Recuerdo cuando el pasado año muchos de los miembros del PNP celebraban la designación de la Junta de Control Fiscal.

Era la forma de meterle el dedo en la llaga a la pobre administración de Alejandro García Padilla y mercadear el mensaje de la necesidad de un cambio.

Vociferaban por la radio, alardeando de que era la demostración de la incapacidad administrativa del PPD que nos había llevado al abismo.

Claro, las administraciones pasadas no importaban a la hora de fijar la cuota de responsabilidad. Era el olor de la sangre del enemigo rojo que estaba mal herido y había que acabarlo en la batalla electoral.

Pocos fueron los que se opusieron. Entre ellos, el hoy Gobernador. Sabía exactamente que una Junta no era cáscara de coco.

La Junta llegó y su poder es completo. Han estado orinando con premura para dejar establecido su territorio.

El miércoles, el diario El Nuevo Día publicaba el más reciente ejemplo. La Junta envió una carta a Elías Sánchez, representante de esta administración ante ellos. En la misiva despejaban las dudas sobre sus intenciones con la Asamblea Legislativa. Pedían hasta ver las legislaciones, antes de aprobarse.

Como un resorte, los moradores del palacio de Santa Catalina argumentaron que ello aplicaría una vez se apruebe el plan fiscal, que aún permanece bajo la sombra.

En el Capitolio, rabiaban aún más, pues se presenta la posibilidad de controlar la manera en que se realizan allí los contratos. 

De paso, la fraternidad se activó para justificar como necesarias las más recientes adquisiciones en el área de asesores. Los defienden como el propietario que firma a un prospecto deportivo que viene a salvar la organización.

El asunto es que la forma en que contrataron a sus últimos asesores hiere la retina hasta de José Carrión, a quien nadie puede acusar de no simpatizar con el presente gobierno.

Sin embargo, sabe que por más azul que sean las movidas capitolinas no huelen bien. La carta también tiene el propósito de recordar que el ente espera que al final del camino, se cumplan sus directrices. 

Todos sabemos que la Ley de Moratoria de Emergencia así como la Reforma Laboral tendrán un impacto en el fisco. Lo que no sabemos y creo que ellos tampoco, es de cuánto.

Este grupo de personas representa el Imperio que se quitó la bata para desnudarse ante la colonia.

Más que un yugo es una yunta y los bueyes son los distintos poderes constitucionales que quedaron humillados y esclavizados.

El látigo está encima de nuestro lomo. Ahora está por verse que surco se traza en la tierra.