Me cogieron de tontejo. Me pusieron a bailar reguetón, cuando lo que hay que bailar es bachata guajira. Me explico ahora que tengo tu atención.  

Mucha gente me pregunta: ¿qué cara$#%^$ le pasó a Puerto Rico que de ser la joya del Caribe ha venido a menos? Pues hoy trato de explicarlo de forma bien fácil y digerida. 

Como he dicho antes, en 1936 informes del Departamento del Interior de Estados Unidos encontraron que Puerto Rico estaba entre los países más pobres de América. De hecho, se planteaba que podía ser el más pobre. Entonces, hubo un enorme crecimiento económico. Esto lo he dicho muchas veces, pero lo escribo ahora desde este ángulo para que entiendas lo del ‘gistro’ amarillo. 

En el 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos entra en 1941 y con ello Puerto Rico también. Hasta el 1945 la pobreza y escasez fueron brutales, pero al terminar la guerra el resto del mundo estaba en ruinas. Literalmente arruinado. La potencia de Japón estaba de rodillas, Europa casi completa en enorme destrucción, partes de África, Asia y la Unión Soviética, aunque gana la guerra junto a los Aliados, también estaba devastada. El resto del mundo fuera de Estados Unidos estaba en la inopia. Y surgió Estados Unidos como la superpotencia del mundo, porque es fácil ser el más poderoso cuando todos tus competidores quedaron devastados. 

Ahí es que Puerto Rico se pone las botas y crece. Crece, no porque era un lugar especial, único, sacrosanto, linaje escogido y tenía la unción divina, creció porque tenía un acceso especial y que nadie más tenía en el mundo a esa superpotencia. El resto del mundo no solo estaba en llamas, también estaba dividido entre el comunismo y el capitalismo, así que el bloque soviético y comunista propagado por el globo no era un lugar donde se hacía negocios por parte de la superpotencia norteamericana. Gran parte de Latinoamérica y de Asia tenían gobiernos dictadores que sufrían golpes de Estado y revoluciones continuas, por lo que meter tus empresas allí era un riesgo muy alto. Así que Puerto Rico tuvo un escenario muy chulo en la época de nuestros padres y abuelos que permitió que estos crecieran:

1. Acceso único a la superpotencia no devastada del mundo

2. Mano de obra sumamente barata por ser un país muy pobre 

3. Estabilidad política y seguridad jurídica con la que empresas foráneas podían invertir aquí sabiendo que el tribunal federal les defendería sus intereses ante cualquier cosa que pasara

4. Se usa el dólar como moneda. 

5. En 1943 se aprueba la Ley de Incentivos Industriales. Con ella las empresas que vinieran a Puerto Rico no solo no pagaban impuestos federales, ahora tampoco pagaban impuestos estatales con ese estatuto 

En fin, la razón por la que Puerto Rico creció tanto y fue una maravilla y nuestros abuelos decían que si estudiabas serías alguien casi de inmediato fue por cosas muy particulares o especiales de una época en la que muchas cosas se unieron en sí, no fue porque éramos la cosa más chula del papaúpa de la matica. Y del 1945 al 1973 hubo crecimiento económico aquí como nunca antes. Cuando ese crecimiento se detuvo, entonces fuimos otra vez desesperados a Estados Unidos para que nos dieran otra ayuda especial a ver si lográbamos volver a tener chavitos. Y en 1975 aprobaron los cupones de alimentos y en 1976 la Sección 936 para que las empresas que se ubicaran aquí no pagaran impuestos, no solo en Puerto Rico, sino que no pagaran impuestos federales si regresaban el dinero a Estados Unidos. O sea, nos dieron una ventaja única en el mundo de nuevo. 

Y mucha gente hizo dinero, y llegaron muchas fábricas, empresas y bonanza económica para ciertos sectores, aunque siempre hemos tenido una gran desigualdad distribuyendo para todos y todas esa riqueza. No es casualidad que las farmacéuticas grandes (casi todas) llegaran a Puerto Rico en esa época. Johnson & Johnson llegó en 1962 (la más grande y la que más gente emplea en la Isla, by the way), Pfizer en 1972, Lilly en 1965, Baxter en 1963, MSD en 1971, AbbVie en 1969, Bristol en 1970, y otras siguieron abriendo y expandiendo hasta el 2006, cuando se acabaron los incentivos de las leyes federales. 

En el 1989 cayó el Muro de Berlín y luego en el 1991 la Unión Soviética. Poco a poco gobiernos en Latinoamérica y en Asia se convirtieron a la democracia y el capitalismo desde los años 80 penetraba el comunismo, hasta casi desaparecerlo con sus ventajas y desventajas. Los golpes de Estado eran cada vez menos y Estados Unidos firmó tratados de libre comercio con cuanto país existe, por lo que las ventajas que teníamos de ser los únicos en el mundo con ciertas cualidades se fueron acabando poco a poco. 

En el 1996 legislaron en el Congreso darle muerte al incentivo federal que nos quedaba, que eran las 936, las cuales duraron hasta el 2006 y la globalización  fue penetrando al mundo, dando estabilidad a los negocios entre países. Mientras esto ocurría otros países del mundo empezaron a tratar de pasarnos por la piedra. Buscaron las debilidades de Puerto Rico para comernos los dulces. Buscaron tener igual entrada a Estados Unidos y ahora con la recuperación de los países que estaban destruidos desde la Segunda Guerra Mundial también hicieron negocios con ellos e intercambios.

Mientras esto pasaba, Puerto Rico seguía mirando como menos a los países vecinos y a todo lo que no fuera estadounidense. El mundo buscaba recuperarse y reinventarse y nosotros, por el contrario, entramos en sentirnos superiores y mejores. Nunca hicimos negocios con el resto del Caribe y de Latinoamérica. No buscamos mejorar nuestro sistema educativo para colocarlo entre los mejores del globo, y según se fueron recuperando los otros países entramos en negación. 

No mi gente, no, no somos más lindos ni más inteligentes que el resto del mundo. Tampoco somos más listos, tampoco somos menos. No podemos esperar que el mantengo y la dependencia corporativa y personal sea el futuro. Los otros países se dieron cuenta de nuestras debilidades y buscaron convertirlas en sus fortalezas. Estos países reformaron sus sistemas educativos enormemente y en el cerebro de su población estuvo la riqueza. En los años 70 Puerto Rico estaba bien al frente del resto, ya en los 90 nos igualaron y no es casualidad que cuando nos quitaron la última ventaja competitiva que teníamos y sin ajustarnos hayamos entrado en ocho años consecutivos de recesión.

Nuestros padres se criaron en un mundo bien diferente y no nos prepararon para el mundo moderno con tanto cambia cambia. Al contrario, a nosotros se nos mete miedo por todos lados con el cambio. Mientras otros países cambian y ajustan y mejoran, tratan y si no funcionan vuelven a tratar otras cosas, nosotros le tenemos pánico a cualquier intento de cambio y ajuste. ¿Acaso creemos que trabajando menos duro y votando por los mismos partidos lograremos cambios y ser mejores que los demás? ¿Por qué? ¿Qué nos hace tener tanta autoestima con el resto del mundo y tan baja con Estados Unidos,  a cual no miramos de tú a tú? 

Albert Memmi tiene un libro que habla de esto. Debe leerse. En fin, los otros países vieron la debilidad nuestra. Trabajaron bien duro en mejorarla y crearon sistemas educativos de investigación y desarrollo en los que la gente sabe que tiene que meterle de 12 a 14 horas diarias a estudiar, aprender, crear publicaciones, libros, aplicaciones, hacer nueva tecnología,  hacerlo mejor que los demás. Se dieron cuenta de que igual que las Olimpiadas de deportes, hay que meterle a las Olimpiadas de la educación, del conocimiento, del intelecto humano. Y lo hicieron. Y mientras aquí nos creíamos la gran cosa y cuando salimos mal en alguna prueba le echamos la culpa a la prueba, allá se ajustaron para salir mejor en la prueba. Y ‘boom’, cuando se nos acabaron las ventajas y no nos ajustamos pagamos las consecuencias. La pregunta es: ¿seguiremos haciendo lo mismo? Parece que sí. 

Me enferman las propuestas de que Estados Unidos nos salve. Y si nos salva hoy, ¿qué haremos mañana cuando volvamos a necesitar una ayudita? Aníbal Acevedo Vilá propone que EE.UU. nos resuelva en la libre asociación y que como pacto de asociación nos pague la deuda. Carlos Romero Barceló dice que en la estadidad el gobierno federal asuma la deuda como acuerdo de admisión y Pedro Pierluisi y Alejandro García Padilla que no paguemos la deuda na’ si el Congreso nos permite acogernos ahora a la ley de quiebras federal. ¿No aprendemos que el problema no puede ser resuelto desde otros lados?  Como dijo el ex jefe del gabinete de Obama y ahora alcalde de Chicago, Rahm Emanuel: “Aquí en Chicago no podemos esperar a que Washington se ponga de acuerdo y venga a ayudarnos”. Y si eso lo dice un alcalde que era la mano derecha de Obama, el mismo que lo llevó a Casa Blanca, el hombre que cuando Obama abría la puerta de la oficina estaba justo al frente, el estratega político respetado y conocedor de política global Rahm Emanuel, alcalde de una importante ciudad y dentro de un estado de Estados Unidos, ¿por qué nosotros pensamos  diferente? 

No sé, pero algo igual me pasó con el ‘gistro’ amarillo. Empecé a intentar aprender a bailar. Aprendí tres pasos de salsa y me sentí bien, luego me enseñaron a ver si aprendía reguetón y justo cuando daba los primeros pasos me enteré que ahora si no aprendes a bailar bachata guajira no estás en na’. Así fue como el ‘gistro’ amarillo cogió gasolina. Si no evolucionas y compites y te pones al día no esperes que el mundo sea compasivo, te tenga lástima y espere por ti a ver si compites de nuevo. Esto es competencia y en las Olimpiadas se compite pa’ ganar, o mejor no compitas na’.