El asesinato de Jesús D. Hernández Otero, el joven voleibolista cuyo cuerpo baleado fue encontrado el miércoles flotando en una playa en Dorado, es el resultado del discurso de intolerancia que promueven algunos sectores fundamentalista del país, opinaron esta noche dos activistas de los derechos humanos en Puerto Rico.

Tanto la licenciada Amárilis Pagán Jiménez, directora del proyecto Matria, como Pedro Julio Serrano, defensor de los derechos de la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT), coincidieron en que, a pesar de los avances que ha alcanzado su lucha para lograr la igualdad en Puerto Rico, todavía existen voces que incitan al odio contra las personas por su orientación sexual.

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“Es triste y lamentable. Mi corazón está con la familia, con quienes he estado en comunicación desde que se reportó desaparecido (Hernández Otero). No quisiera que ninguna familia tenga que pasar por esto”, dijo Serrano en entrevista telefónico con este medio.

Hernández Otero, de 21 años, había sido reportado desaparecido por su familia luego de que el martes a las 12:30 a.m., salió de su casa en la comunidad Veve Calzada de Fajardo. No fue hasta ayer, miércoles, que unos surfistas divisaron su cadáver en la playa, en el sector El Caracol, ubicado en la carretera PR-165, jurisdicción de Dorado. El cuerpo, sin pantalones, presentaba heridas de bala en el abdomen, las piernas y una de defensa en el brazo derecho.

La Policía arrestó esta noche a dos individuos que confesaron haber asesinado al destacado voleibolista universitario. Las autoridades confirmaron que se trató de un crimen de odio.

“A quien primero hay que responsabilizar es a los sectores fundamentalistas que siguen incitando el odio contra las personas de la comunidad LGBTT. En la medida en que repiten que son inferiores, que son pecadores y los demonizan, están dando permiso para que los asesinen”, dijo Pagán Jiménez.

“Son cosas que duelen, porque era un muchacho bueno y la orientación sexual de una persona no lo es todo en esta persona. Un ser humano tiene múltiples facetas y parece increíble que todavía se discrimine por un mero aspecto de su vida como es la orientación sexual que, de hecho, no es un crimen, no es un delito y no es un pecado”, agregó la abogada.

Serrano, en entrevista separada, coincidió con Pagán Jiménez al destacar que parte de la culpa la tienen “los políticos y líderes religiosos, que insisten en negarle (a las personas LGBTT) igualdad de derechos y a veces lo hacen con lenguaje inflamatorio”.

“La comunidad LGBTT en este momento se siente temerosa porque siguen ocurriendo crímenes motivados por prejuicios. Esa es una señal que aún con los avances que se han logrado, queda todavía mucho camino que recorrer para erradicar la homofobia de nuestra sociedad”, destacó Serrano.

“Cada vez que hay un crimen de odio se manda un mensaje de que estas a personas LGBTT hay que manteneros a raya, inferiores. Hay personas que se sienten con esa malicia”, subrayó.

El joven activista, sin embargo, destacó que, al menos en esta ocasión, las autoridades consideraron desde el principio la posibilidad de que se tratara de un asesinato por orientación sexual.

“En el pasado había que hacer un llamado a las autoridades para que no descartaran el crimen de odio. Era una lucha constante. En esta ocasión, de entrada estaban investigando ese ángulo y eso dice mucho de lo que se ha adelantado”, concluyó.