Hace unos días una madre desesperada fue a una emisora de radio para pedir que aparecieran los fondos federales para su hija, que necesitaba ayuda porque era estudiante de educación especial. Demandaba que “aparecieran los fondos federales” que se habían robado los legisladores del Capitolio. Como mantenedor de un programa de radio en El Circo de la Mega y otro en WKAQ 580 he escuchado muchísimas veces el mismo reclamo. ¿Será verdad eso de que somos unos mantenidos de los federales? ¿Será que los federales dan fondos para cubrir nuestras necesidades y no llegan a quienes los necesitan porque alguien se los roba en el camino?

Argumentos como el de la señora los he escuchado de todo tipo de personas. Puerto Rico recibe en promedio $6.2 mil millones (billones) de fondos federales para “ayudas” al pueblo. Obviamente, muchas personas en Puerto Rico reciben dinero federal como veteranos, por Seguro Social y propuestas federales, pero ese es dinero que usted se ganó por su trabajo, servicio o propuesta. Es decir, no es un regalo, usted se fajó para recibir eso. De esos $6.2 mil millones que sí son de “ayudas” la inmensa mayoría son para los “cupones”, educación, vivienda y la campeona reforma de salud. 

Para los cupones son $1.8 mil millones. En la tarjeta de salud son $1.1 mil millones más. Para vivienda y el programa Sección 8, $500 millones; en Educación $1.02 mil millones; en plan WIC, $241 millones; la Universidad de Puerto Rico (UPR) obtuvo $296 millones (incluyendo las becas Pell). En total estas becas, entre la universidad pública y las privadas, suman $180 millones. Esto quiere decir que la inmensa mayoría de nuestro país realmente no depende de las “ayudas” federales, sino  de la gente que trabaja. Depende de las personas que se levantan todos los días y se fajan y crean lo que llamamos la clase media trabajadora que contra viento y marea sigue luchando. También de la economía subterránea, que es trabajo, aunque informal. Nuestro Producto Nacional Bruto en 2012 fue de $69.4 mil millones y de esos solo $6.2 mil millones fueron de “ayudas federales”. 

No me malinterpreten. Casi todo el dinero que va a personas “que viven del gobierno” proviene de fondos federales; sin embargo, ese dinero nos cubre solo parte de las necesidades que tenemos, pero jamás al nivel de la percepción de mucha gente. 

El mejor ejemplo es el Programa de Educación Especial. Si vamos a atender nuestra genuina necesidad en esa población, Puerto Rico tendría que gastar cerca de $1.5 mil millones anuales como mínimo, según estimados conservadores. Para eso específicamente los federales nos dan $112 millones. Si le incluimos Título I, son $434 millones y esos fondos son para ayudar en el aprendizaje específicamente. Si tenemos 130,000 estudiantes de educación especial estamos hablando de que hay $861 anuales por estudiante de educación especial. Aun si le incluimos los fondos de Título I son solo $4,200  anuales por estudiante. Eso no da ni para los maestros que se necesitan. Imagínese para equipos, materiales especializados, clases individualizadas regulares y de educación física y materiales para ellas, asistentes, etc. Claro que hay una burocracia bestial en Educación y hay muchísimo dinero que no llega a las escuelas, pero eso de que los federales nos dan el dinero para todo no es cierto. 

En la UPR, por ejemplo, los fondos totales federales son cerca de $300 millones. Si fuera por ese dinero solamente, tendríamos que dejar abierto solo el recinto de Río Piedras y cerrar los demás. La UPR gasta $1.6 mil millones anuales. Con los $2 mil millones que nos dan para comprar comida (PAN y WIC), se adquieren alimentos que en su inmensa mayoría vienen de allá y se dinero termina convirtiéndose en un subsidio a la agricultura estadounidense. De hecho, es harto conocido que las empresas de Estados Unidos envían para acá muchos productos que son sobrantes dentro del mercado norteño. Exactamente lo mismo ocurre con los medicamentos recetados, que por solo poder venderse aquí los aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), los $1.1 mil millones que nos dan para medicinas los invertimos en aquellos casi siempre confeccionados por empresas de EE.UU., por lo que el dinero revierte a las empresas norteamericanas. 

Ciertamente, estar dentro de la jurisdicción de Estados Unidos tiene sus ventajas innegables. Aunque la ley de cabotaje es una limitación, no hay duda de que la flota mercante es de primera calidad; tienes acceso al mercado de bonos municipales, lo cual permite conseguir dinero relativamente barato; tienes ciudadanía, por ende entrada y salida fácil a casi todo el mundo; tienes mercado libre con la primera economía global; la defensa militar, etc. Curiosamente, ya muchas de esas ventajas valen menos porque cada vez hay más países con tratados de libre comercio con EE.UU., naciones que usan el dólar como moneda, otras que tienen acuerdos de que si los atacan el Ejército estadounidense los defenderá, y libre tránsito de ciudadanos, etc. 

Pero mi intención con esta columna es levantarte y que dejes de pensar que nos van a venir a rescatar. Mira, si mañana EE.UU. decide no dar ni un chavo de “ayudas federales”, Puerto Rico perdería $6.2 mil millones. En los pasados ocho años de recesión la Isla ha perdido muchísimo más que eso, según estimados hasta $14 mil millones concentrados en el sector productivo. No es cierto que los federales mantienen a flote esta Isla, la mantenemos nosotros, la clase media trabajadora y sí, también la economía subterránea. Si bien es cierto que muchas empresas llegaron aquí en los años 60 y 70 por nuestra relación con Estados Unidos ya eso no es el atractivo que una vez fue. Se quedan mientras representemos ganancias, si no se irán. De paso, mientras recibimos en “ayudas” $6.2 mil millones, esas empresas repatrian $35 mil millones anualmente. ¡Tremendo negocio ese, ah!

 De hecho, probablemente la razón por la cual cada vez hay menos personas trabajando aquí es porque precisamente existen esas “ayudas” que incentivan mantenerse al margen de la fuerza laboral. Pero a la vez, si divides todas esas ayudas entre las personas que las reciben te dará un número cercano a los $3,647 anuales por cabeza. Es decir, quienes viven de las ayudas tienen que buscar otras cositas por el lado, como dice el estudio de la Dra. María Enchautegui, “Por Debajo de la Mesa”. Por eso nuestra economía subterránea es tan grande, pues si trabajas formalmente pierdes las ayudas, pero el trabajo no te va a dejar tanto dinero como para no necesitarlas, creando un círculo vicioso ahí.  

Así que no debes molestarte con los pobres que reciben ayudas porque a la larga no eres tú quien los “mantienes” y no es como que tengan muchas otras opciones. En todo caso son los contribuyentes estadounidenses quienes los mantienen y quienes de paso reciben directa o indirectamente el beneficio de la producción local cuando muchas de esas empresas foráneas repatrian los $35 mil millones anuales que generan aquí. A los que mantienes tú, boricua, es a los políticos y a los contratos que ellos meten por ahí en cuanta agencia y dependencia del gobierno exista. Con esos sí te puedes encoj#$%^& porque Puerto Rico… a esos sí los mantienes tú.