Puerto Rico se estremeció en la mañana de hoy, miércoles, con la noticia del asesinato de una mujer que hace solo dos días dio a luz a un bebé prematuro en una habitación del área de maternidad del Hospital San Antonio, en Mayagüez.

Shakira Sánchez Colón, de 18 años, estaba en la cama de su habitación, donde se encontraba sola, cuando un hombre vestido con una bata blanca fingiendo ser un médico la apuñaló en horas de la noche. 

La joven madre forcejeó con su atacante, pero el hombre logró arrastrarla hasta la ducha, donde finalizó propinándole heridas en el cuello y el costado derecho, de acuerdo con la investigación inicial de las autoridades, que ya descartaron que se trate de un caso de violencia de género. Las autoridades buscan al sospechoso, que fue captado por las cámaras de seguridad del hospital municipal. 

Esta no es la primera ocasión que en Puerto Rico asesinan a un paciente en las instalaciones de un hospital. 

Un caso similar se reportó el 17 de julio de 2006, en el redondel que ubica frente a la sala de emergencias del Centro Médico de Río Piedras, cuando un hombre que había sido dado de alta caminaba hacia el estacionamiento y fue interceptado por dos sicarios que lo ejecutaron. 

La víctima fue identificada como José Fred Valentín, de 35 años, vecino de Toa Alta, quien había sido herido de bala días antes en el barrio Pájaros del referido municipio. El fallecido tenía antedecentes penales y era sospechoso de un asesinato en Cataño.

Otro crimen que causó conmoción en el país se reportó, el 27 de agosto de 2009, cuando un gatillero disfrazado de enfermero entró al segundo piso del Hospital de Trauma del Centro Médico de Río Piedras y asesinó a un hombre que estaba próximo a ser dado de alta e hirió a su acompañante mientras dormía a su lado en el piso.

José Marrero Trinidad, de 23 años, alias “Joseph el Culón”, vecino del sector Villa Calma, en Toa Baja, fue asesinado de un certero tiro en el centro de la frente, mientras que Anthony Torres González, recibió una herida superficial en el hombro derecho.

De acuerdo con la pesquisa de ese entonces, el perpetrador se vistió con un uniforme de enfermero color verde, diferente al del personal de ese hospital que es azul marino, y no llevaba identificación. El hombre fue visto a eso de la 1:00 a.m. merodeando cerca de la habitación de Marrero y se le escuchó llamar a alguien para confirmarle que su objetivo estaba durmiendo.

El herido estaba en la habitación 200, cama 400-D. Un policía estatal estaba asignado a prestar vigilancia en el cuarto 208 a otro herido de bala, pero salió del edificio a eso de las 4:00 a.m. para el cambio de turno. El victimario aprovechó esa oportunidad para regresar al segundo piso utilizando las escaleras de carga y así entrar de nuevo a la habitación de Marrero Trinidad.

El asesino utilizó una almohada para amortiguar la detonación, que despertó al acompañante, quien intentó buscar refugio detrás de una butaca, pero fue herido de bala en el hombro derecho.

Luego de este crimen, las autoridades del Centro Médico prometieron reforzar la seguridad en sus instalaciones hospitalarias.