El hecho de que un niño de cuatro años haya recibido una herida que es compatible con la de un perdigón, levanta cuestionamientos en torno a la peligrosidad  que pudieran tener las armas de perdigones, las cuales  no están prohibidas y pueden ser adquiridas por cualquiera que tenga 18 años o más.

“No está prohibido. Es campo ocupado. No tiene que tener licencia. Después que tenga 18 años o más. A diferencia de la Ley de Armas, que es 21 o más”, explicó el teniente de la Oficina de  Registro de Armas, Jaime Colón.

“No se consideran armas de fuego y se usan para el tiro al blanco. Si son utilizadas en la comisión de un delito, aunque el arma sea de agua, de juguete, una réplica de un arma, un embuste, le van a aplicar la Ley 404 de Armas”, expuso.

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El oficial de la Policía explicó que hay una diferencia entre lo que son  perdigones y balines. 

“Si vamos a  hablar de armas de pellet o rifle de pellet, son dos calibres el 1.77 y el calibre 22. El calibre 22, es más poderoso que el 1.77. El calibre 22, también se clasifica, dependiendo si usa  una o dos botellas de gas (C02). El rifle usa dos botellas y la pistola una botella. El más poderoso es  de doble botella”, dijo.

Describió el gas como el que se utiliza en las botellitas de Gotcha.

“Es un gas comprimido que genera una presión violenta. La doble botella, en calibre 22, esa tiene bastante poder, dependiendo del pellet que utilice. Viene un pellet que en la punta tiene un huequito, que  mantiene el pellet estable. Es unidireccional y  tiene más poder de penetración, que el redondo que es bolo. Puede atravesar un zafacón de lata”, describió.

De otra parte, indicó, está el típico balín, que es una bolita que es más inofensiva. Lo comparó con las cajas de bolas de las bicicletas.

“Esa es mucho más inofensiva”, dijo.

¿Puede ocasionar daños?

El caliber 22, de  doble botella, tiene la capacidad de que si el tiro es en un órgano vital, podría costarle la vida  a un ser humano. Si el impacto es en la sien, el corazón, la yugular, por ejemplo. Si es en cualquiera otra parte, no corre peligro.

El impacto de los balines, agregó, puede ser más inofensivo, ya que el balín no penetra.

“No tiene capacidad de penetración. Un impacto de balín a quemarropa o de cerca, puede ser que se incruste en la piel,  que tal vez con la uña, lo sacarías. Ahora, si coge un ojo, lo va a vaciar. Lo deja ciego. Ahí es donde único el balín puede ocasionar un daño serio.

Para saber, como sucedió en el caso del niño herido,  si fue un perdigón  o un balín, habría que ver primero la herida y poder ocupar la munición.

“Si vemos un daño que no es muy grave y no podemos encontrar la munición, pudiera ser un balín. Si fuera un perdigón, la persona guardaría la munición en su cuerpo”, indicó.