Culpable.

El notorio convicto Alexander Capó Carrillo, mejor conocido como “Alex Trujillo”, se declaró culpable ayer en el último caso de asesinato que le quedaba pendiente en la jurisdicción estatal a cambio de una pena recomendada de 48 años de prisión.

Éste se exponía a una condena de más de 200 años de cárcel.

Luego de una intensa negociación, sus abogados lograron un preacuerdo con el Departamento de Justicia con el cual se le reclasificó un cargo de asesinato en primer grado a la modalidad de segundo grado. Otros 12 cargos de violación a la Ley de Armas quedaron como le fueron imputados, pero, según el preacuerdo, la condena por esos delitos será concurrente, aunque consecutiva, al asesinato.

No cualifica para probatoria, pero fue referido a informe presentencia y la vista de lectura de la condena es el 20 de agosto.

El convicto cumpliría 30 años por el asesinato y otros 18 años por las violaciones a la Ley de Armas. Los 48 años serán concurrentes con la pena de 20 años de prisión que cumple a nivel federal por cargos de narcotráfico.

Los abogados defensores, Luis O. Rodríguez, Francisco Dolz y Roberto Alonso, le informaron el preacuerdo al juez superior de San Juan Abelardo Bermúdez Torres, en cuya sala encaraba juicio ayer Capó Carrillo por el asesinato de Alexis Rivera Feliciano, ocurrido el 7 de enero de 2003 en los predios del residencial Nemesio R. Canales, de Hato Rey.

La defensa dijo que no tenía otra alternativa que la alegación de culpabilidad, pero espera que al imponerle la sentencia el tribunal considere que a los coacusados Fernando Guadalupe y José Quiles, Justicia les concedió acuerdos con sentencias más bajas. Guadalupe fue sentenciado a 30 años y Quiles a 24.

Antes de que se concretara el preacuerdo, el juez declaró no ha lugar una moción de desestimación de los abogados en la que alegaban que a su cliente se le estaba dando un trato discriminatorio.

“La recomendación es de 48 años...”, dijo el fiscal Sergio Rubio Paredes, quien negoció la pena con la fiscal Francelis Ortiz Pagán.

"Fue un acuerdo sin alternativa, contra la pared", dijo Rodríguez, quien encabezó la defensa.

Mientras el juez le tomaba la renuncia al juicio por jurado, Capó Carrillo, vestido con uniforme caqui de preso, lucía nervioso.

“Espero que el juez sea bastante justo y le dé a Alex más o menos la misma cantidad que le dieron a los otros dos (coacusados)”, dijo la madre del convicto, Carmen Carrillo.