Hay un mago en La Fortaleza. Entre los $160 millones que se han dado en contratos de consultoría por este gobierno, algunos son para algún mago ilusionista como David Blaine. Esta gente sigue logrando milagro tras milagro fiscal o no está hablando claro cuando pone los números. El más reciente de estos eventos ilusionistas fue el pago de nómina el miércoles pasado. Ese pago es increíble. 

Según el último informe de proyección de efectivo, el Gobierno se quedaba sin “cash” a finales de noviembre y no había dinero para cumplir con todos los compromisos (pagos de deuda, servicios y nómina). Al parecer el equipo de Blaine y Alejandro logró convertir naipes en billetes y los depositaron en el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) el martes. No hay otra explicación porque si no es así, ¿de dónde salió el “cash”? Pueden haber pasado un par de otras cosas, pero nah, no creo, quiero pensar que fueron los magos que Alejandro contrató porque las otras cosas son feas.

Lo primero que uno piensa cuando ve que el pago de la nómina se hizo completo es que el informe que proveyó el Gobierno estaba “truquiao” y que era una herramienta para asustar a todo el mundo y lograr sentar a los bonistas a negociar. Lamentablemente, eso fue lo primero que me vino a la mente porque, ¿cómo se supone que yo le crea una proyección de “cash” a un gobierno que aún no ha logrado producir los estados financieros del año pasado? Menos aún cuando aparecieron ahora $2,000 millones que no estaban en otros informes. El Gobierno o está disparando números de la baqueta o está usando datos reales y confiables, lo cual implicaría que está escondiendo algo en los estados financieros del año pasado. Uno puede hasta estar de acuerdo con ellos, pero ni un maldito “website” con los datos concretos y gráficas bonitas y sencillas de entender han hecho para que el pueblo pueda orientarse. 

No, a ellos les gusta que la gente se les embarre encima y coger cantazos día y noche en los medios. Claro está, existe la posibilidad de que el informe estuviera bien, pero de ser así implicaría que el Gobierno se la jugó fría y tomó una decisión bien importante sin dejarle saber nada al pueblo. 

Otra opción viable es que el Gobierno decidió utilizar agencias como la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE) y la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA) como prestamistas. La nueva ley hace más difícil hacer eso, así que lo dudo, pero quién sabe.

Finalmente, si no fue magia y el Gobierno no mintió en sus proyecciones y no desangró agencias, entonces el gobernador decidió incumplir con el pago de $354 millones del 1 de diciembre y en vez de informarle su decisión al pueblo y las consecuencias, decidió tirarse para Europa a vacacionar. Esto me enferma, ya es hora de que Alejandro le explique al pueblo claramente las implicaciones que un impago tiene. Es hora de que explique si fue que consiguió un acuerdo con las aseguradoras para que ellas paguen, o lo que sea. Es más, yo hubiera hecho un referéndum, como propuse hace dos años, para que se discutan todas las opciones, el pueblo se informe y escoja la ruta a seguir. 

Pero en fin, ya que ni el gobernador, ni su equipo, ni sus $160 millones en consultores sirven para explicarle al pueblo, pues aquí hago lo que puedo para que entendamos a lo que nos enfrentamos mañana y lo que probablemente pase si no pagamos, ahora o en el futuro:

1. En realidad son dos pagos, uno garantizado por la Constitución (obligaciones generales, GO’s en inglés) y otro garantizado por los activos del Banco Gubernamental de Fomento (BGF).

2. De no pagarse la porción garantizada por la Constitución, los bonistas podrían demandar al País y tomar control de los ingresos futuros para garantizar los pagos. O sea, quedarse con el dinero de tus planillas, los recaudos del IVU, arbitrios, etc. Todo el “cash” del Gobierno se vería afectado y las agencias y empleados tendrían que esperar a que se paguen los bonos para que luego se les pague. 

3. La falta de efectivo causaría que se tengan que reducir jornadas, el bono de Navidad, despedir empleados o cerrar parcialmente el Estado.

4. Los bonistas de los GO’s también podrían demandar a otros bonistas como los de Cofina y cuestionar su legalidad para obtener acceso a los recaudos del IVU.

5. Los bonistas del BGF demandarían al banco y obligarían su liquidación.

6. El BGF entraría en un “receivership”, en el cual todos sus activos serían vendidos para pagarles a los bonistas.

7. Parte de estos activos es el efectivo que las agencias y otras entidades fueron forzadas a depositar allí para mejorar su liquidez. Estas agencias perderían este efectivo, poniéndolas en riesgo de insolvencia también.

8. Muchos municipios cerrarían operaciones o tendrían que despedir a decenas de empleados ya que históricamente dependen de financiamiento del BGF para cuadrar sus presupuestos.

Estas son solo algunas de las consecuencias más obvias que tendría el incumplir el pago de mañana, 1 de diciembre. Los efectos reales en la economía y en los servicios gubernamentales solo se sabrán una vez ocurra. Lo triste de todo esto es que aunque el gobernador y su equipo de magos financieros logren hacer todos los pagos mañana, dentro de un mes, el 1 de enero, hay casi $1,000 millones más que pagar y luego hay más de $250 millones en febrero y casi $2,000 millones en julio. Aunque esquivemos la bala mañana, las tenemos que seguir esquivando mes tras mes y cada vez serán más grandes. 

El tiempo de afrontar la realidad llegó: mucho de lo que vendrá se pudo haber evitado si el gobierno actual hubiese aceptado la realidad hace tres años y hubiese comenzado a tomar las medidas necesarias. Igual los gobiernos anteriores, pero todos, sin excepción, cogieron prestado y postergaron los dramáticos cambios que había que hacer.

Ahora, este gobernador se quedó esperando milagros como el superbono del Tesoro federal, o que el Congreso aprobara el acceso de la Isla al capítulo 9 de la ley de quiebras federal o algún tipo de rescate. El gobernador puso todas las fichas en que nos iban a ayudar y aunque ahora “The Economist” dice que Estados Unidos se verá obligado a hacerlo, al Congreso parece importarle muy poco y no  acaba de actuar. 

Es hora que Alejandro diga cuál es el plan de acción, las consecuencias de ese plan y lo que él y su equipo estarán haciendo para ayudar a los más afectados. Es hora de que le exijamos transparencia a este gobierno; si tienen un plan que lo digan y si están improvisando, igual.  

Alejandro, tienes el País agarrado por el cuello y el respiro es un avión que cogen 200 personas al día para irse de aquí, profundizando más aún el problema. Deja de estar buscando tu candidatura del 2016 y ponte a ser el líder para lo cual fuiste elegido.