Por alguna razón, en Puerto Rico nos creemos que Estados Unidos es un papi bueno que nos regala cositas ricas porque somos la niña de sus ojos. Desde hace tiempo noto que la gente se cree que si el Congreso nombra una junta fiscal para la Isla vendrán a bajar el IVU, a quitar la crudita, eliminar los aumentos de Alejandro y cosas así por el estilo. En mi programa, Jay y sus Rayos X el pasado jueves, el sondeo que hicimos reveló que el 88% de la gente quiere que Estados Unidos nombre una junta para que se encargue de administrar nuestra tierra. 

Los números demuestran que perdimos la fe en autogobernarnos y no los culpo. Pero, el remedio puede ser mucho peor que la enfermedad. De hecho, aun los estados de Estados Unidos jamás permitirían que les impongan desde el gobierno federal una junta que decida por el pueblo lo que deben hacer. Intente en Texas o en California poner una junta que administre eso, a ver qué le dicen.

Ahora, mire lo que significa una junta fiscal federal para que antes de que usted la apoye sepa bien lo que implica, porque lo peor sería buscar lana y salir trasquila’o. 

La junta sería escogida por el Congreso, que actualmente es republicano y responde a intereses conservadores de recortar gastos y permitir “inversión” del gran capital bajando sus costos de hacer negocios. Estos grupos que están cabildeando en el Congreso para que se nombre esta junta han pedido: 

1 – Que se aumente el IVU aún más.

2 – Que se reduzcan beneficios de la tarjeta de salud (Mi Salud).

3 – Que se cierren más escuelas.

4 – Que se despidan más maestros y maestras.

5 – Que se reduzcan aún más las pensiones y beneficios del Retiro de empleados públicos.

6 – Que el Gobierno privatice corporaciones públicas y bote los empleados.

7 – Que se disminuyan fondos que van a la UPR y que los estudiantes que no puedan pagarla cojan préstamos estudiantiles.

8 – Que se aumente la crudita o que se suban los peajes.

9 – Que se pague la deuda por encima de que se le pague a los policías, maestros, enfermeras, etc. 

De hecho, la senadora Elizabeth Warren lo describió perfectamente bien en la pasada vista sobre Puerto Rico en el Senado federal. Aunque nuestra Constitución dispone el rango del pago de las obligaciones, lo cierto es que lo que vendría a hacer una junta fiscal federal sería imponer las medidas que piden quienes hoy la empujan sin mayores reparos. ¿Seguro que eso es lo que queremos?

Comprendo perfectamente la molestia y el coraje con los partidos políticos del patio, pero si usted cree que las medidas de Alejandro y Fortuño han sido duras, ¿quiere ver lo que implica hacer todos esos cortes y ajustes en un período sumamente corto? Digo esto porque en noviembre el País se queda sin “cash”, por lo cual para pagar la deuda este mismo mes habría que hacer reducciones masivas en servicios médicos, escolares y reducir jornadas o despedir empleados, si esa es la política pública que se escoge hacer. La economía seguiría en descenso, ya que todos los ahorros se irían a pagar deuda en vez de a inversión. 

Mis propuestas ante este escenario son:

1 - Que nos unamos como pueblo tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos y pedir igualdad en las leyes de quiebra, como tuvo la Isla hasta 1984 y al garete nos la quitaron sin justificación alguna. Los puertorriqueños de la Florida tienen más poder de lo que creen, así que de ustedes depende en gran medida.

2- Presentar un plan claro para atender la falta de efectivo que va a ocurrir en noviembre. El pueblo merece saber si esto es verdad y de serlo cuál es el plan de acción para que los individuos puedan tomar las medidas necesarias.

3- Exigir la creación de una Comisión de la Verdad que evalúe toda la deuda para determinar su constitucionalidad y audite el uso de toda la deuda para identificar cualquier malgasto o corrupción de esos $72,000 millones.  

4- Exigir que el Gobierno emita los estados financieros auditados inmediatamente. Si vamos a sentarnos a negociar con los bonistas, los números tienen que estar claros. 

5- Crear una junta presupuestaria que examine el presupuesto independientemente y presente uno sin grasa en contratos a panas. En teoría eso le toca a la Cámara, pero podría haber tres figuras elegidas que se dediquen solo a verificar cada gasto y que le respondan al pueblo y no a los políticos de turno.

6- Crear un plan para reinvertir los ahorros del Gobierno de manera que promuevan el crecimiento económico. La única manera de salir de este problema a largo plazo es hacer crecer la economía y para eso necesitamos inversión y producción.

7- Modificar el sistema de impuestos para incentivar el trabajo y dar créditos por la regresividad del consumo. O sea, un IVA bien hecho. 

8- Centralizar el CRIM para crear un organismo no partidista que finalmente ponga las tasaciones al día y elimine las exenciones directas e indirectas a las áreas más adineradas del País. El futuro de la Isla está en gran medida en el “real estate”. Debemos mirar a Miami y su estructura, pero para eso tenemos que reformar el CRIM.

La lucha por el futuro de Puerto Rico ya comenzó. En todos los medios se están viendo anuncios pagados por diferentes intereses buscando influenciar la opinión pública sobre la deuda y la junta de control fiscal es parte de esta estrategia. En cabildeo en el Congreso se han gastado más de $5 millones por ambos bandos (a favor y contra la aplicación de la ley de quiebra federal y la junta federal) y se va a gastar mucho más. En los medios locales y campañas se está moviendo más billete que nunca y de gente que ni conocemos sus nombres. 

De lo que pase aquí depende nuestro futuro. Usted tiene que informarse y tomar una posición clara en este asunto sea la que sea, pero informada. La mía es sencilla: los bonistas tomaron un riesgo al comprar bonos de Puerto Rico y el riesgo les salió mal (ahora tienen que aceptar sus pérdidas). De igual manera, el pueblo de Puerto Rico se hizo de la vista larga y permitió que los gobernantes hicieran y deshicieran durante los últimos 20 años sin consecuencias. Ahora tenemos que ajustarnos los pantalones y aceptar las consecuencias de romper todo y empezar de nuevo. Lo que en mi opinión no puede ocurrir es que solo el pueblo de Puerto Rico cargue con las consecuencias; aquí mucha gente hizo, y sigue haciendo, mucho dinero y el pueblo tiene que saber la verdad. Sea la que sea. Porque no es lo mismo llamar al diablo… que verlo venir.