Rincón.  Repudiable y macabro. 

Lo que nunca imaginó una persona hallar dentro de un zafacón, a la orilla de un cuerpo de agua, lo encontró el lunes una bañista en el pueblo de Rincón.

Caminando con su familia por la orilla de la playa conocida como La Mojonera,  en el barrio Pueblo, la mujer -que no fue identificada- vio un zafacón que se movía. Se acercó para ver qué había en su interior, quizás pensando que había algún animal abandonado o algo así. Pero, para su sorpresa, era un niño de tez blanca, de unos cinco a seis años de edad. 

Eso ocurrió a eso de las 2:10 de la tarde, cuando embargada por la impresión que le provocó la macabra escena la bañista llamó a las autoridades para informar del abominable hallazgo. 

El niño estaba herido, inconsciente y desnudo. Presentaba una herida de unas dos pulgadas de ancho en la nuca, según fuentes de Primera Hora. 

Agentes de la División de Homicidios interpelaban, al cierre de esta edición, a la madre del menor y a un hombre que se dijo era padrastro de la víctima.

Ambos estaban bajo interrogatorio supuestamente como sospechosos del crimen cometido contra el niño, quien fue trasladado al Centro Médico de Río Piedras en condición de cuidado.

El teniente Eduardo Rivera, director de Homicidios de Aguadilla,  no descartó que pronto se le esté radicando cargos a una persona.

En horas de la tarde del lunes, el niño estaba reaccionando  cuando era atendido por personal de emergencias. Fuentes indicaron que el menor había tenido que ser sedado por su crítico estado emocional.

La secretaria de la Familia, Idalia Colón,  quien llegó al centro hospitalario para saber cómo se encontraba el menor, dijo que este  permanece en la unidad estabilizadora de la Sala de Emergencias. 

Colón  informó que la madre del niño, de unos 30 años, es de nacionalidad mexicana y que lleva alrededor de cuatro meses residiendo en la Isla con una visa. El tipo de visa que tiene la mujer  para  permanecer en Puerto Rico no pudo ser precisada por la funcionaria.

La funcionaria agregó que la pareja de la madre es un puertorriqueño de 37 años y que el menor no tiene otros hermanos que residan con ellos en Puerto Rico.

“Yo he estado todo el tiempo en conversaciones con el cónsul de México. Tenemos 72 horas para asumir la custodia de emergencia. De no haber un familiar que pueda asumir la custodia, vamos al tribunal para asumirla”, sentenció Colón.

La secretaria de Familia, quien estuvo acompañada por la jefa de la Administración de Familias y Niños (Adfan), Vanessa Pintado, sostuvo que  “definitivamente, ese niño está vivo de milagro. Si ese niño no está muerto es porque Dios lo está cuidando… Estamos consternadas por lo que hemos visto. Por los golpes recibidos era para morir”.

Mientras, el director del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Aguadilla, capitán Julio C. Pérez, manifestó que “durante este año no había ocurrido un incidente tan repudiable como este. Esto trasciende y no vamos a descansar hasta encausar al responsable”.

Aunque el capitán descartó de primera instancia que el caso fuera uno de agresión sexual, reiteró que “los hechos son repudiables”.

Fuentes de Primera Hora aseguran que el menor presentaba una herida en la nuca, así como múltiples hematomas en el pecho, el abdomen y los antebrazos. Los rastros de sangre en su  cuerpo no presentaban indicios de que las heridas fueran frescas.

El comandante Miguel Rosado, jefe del área policiaca de Aguadilla, dijo, por su parte, que cerca del lugar hay un supermercado, pero sus cámaras no apuntan al lugar donde se encontró al niño.

 El contenedor donde fue encontrado el menor estaba contiguo a una antigua estación de bombas de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA),  en cuyo techo las autoridades divisaron una caseta de acampar abandonada.

“Es la primera vez...”

Personas fueron llegando hasta la playa para ver cómo las autoridades investigaban el incidente. Muchos de ellos decían estar aterrados por la escena que les fue descrita y agregaron que les extraña que algo así haya ocurrido en un pueblo tan tranquilo como Rincón.

Para doña Carmen Ramos Soto, vecina del residencial Santa Rosa, “eso tuvo que ser una venganza entre algunas familias, porque hacer una cosa así tan monstruosa...”. 

“Es la primera vez que pasa una cosa así. Aquí se habían encontrado gente ahogada, pero de eso a encontrar un niño así en un zafacón, nunca”, concluyó la mujer.

Brenda I. Peña López y Javier Colón Dávila colaboraron en esta historia.