Personal del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) y la Fiscalía de Carolina recreó los hechos que culminaron con la muerte de una turista que se deslizó en una tirolesa (zipline) instalada en la Hacienda Campo Rico.

Las autoridades, además, ocuparon el equipo de seguridad que utilizó la víctima hace una semana, cuando se produjo el deceso.

El director del CIC, comandante Jesús Rivera, indicó que lo que se busca en esta etapa de la investigación es descartar definitivamente la mano criminal. 

No obstante, aclaró, que ya se ha establecido que todo se trató de un accidente, mediante las entrevistas a testigos, incluyendo al esposo de la víctima, quien estaba en turno de lanzarse detrás de ella. 

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“Es un accidente, a base de la información que tenemos, pero la investigación no ha concluido para entonces establecer que no hubo mano criminal. Todavía no se puede descartar nada”, dijo Rivera. 

La persona muerta fue identificada como Marcha Boekeloo, de 56 años, quien residía en Nuevo México.

La mujer acudió al lugar el pasado, jueves, 15 de octubre, a las 11:03 a.m., tras comprar la excursión de zip line en un crucero en el que llegó a la Isla. La fémina cayó de una altura de unos 30 pies, cuando apenas llevaba un recorrido de cinco pies de distancia de la última de las seis torres de la tirolesa. Boekeloo falleció a las 2:00 p.m. en el Centro Médico de Río Piedras, a consecuencia de los golpes que recibió al caerse.

“El día de los eventos no fuimos al lugar. El caso se reportó como un incidente desgraciado, ya que cayó a una altura de más de 30 pies. Ella se mantuvo consciente, hablando, y muere en el Centro Médico. Nosotros vamos a cumplir con la parte ministerial de la investigación”, explicó Rivera. 

De acuerdo con las entrevistas realizadas hoy, jueves, Boekeloo era parte de un grupo de 24 personas, incluyendo a su esposo y varios familiares, los cuales ya se habían lanzado de las otras estaciones sin contratiempos. 

El chaleco, las correas y el cinturón utilizado por Boekeloo fueron ocupados esta tarde y serían examinados por un perito, confirmó Rivera.

“Ocuparon para evidencia, la soga, el equipo que usó para entonces hacerle el peritaje. Las piezas están sólidas, aguantan un peso de hasta 2,000 libras. La hacienda lleva unos controles de seguridad rigurosos”, comentó el comandante. 

Los investigadores tomaron fotos y vídeos del área del accidente como parte de la evidencia en poder de las fiscales Ileana Espada y Tamara Martínez.