El ingenio del puertorriqueño no tiene comparación con ningún otro pueblo. Nos pasa en Loíza todos los días y le cuento: ya en nuestras calles y comunidades se genera una nueva frase: “en Loíza somos más fuertes que María”.

Y es que tenemos que aceptar la realidad, este huracán nos azotó bien duro. Y dos semanas antes Irma ya nos había dado un aviso de lo que venía. 

Pero estamos trabajando fuerte y nos estamos levantando, con dificultades, pero con consistencia.

Tengo que agradecer mucho a nuestros servidores públicos y voluntarios que han dado más de lo esperado. Y sirven de ejemplo a los demás. Cada mañana, justo a las 9:00, se escucha en todo el casco urbano los acortes del himno loiceño que canta: “cultiva tu tierra, es tesoro, estudia y lucha sin cesar, que Loíza es hija de Borinquen, pueblo de amor y paz”. Himno que transmitimos desde la Alcaldía.

Ya nuestro sector turístico de Piñones está sirviendo sus delicias culinarias, y reverdece el Parque Nacional de Piñones, al igual que las palmeras y uvas playeras. Ya los pescadores de Puente Herrera están echando las redes todos los días. En las Medianías la bomba se va escuchando y en Villas de Loíza vamos paso a paso.

Es cierto que aún tenemos mucho para hacer con las familias que lo perdieron todo y que las ayudas de las agencias de Gobierno no han tenido la agilidad que esta situación amerita.

Nos pasa a nosotros y les pasa a los demás alcaldes con los que he hablado, la burocracia ha dado su cara, pero en esta situación tenemos que aprender de eso para agilizar los procesos y ser más efectivos. 

Gracias a Dios hemos tenido la ayuda generosa de individuos, iglesias, organizaciones sin fines de lucro y empresas locales y extranjeras.

Estamos atendiendo con mucho cariño y cuidado a los que perdieron sus hogares o sus formas de generar ingresos. Falta mucho por hacer, pero en todas las conversaciones que he tenido con los ciudadanos insisto en la importancia de planificar la reconstrucción, para que esta tragedia no nos vuelva a tocar de esa manera. 

Tenemos que pensar en los años venideros, porque como caribeños tenemos seis meses del año bajo temporada de huracanes. El uso de energías renovables se impone, la eficiencia en el uso del agua potable es indispensable, el fomento de la labor comunitaria es más importante que nunca antes.

Somos fuertes sí, pero esa fuerza tiene que ser manejada por la inteligencia y la planificación. 

Además, los valores culturales que nos distinguen son también un motor de desarrollo que estamos fomentando, al igual deporte y la educación.

En Loíza somos más fuertes que María y a todos ustedes los recibimos con los brazos abiertos.