Las reacciones emocionales luego del huracán María fueron y siguen siendo intensas, algo común luego de experimentar eventos traumáticos.

Profesionales de la salud mental coinciden en que inmediatamente luego de un evento como éste, la negación o estado de shock son reacciones normales. Sin embargo, luego de un tiempo estas reacciones se tornan en incredulidad, miedo, tristeza, y desesperanza.

Con vecindarios, escuelas, parques y áreas de juego total o parcialmente inoperantes o en proceso lento de recuperación; con la inseguridad económica por la pérdida de empleos y otras múltiples complicaciones diarias por la carencia de energía eléctrica, agua potable, dificultad en la transportación, entre otras; es notable que nivel de ansiedad, tensión e irritación se percibe en incremento tanto en adultos como en niños, deteriorando así nuestra salud física y emocional.

Es por esto que el aprendizaje y desarrollo de técnicas para manejar el estrés y promover salud emocional y física es vital en garantizar una pronta recuperación luego de un evento traumático.

Los programas de actividad física, recreación y deporte constituyen una herramienta clave en este proceso. La promoción y desarrollo de oportunidades para realizar actividad física, participar en actividades recreativas y practicar deporte debe ser parte esencial y prioritaria en el proceso de recuperación en áreas devastadas por desastres naturales.

Sin apoyo gubernamental ni dinero disponible, muchas personas en diversas comunidades en Puerto Rico salieron a remover escombros y limpiar parques y áreas deportivas y recreativas de manera que pudiesen retomar lo antes posible la práctica de actividad física, recreación y deporte.

Ha sido gratificante observar parques e instalaciones deportivas ya habilitadas y repletas de niños y adultos, como también ha sido entristecedor e inexplicable observar parques e instalaciones deportivas aún ocupadas con escombros, cerradas e inaccesibles para las comunidades que tanto las necesitan. 

Aún más triste es cerrar y negar acceso a instalaciones físicas ya liberadas de escombros donde los ciudadanos muy bien pueden beneficiarse con programas organizados de actividad física al aire libre.

Es incorrecto que el restablecimiento y fortalecimiento de programas comunitarios de actividad física, ejercicio, recreación y deporte se coloque en último lugar en la escala de prioridades como si fuesen innecesarios en la mitigación de la crisis.

Es lamentable e inaceptable que instituciones cancelen o eliminen programas deportivos y que excelentes profesionales en el campo de la actividad física, la recreación y el deporte se encuentren ahora desempleados teniendo que recurrir a trasladarse fuera de Puerto Rico.

Vivimos un momento crítico en donde nuestros líderes recreativos, nuestros entrenadores físicos, nuestros entrenadores y entrenadoras en el área deportiva, nuestros maestros y maestras de educación física juegan un papel esencial en la recuperación de Puerto Rico. 

Estudios demuestran que niños y adultos que se involucran regularmente en actividades físicas y recreativas luego de eventos traumáticos como el experimentado por el paso del huracán María, tienen mejor estado de ánimo, mejor salud emocional, y mayor participación en actividades sociales.

Los programas de educación física en las escuelas y los programas de actividad física, deporte y recreación en las comunidades ayudan a promover mayor participación en actividad física mientras se desarrollan destrezas, técnicas y tácticas de juegos cooperativos y liderato en un ambiente positivo.

Por esto debemos hacer un reclamo para desarrollar, mantener y fortalecer los programas de actividad física, ejercicio, recreación y deporte como herramientas esenciales en la mitigación de crisis en Puerto Rico luego del desastre natural provocado por el huracán María.