El resurgimiento vigoroso del Ku Klux Klan y otros grupos supremacistas blancos sembradores de odio, muerte y terror en los Estados Unidos, y la amenaza de una posible bomba nuclear sobre Guam, distan mucho de ser el escenario idílico para que un gobernador colonial nos asegure que en cinco años llegará la Estadidad.

Guam es una colonia de EE.UU. ubicada en el Pacífico, su idioma oficial es el inglés, pero aún hablan español, por haber sido una posesión de España, y el idioma autóctono, el chamorro.

El pasado sábado, observamos las terribles imágenes que se produjeron en Charlottesville, Virginia, de estos seres de mentes distorsionadas y deformadas destilando odio, intimidando con las temidas antorchas, y enarbolando sus símbolos, banderas y esvásticas.

“No nos reemplazarán”, advertían mediante consignas y cánticos racistas. “Un pueblo, una nación, terminemos con la inmigración”; “…que los jodan, maricones”. “Sangre y tierra”, vociferaban, aludiendo a una expresión del campesinado nacionalista alemán, previo al nacimiento del movimiento nazi.

Esperaban el momento adecuado para reclamar la supremacía del blanco, “puro”, “europeo”. Ya no se cubren con sábanas blanca como fantasmas ni llevan sombreros de cono, como cuando linchaban los negros, los colgaban de un árbol, incendiaban sus hogares y quemaban sus Iglesias, con las cruces en fuego.

Esta vez marcharon sin túnicas gritando a viva voz y al viento sus asqueantes consignas racistas. Es el renacimiento del Ku Klux Klan que en apariencia estaba dormido en espera de un presidente que les insuflara vida y alimentara su odio racista, homofóbico, antisemita, anti inmigrante, anti latino, anti LGBTT, anti negro y también anti boricua.

¿Hay quién ponga en duda, que son anti boricuas? ¿Esa vorágine de odio y violencia racista es lo que nos espera en la tierra prometida? 

“En cinco años vamos a lograr que todas las banderas (de EE.UU.) en todo el mundo tengan la estrella más brillante y la más bonita, la 51, de la patria puertorriqueña”, aseguró el Gobernador.

Sospecho que la nueva ofensiva empleada persigue generar entusiasmo de cara a las Elecciones 2020, reavivando las otroras masas estadistas constituidas por beneficiarios del PAN, trabajadores, maestros, estudiantes, retirados y empleados públicos que ven sus salarios y su futuro empañado.

Tristemente, hay otra colonia en medio del Pacífico, invadida por EE.UU. también en 1898, a la que históricamente le han denegado la Estadidad y que hoy enfrentan la amenaza de un ataque nuclear, como consecuencia de la guerra mediática de dos presidentes que juegan a “a ver quién se tumba la pajita primero”.

El presidente Kim Jong-un amenazó a Donald Trump con enviarle un misil derechito a Guam, territorio incorporado, en el que se levanta una de sus bases y se escenifican ejercicios navales como en Vieques, para tortura y condena de los habitantes.

“Si Corea del Norte lanza un misil tomará 14 minutos en llegar a Guam”, reza un titular del Pacific Daily News.

Aunque la mayoría de la población de Guam ha favorecido la anexión, cada vez es más creciente el fervor independentista, que alcanza en este momento, según publicaciones, un 30 por ciento del favor de los guarreños, como se llaman sus habitantes.

“Querida América, me alegra que finalmente estén prestando atención a Guam”, comienza una carta de una ciudadana, con fecha del 10 de agosto, que circula por la web, en la que expone que no es hasta ahora que los estadounidenses se preguntan lo que es Guam, tras la amenaza que se cierne de una bomba nuclear, pero que en realidad Guam está acostumbrada a los bombardeos todos los días de su vida, a sus prácticas navales y la de los países invitados, a los ruidos desquiciantes, a los humos tóxicos y la contaminación que dejan sobre sus aguas, su flora y su fauna, incluyendo la contaminación de los peces y los alimentos que comen.

Tras una dramática descripción de lo que representa vivir en la patria de sus ancestros, la que aman, Victoria Lola León Guerrero se despide diciendo: “Quisiera acostarme y dormir en paz, sabiendo que mi familia está segura en nuestro hogar. Así que, por favor, detengan ya esta habladuría sobre bombas. En vez, pregúntense ¿por qué Guam es aún su colonia en el 2017?

Es la pregunta que debemos hacernos: ¿Por qué en pleno siglo 21, pasados 119 años de la invasión, aún somos su colonia?

Pero… Estadidad con el Ku Klux Klan, difícil.