La seróloga forense Jenny Acevedo González declaró este miércoles que no encontró tejido debajo de las uñas de Carmen Paredes Cintrón que demostrara que la ejecutiva de ventas y mercadeo de una compañía de seguros luchó contra la persona que le arrebató la vida.

También identificó el perfil genético de la víctima y de otra mujer en el rifle ocupado por las autoridades en el gazebo cercano a la residencia que Paredes Cintrón compartía con su esposo Pablo Casellas Toro en la urbanización Tierralta III, en Guaynabo.

En el décimo día del desfile de prueba del juicio por jurado que se sigue contra Casellas Toro por la muerte de su esposa, la perito descartó que Paredes Cintrón hubiera luchado contra la persona que la asesinó el 14 de julio de 2012.

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"Cuando es mecanismo de defensa (como arañar) habría material genético para tener un perfil completo específico. En este caso, no se detectó", afirmó la bióloga, que trabajaba en el Instituto de Ciencias Forenses y que ahora completa su doctorado en la Universidad de Puerto Rico.

Ante el juez José Ramírez Lluch, del Tribunal de Bayamón, Acevedo González explicó que en el raspado de las uñas de Paredes Cintrón detectó material genético de tres contribuyentes, que incluían el de la víctima y de más de un hombre. Pero dijo que no pudo identificar a quiénes pertenecían esos perfiles de hombre por la poca cantidad de material genético que se encontró en las uñas de ambas manos de la víctima.

Dirigida por las preguntas de la fiscal Janet Parra Mercado, la bióloga precisó también que ese material genético se comparó con el ADN de Casellas Toro, pero que "existía poca información genética para llegar a una conclusión".

En un testimonio técnico y científico, Acevedo González indicó, entretanto, que en la muestra que se tomó al rifle que se ocupó en la escena del crimen identificó el perfil genético parcial de más de una persona.

La mayor contribuyente al perfil era la víctima, mientras que el segundo contribuyente era otra mujer, que no identificó porque no se sometió una prueba de comparación.

Esta revelación pareció chocar con el testimonio que Casellas Toro ofreció al agente Manuel Cabrera, del Cuerpo de Investigaciones Criminales de la Policía de Bayamón. Previamente, Cabrera declaró que el acusado le indicó que la mañana de 14 de julio cuando regresaba a su casa, después de visitar a su papá el juez Salvador Casellas, observó a un hombre "trigueño" salir de su residencia con uno de sus rifles.

Casellas Toro también le dijo al agente que esa mañana había usado un rifle de perdigones para salir a cazar una paloma para comérsela.

Durante el juicio, la defensa ha identificado el rifle ocupado en la escena como uno de perdigones, mientras que el Ministerio Público lo identifica solo como un rifle.

La seróloga indicó que también se detectó otro perfil parcial de ADN de Paredes Cintrón en la muestra que se tomó a dos casquillos disparados que se ocuparon en el área de la terraza. En este caso, hubo dos contribuyentes: la víctima y otra mujer, que no fue identificada.

Como parte de su análisis, Acevedo González detectó el perfil genético del acusado en las muestras de unas municiones y de dos abastecedores de un arma.

Además, detectó material genético de un hombre en los hisopos bucales y vaginales tomados a Paredes Cintrón durante el proceso de autopsia.

Explicó que sometió los hisopos con contenido genético a una prueba para detectar el cromosoma Y, que detecta el ADN de un hombre.

Esa prueba identificó la presencia del perfil genético de un varón, que no se pudo identificar porque no había suficiente material genético para una identificación positiva.

"No se puede hacer una comparación aunque tengamos una muestra de referencia", afirmó la testigo.

En el contrainterrogatorio, el licenciado Harry Padilla Martínez siguió una línea de preguntas para tratar de establecer que el perfil genético no identificado que se detectó en los casquillos y en el rifle podían pertenecer a un hombre, que no era Casellas Toro, pero que las autoridades no habían sometido pruebas de comparación para lograr la identificación.

También cuestionó el hallazgo del cromosoma Y encontrado en las muestras bucales y vaginales de la víctima y trató de establecer que podían pertenecer a otro hombre que no era el acusado.

Sin embargo, en el contrainterrogatorio la fiscal Parra Mercado llevó a la víctima a aclarar que los perfiles genéticos parciales tomados en el rifle y los casquillos pertenecían a dos mujeres porque en los mismos no se detectó presencia del cromosoma Y.

La perito, además, insistió en que no podía indicar a qué hombre pertenecía el material genético de los hisopos de la víctima porque había insuficiencia de material genético y que por ello no podía descartar o concluir que pertenecían al acusado.

Durante la jornada de hoy se estipularon tres testimonios, cuyo contenido se leyó al jurado compuesto por seis mujeres y seis hombres. Entre ellos, se estipuló el informe de la perito en patrones de sangre, del ICF, Brenda Plá, quien concluyó que Paredes Cintrón recibió los impactos de balas y murió en la misma silla donde fue encontrada.

El juicio continúa este jueves con los testimonios del experto en balística Carlos del Valle y la patóloga Rosa Rodríguez.

Pablo Casellas Toro está acusado por el asesinato de su esposa Carmen Paredes Cintrón.