Le dimos el aeropuerto a una empresa privada. Sabíamos que  la compañía que lo administraría iba a hacer millones de dólares con el aeropuerto principal de la Isla. Porque el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín siempre dejó buen billete. Entre $10 millones y $20 millones anuales de ganancias. Pero, en vez de reinvertirse las ganancias en la propia instalación y ponerlo como la joya que debe ser el aeropuerto principal en una Isla, el dinero de la ganancia se lo llevaban para mantener otros aeropuertos terciarios y puertos marítimos de la Autoridad de los Puertos y, por tanto, se cepillaron al aeropuerto principal.

En mi programa, Jay y sus Rayos X, investigamos este asunto porque ya que hicimos el negocio y que sabíamos que la empresa Aerostar iba a hacer billetes, queríamos saber si habían cumplido con lo que se comprometieron. La compañera Valeria Collazo Cañizares y John Paul Vallenilla fueron al aeropuerto y hasta entraron al área de los “gates” pagándole los boletos porque Aerostar no quiso darnos la entrevista, como la pedimos por semanas. Encontramos que la APP no solo fue un mal negocio financieramente, sino también con evidencia vimos cómo Aerostar ha roto acuerdos al aumentar tarifas, competido con los comercios locales que allí estaban, resultando en la salida de al menos 19 negocios boricuas, y no han invertido las cantidades acordadas en infraestructura y mejoras para el aeropuerto. O sea, “cool” que viniste a hacer billetes para ti y “cool” que el aeropuerto antes era una vergüenza, pero queremos que se cumpla con lo que se comprometieron porque necesitamos un aeropuerto que compita con los mejores del mundo.

Esta investigación jamás se debió haber tenido que hacer. El Gobierno creó una junta que se supone fiscalizara que se cumpliera con los acuerdos y que Aerostar anduviera derechita. Pues no, la junta solo se ha reunido una vez en los tres años y ha ido una sola vez a verificar si han cumplido. Se suponía que hicieran informes anuales y no se hicieron… bueno, un desastre.

Con todas las irregularidades que publicamos, no se ha anunciado ninguna investigación formal por este grupo. Este tipo de dejadez ante un tema tan importante lleva a cualquiera a pensar que hay “encubrimiento”.

O sea, es obvio que Aerostar va a buscar ganar lo más que pueda gastando lo menos que pueda. Es la obligación de las juntas asegurarse del cumplimiento y velar por los intereses del pueblo. Veamos algunos de las cosas que encontramos:

1.     Nuestras fuentes aseguran que Aerostar ha acumulado más de 40 multas por incumplimiento y negligencia en la operación de seguridad.

2.     Unos 19 pequeños negocios de puertorriqueños han tenido que abandonar sus locales por aumento en renta desmedido. Estamos hablando de rentas de $800 mensuales aumentadas a más 4 mil billetes de ahora para ahora o te vas. Aerostar ha tomado muchos de estos locales y los ha convertido en “convenience stores” que compiten de manera desleal contra los otros negocios que quedan.

3.     Aerostar tiene una deuda de $25 millones con la AEE, aun cuando ha estado cobrando a los concesionarios su porción de la factura por completo. O sea, ellos cobran la luz a sus comerciantes, pero ellos no la pagan. ¿Por qué no le cortan la luz como a cualquiera otro?

4.     Aerostar alega haber invertido $286 millones en el aeropuerto, pero se niega a publicar los documentos que desglosen estas inversiones y solo han reportado $150 millones de inversión con la FAA. O sea, a Puerto Rico le dicen que han invertido $286 millones, pero a los federales le dicen que han invertido $150 millones. De hecho, parte de las inversiones es dinero que ha dado la FAA.  ¿Curioso, no?

5.     Aerostar aumentó las tarifas de los operadores de vuelos charter y les prohibió programar salidas entre las 11:00 a.m. y las 7:00 p.m.

6. Aerostar subió el estacionamiento del aeropuerto en 100%. Si dejas tu auto más de un día, lo subieron de 8 a 15 billetes por día.

7. La cantidad de autos abandonados allí era ridícula y menos mal que el día después de nuestro programa los removieron.

8. Sabíamos que el terminal D era el más deteriorado, pero caramba, usted va a cualquier aeropuerto del mundo y las partes en construcción están tapadas y piden excusas por su apariencia. Tienen lo que llaman “wraping” para precisamente que se vea bien mientras se resuelve. Luego de nuestro programa curiosamente empezaron a poner estas cosas y limpiar.  

El gobernador dijo que permitiría la APP porque “la palabra de Puerto Rico estaba empeñada y la palabra de Puerto Rico hay que cumplirla”. Dos años después dijo lo contrario con la deuda, que es exactamente lo mismo, la palabra empeñada. En vez de renegociar entonces la deuda, estaba en negación. Lo que no se puede entender es cómo el gobernador dijo que apoyaba la APP con tres condiciones:

1. Que no se despidiera a nadie.

2. Desarrollo de aeropuertos regionales.

3. Que no se aumentaran las tarifas.  

Todas se han incumplido. Les pasaron el rolo.

Estos son solo algunos de los hallazgos presentados en el programa. La APP del aeropuerto Luis Muñoz Marín sin duda alguna fue un mal negocio para Puerto Rico. En total, la Autoridad de los Puertos perdió el 44% de sus ingresos, mientras que sus gastos bajaron solo 39%. Más aún, tuvieron que utilizar el dinero de la compra para pagar $50 millones en retiro de los empleados, y más de $25 millones en gastos relacionados a la transacción para darle billetes a los abogados como Roberto Prats y Rafael Hernández Mayoral (el hijo de Hernández Colón), la ahora directora de campaña de David Bernier, Liza Ortiz, también y unos cuantos del Partido Nuevo Progresista (PNP). En fin, la Autoridad de los Puertos salió de la transacción en peor estado financiero que antes. Pagó parte de su deuda, pero ahora no tiene con qué mantener sus otros aeropuertos ni puertos de cruceros. Un desastre y ahora le quieren dar a Aerostar u a otra empresa los otros puertos del País.

También Aerostar escogió los empleados que quería y los otros para fuera. Solo se quedaron menos de 20 empleados de los casi 300 que había en el aeropuerto. En la empresa privada los hubieran botado, pero nosotros, con tal de no coger el golpe político, pues mejor no. Los metimos en el aeropuerto de Isla Grande a la mayoría (donde no son necesarios), pero ya no teníamos los ingresos del aeropuerto Muñoz Marín, así que ahora tenemos un montón de empleados y no hay con qué pagarlos. Este negocio fue tan malo para Puerto Rico que mientras Aerostar se lleva los millones, Puerto Rico solo bajó su deuda un poco, pero se quedó con casi los mismos gastos, bajó la deuda, pero todavía tiene un montón y no tiene ingresos para pagar ni a los empleados ni  la deuda.

Lo que hicimos fue como el carpintero, que para pagar la hipoteca de este mes vende las herramientas y el martillo. ¿Con qué vive el mes que viene? Pues, solo Dios sabe, pero en vez de desde entonces obligar a renegociar la deuda, lo que hicimos fue entregar las joyas de la abuela.

Y eso, pues ni modo, nadie nos manda a ser brutos, haciendo malos negocios, y administrar todo tan politiqueramente. Porque “obviamente hay que vender las joyas de la abuela cuando hemos botado la fortuna de la familia y lo único que quedan son esas joyas para poder pagar las deudas”. Eso se entiende, lo que de verdad está ca#$%^& es que seamos tan tontejos que no los fiscalicemos para que cumplan con lo que se comprometieron. Antes el aeropuerto dejaba hasta $20 millones al año. Con todos los empleos nuevos y las concesiones en manos de Aerostar, ahora les deja mucho más. Todo lo pudimos hacer nosotros, pero… una cosa es ser arrodillaos como dijo El Molusco y otra es ser tontejos.