Esta semana comienza el cambio, o al menos el mapa. Claro, este cuatrienio ha sido difícil, pero el verdadero problema no es que las cosas estén malas, es que las cosas se van a poner más complejas.  Piense lo siguiente para el próximo cuatrienio:

1 – En 2017, expira la autorización del Tesoro federal del crédito del impuesto a corporaciones foráneas. Puede que nos quedemos sin $2,000 millones si no se cambia la forma del impuesto.

2 – En 2017, acaban los fondos de Obamacare que nos dieron para Mi Salud hasta 2019. ¿Qué haremos para pagarles los servicios médicos a los 1.6 millones de beneficiarios que los necesitan tras acabarse esos $6,200 millones? Habría que subir impuestos por  $2,000 millones o dejar sin plan médico a miles.

3 – En 2019, acaban los fondos del Retiro de Maestros. Cerca de 45,000 educadores se quedarían sin pensión a menos que subamos impuestos por $400 millones anuales para pagarles.

4 – En 2020, acaban los fondos del Retiro del gobierno, por lo que habría que conseguir entre $400 millones y $600 millones (dependiendo del año) para garantizar el pago a todo el mundo.

5 – Para seguir operando el Tren Urbano, la AMA y las lanchas de Transporte Marítimo hay que conseguir $240 millones anuales más. Y no se puede apagar el tren porque habría que devolverles a los federales el dinero que dieron. O sea, $600 millones.

Estos ejemplos son el comienzo. Si añadimos la AEE, la AAA, mitigar efectos del calentamiento global, Carreteras, escuelas y universidades atrasadas, mantenimiento de edificios públicos, puentes obsoletos y demás no hay duda de que el próximo cuatrienio no será “cool”. 

Estará lleno de sacrificios y ajustes que debimos hacer hace décadas.

Por tanto, el político que venga en la próxima campaña a prometer dale una patá por el %^#@.

De hecho, esta semana debe salir el informe sobre la Isla de Anne Krueger, la exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI), economista del Banco Mundial y profesora de Johns Hopkins. 

No tengo duda de que su informe será parecido a los de países fallidos o failed state.

Puerto Rico reúne muchos de los criterios hacia un failed state cuando no podemos hoy, y en el futuro será más difícil, llevar servicios básicos de calidad a la población. 

Ese estudio no se hace por gusto, es parte de cumplir la solicitud de bonistas y del Tesoro federal, que exigió un presupuesto y un plan a cinco años para que mejore la credibilidad de Puerto Rico ante el mundo.

En ese informe estoy seguro de que Krueger dirá que la Isla tiene que rehacerse completa, desde eliminar agencias, escuelas, recintos universitarios, bajar nómina, reducir beneficios, contratos, etc.

Nada que no sepamos, pero ahora lo dice Krueger.

No tenemos recursos para defender nuestras costas, ríos, ni aseguramos educación de calidad, ni damos servicios médicos de primer nivel, ni alimentamos a la gente sin subsidio federal. No tenemos ni el efectivo para pagar la nómina de aquí a septiembre. 

Ahora, esto tiene solución y Alejandro García Padilla tiene la llave. Ya es impostergable que convoque una Convención de País. No otra firulística reunión con vino,  prosciutto y manchego.

Una Convención de País es convocar a los sectores y llegar a acuerdos de que independientemente de quién gane las elecciones, ciertas cosas se van a hacer porque hay que hacerlas aunque no sea “nice”. 

Llevo ya casi una década pidiendo hacer esto. Claro, un político debe estar dispuesto a hacer lo correcto aunque lo quemen en la hoguera electoral, pero todos sabemos que eso no ocurre y, por el contrario, el político saca su fundillito del horno con un préstamo que nos hunde más y que el próximo resuelva “que yo me voy a vivir pa’ Virginia”. Pues ya no podemos posponer las decisiones importantes, así que quizás finalmente hagamos lo correcto. 

Llegó el momento, Alejandro. O cruzas los dedos para que USA nos salve o convoca una Convención de País. Abre los libros y que el pueblo vea la verdad.