Porque de dichos está llena nuestra coloquial manera de comunicarnos, aquí le va uno al senador Carlos Rodríguez Mateo, quien por cierto es titulado con un doctorado en medicina: "Peor ciego no ha existido que aquel que no quiere ver… más sordo no podrá ser, que el que se tapa los oídos".

El pasado 29 de marzo, la Comisión De Salud que preside el senador Rodríguez Mateo, llevó a cabo una vista pública en nuestro pueblo. Según rezaba la convocatoria, en la misma se pretendía recopilar información sobre los daños que podía provocar a la salud del ambiente y los seres humanos la exposición a derivados de cenizas de carbón.

Fueron decenas de ponencias las que el senador presenció -y entendía- escuchó. Algunas presentadas por ciudadanos preocupados. Otros por conocedores y especialistas en el tema, y nuestra ponencia donde expusimos oposición al traslado hacia Peñuelas del residuo de carbón que la cogeneradora AES de Guayama desecha como parte de su proceso de producción de energía.

En nuestro caso particular reseñamos, como ya lo habíamos hecho con anterioridad en misivas, comunicados y comparecencias públicas, que nuestra renuencia se sostiene, entre otras cosas, por lo ocurrido en Arroyo Barril, provincia de Samaná, en República Dominicana.

Malformaciones congénitas. Partos prematuros. Abortos rampantes. Problemas respiratorios crónicos. Alarmante aumento en casos de cáncer; son algunas de las condiciones diagnosticadas en ese sector desde que miles de toneladas del desecho carbónico fueron depositadas en el lugar. 

Residentes de Arroyo Barril demandaron a la multinacional en el Tribunal de Delaware. Luego del despliegue de evidencias, AES se allanó y concedió una millonaria compensación por los daños provocados en un acuerdo cuyos términos permanecen confidenciales entre las partes. ¡Indemnización! senador, por daños a la salud y sufrimientos.

No empece a todo ello, el senador dice que no ve ni escucha argumentos para establecer que ese material pueda exponernos a efectos nocivos a la salud. ¡En serio!

Quizás, aunque no lo aceptara, podría entender ese “argumento” si su proceder fuera de un empresario, inversionista de AES; pero de un médico que pronunció fidelidad al semejante con el juramento de Hipócrates (Hipocrático), no se puede creer, ni aceptar… a menos que haya cambiado su juramento a uno de hypokrites.

Walter Torres Maldonado es el alcalde de Peñuelas.