Gabriel J. López Arrieta, Ex administrador de Vivienda Pública
Gabriel J. López Arrieta, Ex administrador de Vivienda Pública

Recuerdo como si fuera hoy el 30 de enero del pasado año, cuando todos en Puerto Rico (y hasta el resto del mundo, porque se reseñó en las cadenas de televisión más importantes a nivel internacional) quedamos en estado de “shock” al ver y escuchar el vídeo del tiroteo cerca de la escuela Evaristo Ribera Chevremont, en el caserío Vista Hermosa en San Juan. 

Se alegó que fue como muestra de “despedida” en el cortejo fúnebre de uno de los hombres que habían asesinado una semana antes en el sector de Barrio Obrero en Santurce. 

“Aterrador” es la palabra que puede describir ese momento en que se escucharon los disparos y una de las maestras comenzó a calmar a los estudiantes que se encontraban protegiéndose bajo sus escritorios, diciendo: “Steven baja la cabeza. Estamos seguros aquí, aquí no va a pasar nada”. Luego, se escuchó otra ráfaga de disparos, y otra de las maestras dice: “Valeria, mami, no llores bebé que estamos bien aquí, ¿Ok?”. Ante el incesante tiroteo, nuevamente una de las maestras, con un temple digno de admirar intentando calmar a los niños, les dijo: “Estamos bien. Mira a maestra y yo. Sí, Alaya, abrázala, abrázala bien fuertecito”.

Nuevamente, se escucharon disparos que parecían no acabar y otra de las maestras dijo: “¡Carajo!” con evidente sentido de impotencia en un momento tan horrible y desesperante; y con la fuerza necesaria para demostrar indignación y repudio ante este vergonzoso acto. “No llores, no llores. Aquí estamos seguros, aquí no nos va a pasar nada, aquí estamos seguros, no nos va a pasar nada.”, finalmente se escucha a una de las maestras decirles a sus estudiantes, en un tono que transmite la ternura necesaria para calmar a los estudiantes que se encontraban en llanto bajo sus escritorios protegiéndose.

No es justo continuar, sin reconocer la valentía y entereza que tuvieron las maestras Rebecca Gómez y Belgis González, al mantener en calma a cada uno de sus estudiantes ante un momento tan difícil. Definitivamente, ambas maestras dieron sentido y valor a la frase, “no todos los superhéroes usan capas”.

Por otro lado, nadie puede tener duda de que quienes estuvieron involucrados en este incidente de disparos al aire, no tuvieron el mínimo grado de sensibilidad, ni respeto por el valor a la vida. ¿Cómo se puede explicar que por los pasados 13 años, y de manera ininterrumpida, se realice la campaña “no balas al aire”, y, aun así, haya personas que no tienen la madurez intelectual, ni la conciencia de reconocer que esas acciones pueden terminar en una tragedia costándole la vida a inocentes?

Pero más incrédulo uno queda cuando tan reciente como el pasado 2 de enero, tres jóvenes residentes de la urbanización Santa Rosa en Bayamón, fueron arrestados por la Policía, luego de publicar un vídeo en las redes sociales disparando en la despedida de año.

Es por esto que atender con responsabilidad la niñez temprana en todas sus fases es la herramienta más importante de nuestra sociedad. Tenemos que ofrecerles a las mujeres embarazadas, con énfasis a las que son solteras, la capacitación necesaria en cada una de sus etapas en el embarazo. Además, hay que brindarle de acuerdo a las cifras del censo en Puerto Rico del año 2010, a los 224,756 infantes y menores de 0 a 5 años de edad, y a sus familiares las herramientas para atender las deficiencias en el desarrollo, mediante pruebas de cernimiento, trabajo social y ayuda sicológica.

A través de estos recursos se pueden identificar problemas en el desarrollo y adaptación de los niños en los grados primarios, lo que tendría como efecto directo una disminución en la deserción escolar. Es necesario destacar, que según los datos oficiales más recientes provistos por el Departamento de Educación en el año 2015, anualmente unos 4,180 niños dejan de ir a la escuela.

Para no estar desconectados de la realidad, hay que estar conscientes de que Puerto Rico atraviesa por la peor crisis económica en su historia, la cual se ha agravado más por la devastación del huracán María, por lo que todos los esfuerzos y estrategias están dirigidos a impulsar el desarrollo económico de manera urgente. 

Es imperativo que el Gobierno atienda la niñez temprana como una prioridad, para así establecer una política pública y un plan que ayude a desarrollar ciudadanos que aporten al desarrollo económico y a la seguridad de nuestra sociedad.

A un año del tiroteo en la escuela Ribera Chevremont, todos tenemos que cuestionarnos: ¿qué hemos hecho?