El movimiento de las armas de fuego en la calle que dan pie a las balaceras de carro a carro, entre otros incidentes violentos, parece no tener fin.

Esto se debe a que, para las autoridades es prácticamente imposible detectar a ciudadanos y vehículos privados que transportan estas armas, especialmente a altas horas de la noche.

Entonces, ¿cómo encontrarlas?

Siguiendo la pista de confidencias recibidas, agentes de la División de Drogas de la Policía en San Juan decidieron montar vigilancia en lugares donde está prohibido entrar con armas y quienes las portan, se ven obligados a dejarlas fuera: las discotecas.

Una investigación del Negociado de Drogas de la Policía llevó a agentes a monitorear la madrugada del lunes el movimiento de estas armas a las afueras de algunos establecimientos en la avenida De Diego en Puerto Nuevo. El saldo fue el arresto de siete personas y la ocupación de varias armas de fuego.

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"Los agentes montaron una vigilancia afuera de las discotecas para corroborar una información que se había recibido. Entonces, observaron que cuando los individuos eran registrados en la entrada de la discoteca y les encontraban armas, les decían que las tenían que dejar afuera. Ahí veían cuando las metían dentro de los carros", dijo jefe del Negociado de Drogas de la Policía, José Juan García, a este medio.

La primera intervención fue con dos ocupantes de un auto Honda Accord que salió del lugar. El vehículo fue intervenido en la marginal de la avenida Kennedy y allí se arrestó a Jesús Rafael Orta Ramos, de 31 años y Carlos Román Vázquez, de 25.

Al dúo se le ocupó una pistola Glock calibre .40 con 13 balas. El arma figura robada este año mediante asalto en Puerto Nuevo.

La segunda culminó con el arresto de otros dos jóvenes, ambos vecinos del residencial Juana Matos, en Cataño. Tras salir de uno de los negocios vigilados a bordo de un auto Suzuki SX4, se arrestó a Pablo Santos Sepúlveda, de 23 años y a Angel Cruz Martínez de 28. Al dúo, detenido en la intersección de la avenida De Diego con la avenida Roosevelt, se le ocupó una pistola Glock calibre 9 milímetros.

La tercera intervención y la más complicada se produjo casi al amanecer. Según detalló el teniente Iván Bahr, de la División de Drogas de la Policía, cuatro ocupantes de un auto Dodge Charger fueron vistos al salir de uno de los locales. Agentes uniformados les dieron el alto en la salida de la avenida De Diego hacia el expreso PR-22, pero los sujetos se barrieron y continuaron la marcha por la carretera PR-165 hasta que rebasaron un semáforo rojo frente a l Centro Metropolitano de Detención (MDC, por sus siglas en inglés) en Guaynabo. Allí chocaron un auto Toyota Corolla que a su vez impactó un poste.

"Este es el último vehículo que se vio a los individuos armados", dijo Bahr. "Se avisó a los compañeros en las patrullas y le dieron seguimiento (pero) los pierden cuando estamos llegando al área del expreso. Cuando están bajando, se topan con un accidente y al verificar, eran los individuos, que estaban accidentados. Se comienza una persecución a pie, logrando arrestar a estos individuos y ocuparle tres armas de fuego”.

Mientras, García dijo que, según su experiencia, el flujo de armas afuera de estos lugares en ocasiones son las que se usan para saldar cuentas entre bandos rivales, que terminan en balaceras.

"El caso de hoy está en investigación y hay que ver las circunstancias de esas armas. Pero lo que hemos visto en el pasado es que, ya sea por situaciones de antes, o por situaciones surgidas dentro de la discoteca, el problema es que salen para saldar cuentas y ahí es que vemos esos tiroteos en la calle o de carro a carro", sentenció.