Da la impresión que la Junta de Control Fiscal y sus alicates en el Gobierno intentan repetir “la hazaña” de la junta militar que ocupó a Puerto Rico en 1898, de suprimir en este caso, todo lo que representa el ser puertorriqueño y el idioma que nos identifica y dignifica.

La escuela pública y la Universidad de Puerto Rico son dos de los principales bastiones de la puertorriqueñidad y por tanto, uno de sus principales objetivos.

La escuela pública, porque en esta se inicia el proceso de socialización en edad temprana, con la incorporación de los valores culturales, las costumbres y tradiciones que nos distinguen como pueblo.

En la universidad pública se reafirman los valores aprendidos, se modifican, se incorporan nuevas visiones, se descartan viejas creencias, fomentándose el cuestionamiento y el desarrollo del pensamiento crítico, el amor a la patria y el compromiso con su pueblo. Se aprende a hacer síntesis y a llegar a conclusiones razonadas y pensadas.

“¿Ricky, cuál es tu plan?”, le cuestionó una estudiante de la “iupi” al Gobernador. 

“Aprobaste una reforma laboral hace poco, quitándonos los derechos a nosotros los estudiantes que vamos a salir a representar la sociedad. ¿Qué sociedad vamos a tener? ¿Cuál es el plan que tú tienes y cómo nosotros cabemos en tu plan?”, inquirió la estudiante.

Este es el pensamiento y el cuestionamiento al que se le teme y que se cultiva en la UPR. Le criticarán su tono. La describirán como malcriada, pero es que los que la critican, la prefieren dócil y pasiva.

Presenciamos con mirada atónita el nombramiento de una tecnócrata “gringa” como Secretaria de Educación, que resultó ser consultora de la Junta de Control Fiscal. Su compañía Julia Keleher and Associates se especializa en diseños de sistema y “reingeniería”.

La primera muestra del poco compromiso que tiene con este pueblo fue arrodillarse y repudiar la educación con perspectiva de género. 

¿Por qué contratan a Julia Keleher a razón de $208.33 la hora, mientras piden austeridad al pueblo y venden a los trabajadores en remate con salarios de $7.25 la hora?

Keleher no es educadora, es una técnica que se dedica a modificar y desarrollar sistemas para obtener unos objetivos específicos. Es decir, queremos que los puertorriqueños hablen el “maldito” inglés, porque si no, no nos dan la estadidad, pues esto es lo que hay que hacer: establecer la enseñanza en inglés.

 Eso ya lo trataron. Recordemos el cuento Peyo Mercé enseña inglés, del libro Terrazo de Abelardo Díaz Alfaro, que recrea aquellos tiempos en que nos impusieron el inglés.

…children, wi ar goin tu talk in inglis tudey- y mientras estas palabras, salpicadas de hipos sofocantes salían de su boca, paseaba la mirada arisca sobre los rostros atónitos de los niños. Y como para que no se le fuera la “rachita” inquirió con voz atiplada - ¿understán? 

¡Así que a cantar pollito chicken y gallina hen! Quién sabe si el plan incluye el traer maestros importados.

Un consejo gratuito al Gobierno, en vez de pagar ese sueldo excesivo a la Keleher, consideren llenar los salones de libros y materiales que hagan del aprendizaje un proceso divertido, en vez de tener a los niños y niñas copiando de la pizarra como robots, todo el santo día.

Integren técnicas de enseñanza creativas, que despierten su imaginación y faciliten su entendimiento, que aprendan a razonar y a analizar, a descubrir la relación que existe entre las cosas y cómo se entrelazan las áreas del conocimiento. Es mi humilde opinión.

No creo que para eso hayan contratado a la Keleher. Ah y por favor, pongan wifi en las escuelas y bibliotecas y faciliten el acceso a computadoras e impresoras. En las casa de estos niños y niñas, en su mayoría pobres, apenas hay para comer.

La Junta de Control Fiscal y sus alicates en el Gobierno exigieron a las autoridades de la UPR hacer recortes por $300 millones. ¿Quieren desmantelar la universidad pública? Que lo haga la Junta y sus alicates. Quieren despuertorriqueñizarnos, desmantelarnos y entregarnos a los empresarios, privatizadores, bonistas y desarrolladores.

 Pero habrá resistencia. Lo saben. Se escuchará un canto. Es el himno que aprendes a entonar desde que pones un pie en la UPR, que habla de amor, de juventud, de lucha y libertad.