala y dos familiares del convicto.

El sujeto figuró en la primera posición de un pliego acusatorio emitido contra 22 individuos que formaban parte de la banda criminal que transportaba anualmente unos 840 kilos de cocaína a bordo de yates y vuelos de carga entre San Martín, Puerto Rico y Estados Unidos. 

La Administración Federal Antidrogas (DEA) desarticuló la banda en abril de 2012 mediante arrestos que se realizaron en Bayamón, Dorado, Vega Baja y Nueva York, donde Pérez Figueroa fue arrestado.

Durante la redada cayeron el lugarteniente de Pérez Figueroa, un hombre descrito como babalao de la religión Yoruba de nombre Orlando Robles Ortiz; el exapoderado del equipo de béisbol Doble A de los Jueyeros de Maunabo, Samuel Rivera Ramos; y Carmen Miranda Lozada, quien se había identificado como la excompañera del notorio narcotraficante Samuel Negrón Hernández, mejor conocido como Sammy Tostón, quien cumple una sentencia de 20 años por su participación en la organización de Ángelo Millones.

Las autoridades llamaron “Voodoo Sam” su operativo contra la banda, ya que el babalao le rezaba al espíritu Samuel para que interviniera en las operaciones de narcotráfico.

Según las autoridades, la banda no ordenaba atentados contra sus rivales, aunque rezaba para que las fuerzas sobrenaturales se encargaran de sus enemigos.