Hace unos días me topé con mi amigo y médico especialista, Héctor Armaiz. Es un hombre de mediana estatura y de primera impresión, puede intimidarlo por su cara seria. Sin embargo, es un ser humano con un gran sentido del humor. Incluso, en ocasiones desarrolla bastante lo que conocemos cómo humor negro, ese que puede rayar en cinismo. 

Me comentaba sobre la columna, en la cual me vacilé un poco a la Autoridad de Energía Eléctrica y sus definiciones particulares para los asuntos internos y públicos, que sufrimos todos los boricuas ante la falta de luz. De inmediato saltamos a la medicina, campo en el cual se ha desempeñado con éxito en estas pasadas cuatro décadas.

Me explicaba como él y otros colegas habían plasmado en blanco y negro, el glosario boricua de las enfermedades, las que no aparecen en los libros de medicina, pero todos los puertorriqueños saben qué es y lo más importante, los médicos entienden de qué rayos les están hablando. 

1. Monga: Misteriosa condición que altera la temperatura corporal, no es fiebre, pero impide ir a la escuela y al trabajo. Cuando se le pregunta a la persona como se siente, por lo general dice: “escrachado”, palabra usada para describir que el malestar es general. 

2. Patatú: Ataque de origen desconocido, el cual no es detectable por tecnología médica moderna y sus víctimas suelen tener más de 50 años. En muchas ocasiones, está relacionado al corazón, pero puede incluir otras molestias. En algún momento, el Patatú era mortal, pero el abanico de opciones se ha abierto, y puede que el paciente termine tanto con una condición grave, así como una leve, dado a que incluye desmayos. 

3. Empache: Desorden digestivo que ocurre al consumir exceso de comida y generalmente chatarra. Es común en la Navidad luego de comer lechón, morcillas, cuajito, así como otros manjares de la época. En el campo se utilizaba el “sobo” como remedio. El “sobo” era practicado por varias personas que no habían estudiado nada de medicina, pero que tenían una mano santa. Luego de varias visitas el empacho desaparecía.

4. Jaleo: Es otro tipo de desorden digestivo que no llega al nivel de empache. Es provocado ocasionalmente por una noche de juerga.

 5. Sereno: Ocurre cuando los puertorriqueños se exponen al aire nocturno sin cubrirse la cabeza. Los niños son los más perjudicados, aunque no suelen tener síntomas físicos. Si usted hace caso omiso a los mayores y no les pone la sabanita a los nenes, se gana un tremendo limazo. A todos nos ha pasado, ¿o no?

6. Cuerpo corta’o: Condición de etiología desconocida. Sus síntomas suelen ser debilidad generalizada y dolor en el cuerpo. Es común que se utilice el término “esñema’o” para describir como usted se siente. Muchas veces, unas aspirinitas son la primera prescripción casera para combatirla. 

7. Moño para’o: Es un desbalance psicológico de corta duración que incluye violencia, irritación, sensación de coraje y suele estar acompañado de lenguaje grosero. Todos los maridos entendemos perfectamente esta condición mental provocada en la gran mayoría de los casos, por alguna indiscreción nuestra. 

8. Dolor de cabeza por cocotazo: Golpe fuerte en la cabeza ocasionado generalmente por los nudillos de otra persona. Más vale que la persona recipiente del cocotazo no proteste pues de hacerlo, se puede ganar un segundo o tercero. 

9. Chichón: Elevación craneal usualmente ocasionado por la caída del Patatú o el Cocotazo. La primera recomendación es aplicar hielo en el área perjudicada.

10. Guatapanazo: Médicamente conocido como hematoma. Es aplicable a cualquier golpe que usted se propine en su cuerpo. El más doloroso es el de la espinilla que provoca que usted brinque sin control. 

11. Tos de crup: Condición común en los infantes que puede ser provocada por diversas fuentes de contagio. La primera línea de defensa es el Vic’s en el pecho. 

De seguro, está breve lista le prenda el bombillo para muchas más. Así que comience su día con una sonrisa y compártala en su oficina. De esta forma, hago una pausa al Macondo boricua en este mes.