Tras 12 días, la fiscalía federal sometió esta tarde su caso ante el jurado en el juicio federal por el asesinato del empresario canadiense Adam Anhang, un día antes de cumplirse 13 años del crimen.

Su viuda, Áurea Vázquez Rijos, está acusada por encabezar una conspiración de “asesinato por encargo” contra Anhang, quien fue ultimado el 22 de septiembre de 2005. También está acusada su hermana, Marcia, y su entonces cuñado, José Ferrer Sosa.

El fiscal federal José Ruiz informó al tribunal que completó la presentación de su prueba. La defensa informará el lunes si presentará alguna prueba de su parte.

El Ministerio Público culminó la presentación de la prueba de cargo con una serie de correos electrónicos de varias personas, incluyendo a los acusados.

Según uno de esos correos electrónicos mostrados por Ruiz, Áurea le escribió al abogado Nick Kaufman el 23 de mayo de 2012, primero, para saber si era un “buen abogado” criminalista experto en ley internacional, porque debido a su “situación” quería conocer “todas las leyes y derechos en Israel”.

De acuerdo otro correo electrónico, Áurea recibió una contestación de Kaufman, cuya dirección física de su oficina se establecía que era en Jerusalem, Israel, indicándole: “envíame tus problemas para ver si puedo ser de ayuda”.

Entonces, Ruiz presentó otro correo electrónico enviado por Áurea a Kaufman, en el que le indica que es una “ciudadana americana con residencia en Italia, con dos hijas italianas” y que es viuda.

Señala que ha decidido hacer un “Aliyá”, que significa hacer una peregrinación judía a Israel y responde a una ley israelí de 1950 que provee el derecho a los judíos para regresar a ese país y vivir allí como ciudadanos israelíes.

Entonces, indica que “en América donde hay una gran corrupción me han acusado de la muerte de mi esposo… no tengo orden de extradición…”

Añade: “en Italia la ley me protege y quería saber cómo es la ley en Israel… cuales son mis derechos…”.

“¿Israel es territorio americano? ¿Si hubiera una orden de extradición por una pena de muerte, cómo sería protegida?”, indica el mensaje de Áurea, según la evidencia.

“Como madre viuda con dos hijas, ¿cuáles son mis derechos?”, añade el mensaje, que concluye indicando que ya había comenzado las gestiones para el traslado a Israel.

Por lo que indican los otros correos, se desconoce si se concretó la representación legal de Kaufman después de que le solicitara que le pagara por adelantado para contestar las preguntas que le había hecho.

En otro mensaje mostrado por el fiscal, figura Áurea pasándole a un amigo la conversación con Kaufman y el amigo le contestó: “Hablé con mi hermano un rato… primero me dice que no hable de estas cosas por teléfono ni por correo… porque puede ser peligroso”.

“En principio hay extradición, pero no siempre aplica, todo depende del caso… así que mi hermano dijo que tienes que hacer una cita en persona con un abogado experto en el asunto… Explica bien el caso en detalle y solo así el abogado te hará una buena referencia”.

Previamente, la fiscalía presentó una serie de correos electrónicos con los que alega mostrar que Áurea logró certificarse como judía con documentos falsos.