No hay una fórmula mágica o exacta para detener los macabros actos de violencia que continúan conmocionando al País y que incluyen casos de crueldad contra animales, como el reciente hallazgo de diferentes criaturas decapitadas en Aibonito y los numerosos casos de violencia de género, contando el incidente en Lares en que el agresor terminó arrancando de un mordisco la cabeza de un cachorro.

“Hay muchas personas que son hostiles, agresivas por no decir que padecen alguna psicopatología seria que [...] hacen daño a los animales y ¿cuál es la otra escalera?”, cuestionó el sociólogo. “Después pasa a hacer daño a los seres humanos”.

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“No es que todos sean así pero, lamentablemente, puede haber unos indicios que apuntan a una posibilidad de acción que podemos prevenir”, indicó el sociólogo.

Son varios los estudios que relacionan el maltrato animal con la violencia de género e incluso subrayan que la mascota podría convertirse en un recurso de poder y manipulación contra la víctima.

Rodríguez González destacó que ante estas banderas rojas, lo primordial es buscar formas de prevenir y lograr que el posible agresor reciba terapias.

Pero ante la agresión, urge también que los vecinos, los familiares, la gente alrededor -tanto de la víctima como del victimario- reaccionen e intervengan.

“El problema es la apatía que muchos de nosotros tenemos. Tú escuchas a una mujer gritando y, ¿llamas a la Policía? No, porque eso es un asunto de matrimonio, ‘allá ellos’…, ejemplificó el estudioso de la sociedad. “Hay una parte también que requiere de una visión de conciencia y de intervención social”, dijo.

Una olla de presión

Para el también profesor, el panorama no parece ser alentador en cuanto a la cantidad y la magnitud de los incidentes violentos en la Isla, puesto que son el resultado de “un sinnúmero de elementos socioeconómicos o sociopolíticos que van a influir en forma negativa”.

Entre ellos, ennumeró la desigualdad social, la falta de acceso a servicios de salud mental y unos valores en descenso a causa de una sociedad que prioriza “el tener y el consumo” sin importar cómo se obtienen esos bienes materiales.

“El asunto es también cómo el Estado provee la accesibilidad [a los servicios de salud] en forma sensible, adecuada, diligente. Sabemos que los problemas de salud mental en este País están aumentando, que la accesibilidad de lo que representan esos servicios está disminuyendo [así como la] calidad”, subrayó González Gómez.

“Se están cultivando una serie de acciones, una serie de conductas, una serie de factores, que van dirigidos a que hayan muchos más problemas de salud mental”, dijo Rodríguez Gómez refiriéndose a posibles recortes a los fondos para servicios de salud, así como las medidas que ponen en detrimento las condiciones laborales de los trabajadores y que abonan a la inestabilidad de los sectores más pobres.

Según González Gómez, haría falta revisar los valores de la sociedad actual.

Pero ante los frecuentes incidentes, estas son algunos de los teléfonos a los que se puede comunicar en caso de que verse involucrado en alguna situación violenta.

La línea de orientación para víctimas de violencia de género es el (787) 722-2977. En el caso de que una persona sienta que está perdiendo el control y se ve al filo de cometer algún acto violento se puede comunicar a la línea del Programa de Asistencia Social al 1-800-981-0023.

Del mismo modo, para denunciar casos de maltrato o abuso animal, puede comunicarse al cuartel de la Policía más cercano.