Claro que Puerto Rico es una colonia. No hay que ser brillante, inteligente ni tampoco un doctor de Harvard para saberlo. Aquí aplican leyes que radican y aprueban en el Congreso de Estados Unidos, que las firma el Presidente de Estados Unidos y que luego son aplicadas por jueces y fiscales nombrados por el primer ejecutivo estadounidense y confirmados por el Senado federal. Esas leyes no solo se aplican a Puerto Rico, sino que van por encima de las leyes de nuestra Legislatura. Incluso, si Puerto Rico quiere legislar sobre asuntos, si hay una ley federal que expresamente dice que eso es del gobierno federal el gobierno boricua no puede ni tocar el tema. 

Un ejemplo de esto es la Ley de Quiebras, con la que el gobierno federal ocupó el campo y Puerto Rico no puede hacer una ley local que ayude a personas y negocios sobre esto, porque la ley federal es la que manda. El gobierno de EE.UU. manda sobre todos los cuerpos de agua, los cuales no se pueden ni tocar sin su consentimiento, sobre bosques y regiones, en fin, ellos son los que mandan. Si a usted no le gusta, luche por la república, pero le advierto, el gobierno de Estados Unidos manda en muchas repúblicas a través de su poderío económico y militar, pero eso es tema para otra columna. 

¿Es moral eso de que aquí apliquen leyes determinadas por gente sobre quienes nosotros no tenemos injerencia? Claro que no. No es ético ni digno, pero esa es la que hay. Ahora, ¿nuestro cataclismo económico es culpa del status? Bueno, pues ahí es donde yo no estoy tan seguro. Veamos varias cosas del ELA que son atractivas tal y como estamos y que no utilizamos bien o hemos abusado de ellas:

1. Autonomía fiscal – Empresas y personas a nivel local no pagan contribuciones sobre ingresos al gobierno federal. Reciben el beneficio del insumo federal, pero no aportan a ese pote con sus ingresos. 

2. Deuda triplemente exenta – Cuando Puerto Rico va al mercado de bonos, va al mercado municipal, contrario a los estados de EE.UU. Eso implica que los bonos boricuas son triplemente exentos, no pagan contribuciones federales, estatales o municipales. Eso es tremendo palo que nos da una brutal ventaja y hace atractivos los bonos, si se usan bien. Pero, ya saben. 

3. Protección jurídica federal en jurisdicción exenta – Ideal para la industria de investigación y desarrollo porque las patentes y derechos de autor quedan protegidos en la principal jurisdicción comercial del mundo y no pagan impuestos federales. 

4. Fondos de Defensa – Toda la multibillonaria industria del Ejército puede fabricarse aquí, lo cual por ley no se puede hacer fuera de EE.UU.  

5. Recibo de fondos federales – Sin pagar directamente por algunos de ellos. 

¿Y qué hemos hecho con esas ventajas que no tienen ni los estados ni países independientes? En el caso de los bonos hemos abusado burdamente de ello para malgastarlos. Lo que pudo ser un brutal incentivo para desarrollo si solo lo hubiéramos usado para infraestructura nueva lo hemos malbaratado. Algunos fondos federales los hemos pedido en bloque y no los hemos condicionado a producción, sino que hemos creado dependencia e incentivos para no producir. Dos leyes aprobadas bajo el gobierno de Luis Fortuño han sido lo mejorcito que se ha hecho con la autonomía fiscal y la industria de la investigación y desarrollo, pero hemos sido tímidos con su promoción. Con la investigación y desarrollo local pues elucubramos con un Centro Comprensivo del Cáncer, otro para la Diabetes y Asma, hablamos de la Ciudad de las Ciencias en Oso Blanco, del Centro de Ciencias Moleculares de la UPR y del Fideicomiso de  las Ciencias y Tecnología. Todo eso, hasta ahora, ha quedado en tímidos intentos. 

En fin, aun cuando creo que tenemos que resolver el status por cuestiones morales y por elementos coloniales, nada me hace pensar que si como pueblo elegimos a la misma gente bajo la estadidad o bajo la independencia estaremos  exactamente  en el mismo lugar. Si no hemos sacado provecho de las ventajas únicas en el mundo que tiene el ELA a pesar de sus desventajas, ¿lo haremos realmente mejor bajo la estadidad o independencia? 

El status ha sido la excusa perfecta para los políticos esconder sus fracasos y sus robos. En el 2008 la campaña de Fortuño fue duramente contra Aníbal y apenas mencionaba el status y solo hablaba de unión permanente. De hecho, dijo que a quien único botaría sería a Aníbal porque era el responsable del desastre. Nunca habló de su Legislatura igualmente responsable. En el 2012 entonces ya el problema no era Aníbal, ahora el problema era el status. Ahora el PPD se plantea una Asamblea de Status para seguir divirtiéndose con el tema sin realmente resolverlo. Como siempre, buscan la forma, igualito cuando suena la alarma en la mañana y uno presiona el botón de “snooze”. Y así jugamos con nuestro futuro y luego nos atrevemos a decir que amamos a nuestros hijos. Incluso, la razón por la cual creo en resolver el status es para que no tengamos más excusas y podamos meterle mano a un plan de país bien hecho y ser un país civilizado y normal. 

Los estadistas te dirán que todos los estados están mejores que nosotros y te dirán que Hawaii es una isla distante del continente y es próspera. Claro, no te dirán de la ética de trabajo y de que está en medio de dos superpotencias económicas como Japón y los estados del oeste norteamericano, que para turismo eso es un paraíso y que Puerto Rico no está en iguales circunstancias. Los independentistas te dirán que Singapur es ocho veces más chiquita que nosotros y con un poco más de población ha prosperado. Pero no te dicen que es una democracia de embuste y que realmente funciona más parecido a una dictadura, donde no se puede ni protestar muy duro. Tampoco te dicen que para echar adelante tienes que estudiar 14 horas al día y la ética de trabajo es tan oriental como la de China, solo que mejor pagada. 

En fin, es en la ética de trabajo, el trabajo duro y fuerte, en la investigación y desarrollo de sacrificio y la excelencia que está el éxito, no está basado en partidos ni status políticos. Claro que la soberanía integrada y separada es mejor que lo que tenemos pues tienes la última palabra sobre tus propios planes, pero de nada serviría tener las mejores herramientas del mundo si no vemos en el estudio y trabajo, en la investigación y desarrollo y en el verdadero sacrificio la solución a nuestros problemas. Mientras impere la filosofía del guame el resto no importa. 

Ahora, nuestro problema electoral sin duda no es el status, y sí es que seguimos jugando a la Loto con el día de las elecciones. Si seguimos yendo a votar sin analizar bien las propuestas y las ideas, mientras vayamos a votar basados en si con el numerito que jugué el cuatrienio pasado me pegué o si no me pegué y entonces jugar un nuevo numerito estamos condenamos a la mediocridad. Mientras, escucharán al PNP hablar del status para guisar de la colonia, el PPD dirá que hará algo que nunca hará para seguir guisando de la colonia y verán al PIP esperando a que algún día la independencia le caiga en la falda. Usted decida si ese es el futuro que usted quiere darle a sus hijos. Yo me rehúso a ser otro mediocre más que vota a base de fanatismo e ideologías truqueras que solo nos meten entre ceja y ceja a ver si caemos otra vez como tontejos en sus trampas.