Hace 18 años que no cruzaban miradas. Las emociones eran evidentes, especialmente en la madre quien buscaba nerviosa contacto visual con aquel viejo amor que la dejó marcada para siempre en una historia matizada por el secreto, la negación y la humillación.

El hijo solo quería decirle “te amo” a su alegado padre, pero tuvo que conformarse con un apretón de manos que “jamás” olvidará.

Así se resume el encuentro efectuado ayer entre el líder mundial de la Congregación Mita, Teófilo Vargas Seín (conocido como Aarón); Samuel Beníquez, el hombre que por años ha reclamado ser su hijo; y la madre de este, Antonia Beníquez, una mujer que aún no supera el abandono que sufrió en medio de un embarazo por el hombre que conquistó su amor en plena juventud.

Relacionadas

Eran las 7:50 a.m. cuando Aarón arribó al Laboratorio de Histocompatibilidad del Recinto de Ciencias Médicas, en Río Piedras, para cumplir con la orden judicial que lo obligó a realizarse unas pruebas de ADN que confirmarán si es o no el padre de Samuel, quien por años ha reclamado ser su hijo.

Desde su entrada al laboratorio, Aarón se mostró esquivo en mirar a Samuel y a doña Antonia, quienes lo buscaban insistentemente con la vista. De hecho, el líder mita –quien estuvo acompañado por su doctora de cabecera y un grupo de escoltas– fue escueto en sus palabras. “No tengo nada que decir por el momento”, fue lo único que dijo a la prensa el anciano de 91 años que ya ha ido preparando a sus feligreses para lo que podría ser su renuncia al liderato de los mita. Lo que se comenta es que la “nueva madre espiritual en Aarón” será Rosinín Rodríguez, otra miembro del alto clero de la congregación.

Mientras, su abogado José Fernández Irizarry expresó que habían comparecido “para cumplir con todos los procedimientos judiciales”.

Pasada una hora llegó el momento de tensión. Los tres protagonistas de esta historia tuvieron que pasar al área donde se recolectaría a través de saliva la prueba que se analizaría genéticamente. Fue el único instante en que estuvieron solos y pudieron mirarse fijamente a los ojos. También estrecharon sus manos. ¿Las palabras? Quedaron para otro momento.

“Dios obra de forma misteriosa y entramos solos al laboratorio. Entonces, se sonrió conmigo y me dio la mano”, expresó Samuel sobre el efímero encuentro.

Doña Antonia tuvo similar experiencia. “No pudimos hablar pero sí nos saludamos, se veía tranquilo”, dijo.

La señora aceptó que estaba nerviosa. “Imagínate, tantos años que no lo veía… y tanto que esperé este momento. Estuve 42 años esperando a ver si él se decidía a hacerse el ADN, antes de que sucediera esto… Pero, ahora siento un alivio bien grande. Esa carga pesada que llevaba adentro, se alivió hoy (ayer). Ahora faltan los resultados y el arrepentimiento”, dijo doña Antonia, referente a los resultados de las pruebas genéticas, los cuales se darán a conocer el 4 de abril, a las 3:30 p.m., en la sala de la jueza Arlene Sellés, del Tribunal de San Juan.

De otra parte, un momento de tensión se vivió en los pasillos del Recinto de Ciencias Médicas cuando simpatizantes de Aarón se enfrascaron en una discusión con un grupo de ex mitas que acompañan a la familia Beníquez.

“Ustedes saben que él no es el papá... el padre es Salvador Alicea”, dijo uno de los defensores de Aarón, desatando la discusión.

De inmediato uno de los defensores de Samuel y su madre gritó: “Eso es mentira... la verdad se sabrá hoy. Aarón sí es su padre”.

Ante los hechos, un guardia de seguridad intervino y les advirtió a las partes que los sacarían del lugar si no se comportaban.

La historia de amor de doña Antonia se remonta a la década del 70, cuando la señora vivía en la casa congregacional de los mita, cuando Teófilo aún no era el líder de la congregación. Tras un largo romance la mujer quedó embarazada. Poco tiempo después, Teófilo fue nombrado líder de los mita bajo el nombre de Aarón. Según Samuel, este nuevo título obligó a su padre biológico a negarlo porque bajo la doctrina de la congregación tiene que mantenerse célibe para ser profeta de Dios.

Así las cosas y por la presión de la secta, Aarón supuestamente obligó a doña Antonia a entregar a su hijo en adopción a unos tíos maternos. Aun así, Samuel se crió conociendo la verdad sobre sus padres biológicos y no es hasta el 2004 que presenta una demanda de filiación contra Aarón.

El resto es historia… una historia que llegará a su fin en las próximas tres semanas.