¡Pa’ fuera!

César Mercado Santaella perdió ayer su puesto como juez superior tras concluirse que violó siete cánones de la Ética Judicial, luego de una investigación realizada entre los años 2010 al 2014 y que reflejó que estaba “al garete” en su perfil de Facebook, donde se hacía llamar “El César”, En su perfil,  publicó desde chistes hasta insultos de tipo sexual, político, discriminatorio o con lenguaje soez.

Entre las joyas que publicó Mercado Santaella se puede mencionar la siguiente: “Stephanie, haz (sic) elevado el capoteo a niveles insospechados. El problema lo tienen ahora las nenas. ¡Chicas, hay que superar eso! Yo sé que pueden, así que adelante. Los varones veremos (sic) jueces justos (y estamos esperando por ustedes)”, con fecha del 2014 y en horas de la mañana, cuando se supone que estuviera trabajando.

“El César” no es el único en caer por sus propias palabras. El pasado 31 de marzo otro juez, Eric Colón, quien fungía como juez municipal en Coamo, fue suspendido por tres meses por comentarios en los que se burlaba de personas que comparecían a su sala, así como fotos cuestionables.

“Uno es esclavo de lo que dice”

En pleno 2017, quien diga que no tiene una cuenta en una red social y ha publicado algo de lo que luego se ha arrepentido miente, pero en el caso de un juez las consecuencias son más graves porque tienen que ser modelos en la sociedad.

Según la  licenciada Julizzette Colón-Bilbraut, fundadora de Monitor SN,  “las redes sociales no son un universo paralelo, son una extensión de nuestra persona, y para situaciones como esta, sí hay jurisdicción para los patronos sobre las cosas que uno publica”.

El patrono aquí, la Rama Judicial, es estricto y quienes trabajan allí saben que se exponen a reglas rigurosas, porque así lo dispone la profesión que ejercen.

“La Rama Judicial está siendo sumamente observadora y, al tomar una acción de esta naturaleza se demuestra que tiene una visión proactiva y con los pies puestos en la tierra. Y es que tienes más difusión en Facebook de lo que puedes tener en tu propia sala del tribunal... no es lo mismo lo que se espera de un juez que  lo que se espera de un empleado regular”, indicó la abogada.

¿Privado? Sí, Pepe…

Para el que venga con el argumento de que lo que publica es personal, Colón-Bilbraut fue enfática en que tal cosa no existe. “Nada es privado; hay que entender que las redes sociales te están dando gratis la habilidad de que tú le permitas a ellos saber la forma en que te comportas, para venderlo como inteligencia a proveedores… Puedo tener mi perfil cerrado, pero alguien en quien yo confío le saca un ‘screenshot’ y lo reparte”, insistió Colón-Bilbraut.

“Las redes sociales nos ha cambiado como personas”, reflexionó. “Todos descubrimos que tenemos una audiencia y el ser humano se ve atraído a opciones de esta naturaleza. La gente dejó de ser meros receptores de información para convertirse en productores de información. Las redes sociales nos han cambiado”, dijo.

Colón-Bilbraut aconsejó que, antes de publicar, piense que ese texto, estatus, tuit o correo electrónico puede terminar en la portada de un periódico. “¿No le preocupa? Pues dele ‘send’”, recomendó. Del resto, mejor aguántese y calle, porque podría ser usado en su contra.

Si usa redes... 

1. Nunca recurra a la red social cuando tiene coraje, demasiada tristeza o frustración. No deje que sus emociones tomen control de su juicio a la hora de publicar.

2.Tenga siempre en mente que ninguna cuenta es segura ni privada. Cualquiera  de sus amigos decide no serlo y con un ‘screenshot’ derrumba su falsa noción de privacidad.

3.Los adultos tienen que continuar comportándose como tales en las redes sociales.  

4. No olvide que usted es más inteligente  que su teléfono.