La implementación del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) propuesta en el informe de KPMG es tan y tan “raja ‘e leña” que no me quedó de otra que buscarle algo positivo a esto para uno no volverse loco. 

Ahora, Alejandro García Padilla volvió a perder otra oportunidad para demostrar su capacidad. El gobernador subestimó la estrategia del Partido Nuevo Progresista (PNP) cuando en la pasada campaña le puso el mote de “bruto” y “chamaquito inexperto”. Esto logró infligirle un golpe del cual Alejandro no se ha recuperado. Por eso usted ve que todo el mundo en la Pava se atreve a barrer el piso con él. De hecho, ahora el rossellismo trata de vender como intelectual a Ricardo Rosselló precisamente porque ha visto el efecto brutal que puede tener una campaña como esa en el liderato de un político. 

Alejandro nunca se dio cuenta de que perdió su oportunidad de dirigir el país más que gobernarlo al menospreciar esos ataques. La más reciente oportunidad perdida fue la propuesta del IVA. Mire, sea el impuesto que sea, hay que usarlo para luchar contra el mantengo y contra el desmedido consumo que tenemos. Ambas cosas se pueden desincentivar con una buena reforma contributiva. 

Aun con la emigración y la pérdida de $15 mil millones de nuestra economía, las ventas al detal en los “malls” siguen sosteniéndose, según datos oficiales. Igual, es imposible crecer mientras, bajo Luis Fortuño y Alejandro, la tasa de participación en el empleo es de 39%. O sea, 61 de cada 100 personas aptas no trabajan formalmente. Sin duda alguna, incentivar el consumo y la dependencia no promueve el desarrollo económico en un país que trae del exterior todo lo que consume.  

Casi todo el dinero que tenemos lo enviamos a China, Japón y a Estados Unidos cada tarde. Si eso sigue no importa si somos estado, libres o asociados, mientras se promueva consumir y no invertir no saldremos de este boquete y punto. Es imposible hacer que nuestra economía crezca si no incentivamos más el trabajo y la producción que el consumo. 

No es cierto que los boricuas somos vagos sin deseos de trabajar. Un estudio del Centro para la Nueva Economía nos deja saber que si no ganas cerca de $13 o más la hora, las ayudas que incentivan quedarte en tu casa son más que salir a trabajar formalmente. 

El ser humano piensa en el corto plazo por naturaleza. Tenemos más presente en nuestro ADN el deseo de sobrevivir que el deseo de planificar para el futuro. Así somos todos. Eso incluye a la gente que entra al sistema de dependencia del Gobierno. No piensan que poco a poco pueden irse desarrollando y crecer hasta no necesitar las ayudas gubernamentales. Lo que piensan es en si tienen o no para dar de comer a su familia para esta tarde. Cuando ves que el proceso para poder crecer económicamente toma años (si es que llega) y que si trabajas formalmente pierdes las ayudas, te ponen en conteo de 3 y 2. Entonces, tomas la decisión de pensar en lo inmediato y de mejor quedarte trabajando en la economía informal (chiripeando, haciendo uñas, en el punto, o buscándote el peso por el lado) y a la vez coger las ayudas sociales que arriesgarse a perderlas. Estas ayudas en el 95% vienen de fondos federales sobre los cuales tenemos muy poco control. Por tanto, si queremos que algún día eso cambie tenemos que aprovechar la reforma contributiva AHORA para eliminar la dependencia e incentivar el trabajo localmente, porque a nivel federal no podemos hacer mucho.  

Con una reforma contributiva bien hecha se puede eliminar por fin ese mantengo, que en principio es bueno para quienes de verdad lo necesitan, pero en general y a largo plazo termina evitando que crezcas y puedas ser plenamente desarrollado en una sociedad como la nuestra. 

La gente quiere trabajar, lo atestiguan las enormes filas en ferias de empleo, pero nuestro sistema educativo les ha fallado dándoles herramientas para profesiones inexistentes o que pagan muy poco, mientras las existentes siguen sin llenarse. 

Hay que buscar la forma de incentivar que el trabajo pague lo suficiente como para que esa cultura de dependencia se acabe. Sin embargo, en el debate del IVA, IVU o arbitrio al petróleo (la llamada crudita) se ha hablado sobre la regresividad, el aumento, pagar deuda, pero no del problema de fondo que nos tiene donde estamos. Tenemos que subsidiar el trabajo y crear un sistema de crédito al ingreso por trabajo. Pero no la porquería nominal que se ha planteado antes, tiene que ser un incentivo de verdad. Que la persona vea que vale la pena trabajar y rendir planillas en vez de quedarse en la economía subterránea. 

Eso se puede lograr en esta reforma contributiva. Pero el informe de KPMG habla de subir impuestos por $2,500 millones, admite que afectará adversamente la economía y sube impuestos a los viejitos que viven del Seguro Social, mientras el gobernador no aclara nada y se refugia en las faldas de La Fortaleza. 

El senador de la Florida, Marco Rubio, propuso cambiar el sistema de ayudas del gobierno y que se subsidie el empleo en Estados Unidos. Si te ganas menos de $36,000 y trabajas a tiempo completo, el Estado va a incentivar que se suplemente tu sueldo para que valga la pena para esa persona seguir trabajando. Esto se puede hacer en Puerto Rico y a la vez negociar con los federales para que se pueda promover aún más con los fondos de los cupones (PAN), Plan 8, etc. 

Si unas 500 mil personas reciben un promedio de $1,200 al año como incentivo para trabajar estamos hablando de solo $600 millones de gasto anual para el Estado. El IVA y la propuesta de KPMG recaudaría $2 mil millones más que el actual sistema con IVU y planillas. O sea, se puede incentivar el trabajo a medio millón de boricuas con al menos un mes de sueldo en incentivos si trabajas. 

Desincentivar el consumo e incentivar el trabajo suena bonito, pero es bien difícil. Las megatiendas, “malls”, “dealers”, petroleras y montones de personas que viven del continuismo cabildearán y darán mensajes de lo horrible de cambiar el modelo actual. Muchos prefieren que esto siga como está. 

Claro, para hacer todo esto comoquiera hay que reformar el Gobierno, eliminando regiones gubernamentales, municipios, renegociar la deuda, enviar el dinero a incentivar la producción y el trabajo, pero sobre todo requiere estar dispuesto a liderar el País hacia lo correcto en vez de gobernarlo. 

De hecho, quienes se oponen al IVA y alegan que es mejor dejar el IVU parece que no saben que ya el IVU es un IVA porque desde el año pasado empezó a cobrarse en el muelle y en la cadena de distribución. Pero ni eso ha dicho el gobernador. 

Se puede hacer justicia a nuestra gente humilde que quiere trabajar. A la vez, las ayudas deben ir a quienes de verdad lo necesitan y no como el actual sistema, que atrae lo contrario. El IVA se ha implementado en 150 países y se ha combatido la regresividad con créditos instantáneos. Caramba, claro que podemos implementar una buena reforma contributiva. Puerto Rico está atrás en muchas cosas, pero tampoco es para tanto como para no poder implementar bien un sistema contributivo. Cara$%^%$#, no que seamos Suecia que tiene un IVA de 25%, Noruega que lo tiene en un 24% ni Dinamarca que también lo tiene en 25%, pero tampoco somos Darfur o Afganistán, que están tecnológicamente en la prehistoria. Fomentar el sistema de mantengo y dependencia nos trajo aquí. Acabémoslo AHORA.