El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) asumió la custodia de cinco personas arrestadas entre este viernes y el sábado en los predios del residencial Jardines de Monte Hatillo, en Río Piedras, vinculados con la posesión de armas ilegales, cargadores y municiones, informó la Policía.

La intervención inicial fue realizada por agentes adscritos al Negociado de Patrullas de Carreteras, quienes detuvieron el vehículo en el que viajaban los sospechosos por infracciones a la Ley de Tránsito, y les ocuparon tres pistolas, dos de ellas de la marca Glock, una de calibre 9 milímetros y otra de calibre.40, y una marca Rugger de calibre .40. Además, les ocuparon siete cargadores, más de 100 balas de distintos calibres y una cantidad indeterminada de dinero en efectivo.

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El comandante Jorge Hernández Peña, jefe del Negociado de Patrullas de Carreteras, indicó que hoy, sábado, un individuo acudió al cuartel de Monte Hatillo alegando que las armas ocupadas le pertenecían y que los detenidos se las habían llevado de su residencia para gastarle una broma. Los agentes dudaron de su versión y profundizaron en la investigación, descubriendo que tenía expediente criminal por violación a la Ley de Armas.

En la residencia del hombre, ubicada en Trujillo Alto, se hacían gestiones para ocuparle un rifle, y se tiene en custodia a otro sospechoso que se ocultaba en la vivienda, adelantó el funcionario.

Durante esta semana, la violencia se recrudeció en esa comunidad, a pesar de que está ocupado por la Policía desde el 4 de septiembre a raíz de varias balaceras de fuego cruzado entre este complejo de viviendas y Berwind, en Río Piedras.

De hecho, este lunes por la tarde se reportó el segundo asesinato desde que la Policía mantiene un plan de vigilancia para reducir la incidencia de violencia en ese caserío. El cadáver baleado de Michael Junior Sánchez García, de 27 años, conocido por los apodos de “Siete” y “Bolillo”, y quien era vecino de la urbanización Levittown, en Toa Baja, fue localizado por patrulleros en el patio del edificio 35 del residencial.

El 19 de octubre, Víctor A. Torres Aponte, de 19 años, fue asesinado en la cancha de baloncesto del residencial, donde días antes se había llevado a cabo una actividad de confraternización entre esa comunidad con la Policía. Las autoridades alegaron que el occiso era sospechoso de varios asesinatos en el sector.

Además, este jueves, a las 11:48 p.m., se investigó una querella sobre un grupo de encapuchados, quienes caminaron desde el residencial Berwind hasta los edificios 36 y 37 del residencial Jardines de Monte Hatillo en actitud sospechosa. La Policía informó que tras intervenir con ellos, se confirmó que no estaban armados y que supuestamente lo que reclamaban era volver a ocupar sus apartamentos tras haber sido desalojados por delincuentes.

En contraste con estos incidentes, ayer, viernes, los agentes Ángel Ortega y Carlos Figueroa, junto con el sargento Pedro García, todos adscritos a la Unidad Canina y destacados en el plan de vigilancia del caserío, acudieron al gimnasio del residencial con los perros entrenados Foxy y Dac para llevarle a la comunidad y a los jóvenes deportistas un mensaje positivo. A su vez, los manejadores les permitieron interactuar con los animales, según un comunicado prensa difundido por la Policía.