La diferencia entre un político y un líder es que el primero se aprovecha del desconocimiento de alguna gente para hacer lo que le conviene, mientras que el segundo dirige hacia lo correcto, aun cuando el proceso no sea simpático. En nuestro país hace tiempo no tenemos un líder que nos dirija hacia lo correcto porque se hace lo que “suena” bonito al oído, aunque sea un desastre al final.  

Los casos en los que nos han cogido de tontejos aprovechándose de nuestro desconocimiento son demasiados como para ponerlos todos aquí, pero les presento una breve lista:

1. Las comunidades especiales y los $1,300 millones que se usaron en un fideicomiso “perpetuo” que duró cinco años. 

2. La tarjeta de salud, que de $600 millones ya va por $3,000 millones anuales enfocada en el tratamiento y no en la prevención, sabiendo que eso solo beneficia a la industria de seguros y las farmacéuticas.  

3. El Tren Urbano y su déficit anual de $160 millones, a un costo total de $3,400 millones para un tramo de 11 millas. 

4. La tarjeta inteligente de salud, que se quedó bruta tras costarnos sobre $100 millones para nunca usarse.

5. Los gasoductos del norte y del sur, que fueron sobre $120 millones botados. 

6. El Metro Urbano, con el que iban a fomentar la transportación colectiva exclusivamente. Nos cogieron y terminó siendo otro carril de la autopista que solo los de billete de Dorado pueden pagar a diario a un costo para el pueblo de $76 millones, para que ahora Metropistas se embolsille el dinero.   

7. Los $20 millones botados en la PR-66, que se le pagaron a Las Piedras Construction de cuestionable manera tras construirse sin autorización legal un tramo. (Secretario de Justicia, vaya y vea la opinión disidente del entonces juez presidente Hernández Denton en este caso, que la corrupción es obvia y ustedes ni se inmutan: http://www.ramajudicial.pr/ts/2012/2012TSPR74.pdf

Ha sido obvio que se han aprovechado de nuestro desconocimiento y con tal de hacerse billetús nunca fueron líderes, fueron políticos. Ambos partidos tienen gente que está detrás del billete y empuja para lograr que se aprueben cosas con las que harán dinero. Los billetús y firmas de servicios que contratan tienen como empleados a gente del PPD y del PNP para que, según gane el uno o el otro, tener quién haga el cabildeo. El mejor ejemplo fue la APP del aeropuerto, donde primero estaban los abogados relacionados con el PNP y al ganar Alejandro García Padilla de repente salieron los abogados del PPD para asegurarse el guiso. De hecho, nuestros tres ex gobernadores –Sila Calderón, Aníbal Acevedo Vilá y Luis Fortuño- son cabilderos a sueldo de diferentes firmas por ahí, campeando por su respeto. Ni hablar de los cuestionables casos legales billetús en que los también ex gobernadores Carlos Romero Barceló y Rafael Hernández Colón andan husmeando por ahí. Por esto se necesita un líder que detenga a esta gente y que con credibilidad y gallardía se enfrente a los “caballeros del dinero”. 

Dijo el presidente Eisenhower que “el liderazgo es el arte de conseguir que otra persona haga algo que quieres hacer porque quiere hacerlo”. Y de eso es que se trata el proceso de convencer al pueblo de que hay que hacer lo correcto, aunque sea antipático. Cada vez veo a Alejandro menos capaz de hacer esto luego de perder preciosas oportunidades. 

Los números son obvios y las finanzas inexpugnables. Puerto Rico va al impago y a la insolvencia muy pronto y necesitamos a un líder en quien el pueblo confíe como para dirigirnos. Lamentablemente, Alejandro ha perdido la confianza, no digo del pueblo: de su propio partido. Hago una breve lista para que quede claro lo que me motiva a decir esto:

1. Ingrid Vila (ex secretaria de la Gobernación) publica una columna barriendo el piso con la nueva política pública de Alejandro de permitir una incineradora en Arecibo. 

2. Carmen Yulín Cruz (alcaldesa PPD de San Juan) que le dijo al gobernador que se “distanciaba de la verdad” sobre su “ayuda” para la aprobación de la “crudita”. 

3. Eduardo Bhatia (presidente del Senado PPD) que ha confrontado directamente al gobernador en el impuesto al petróleo y ya antes había tenido un “desliz” diciendo que el gobernador estaba “irracional”. 

4. Ramón Luis Nieves (senador PPD de San Juan) que le ha dicho al gobernador que no cree en su equipo fiscal y que debe cambiarlo. Hasta le pidió a Santa Claus que le traiga un nuevo grupo para ayudar al gobe. 

5. Rafael Cox Alomar (ex compañero de papeleta del gobernador) ha barrido en tantas ocasiones el piso con Alejandro que no hay que añadir. 

6. Héctor Ferrer (ex compañero de papeleta y ex presidente del PPD) ya no sabe qué más decir para pedirle a Alejandro que renuncie o al menos que no sea candidato en el 2016. 

7. Manuel Natal (representante PPD que lo retó abiertamente para llegar a su escaño) lo ha desafiado directamente en posiciones claves sobre el retiro de maestros y el impuesto al petróleo. 

8. Piti Gándara (representante PPD), que culpó a La Fortaleza de “filtrar” información para afectarla por su posición contra el impuesto al petróleo. 

9. Luis Raúl Torres (representante PPD) que, tras reunirse con el gobernador y hacerle ver que votaría a favor de la “crudita”, luego votó en contra. 

10. Carlos Vargas (representante PPD) que ha dicho cosas muy parecidas a los anteriores. 

Si así está la credibilidad del gobernador ante su propio partido, ¿qué será ante la oposición y el pueblo en general? ¿Ustedes creen que a Rafael Hernández Colón o a Luis Muñoz Marín alguien se atrevía a hacerle algo así? No, no pretendo que la Legislatura sea un sello de goma y menos tener un gobernador déspota, pero es obvio que la credibilidad y la confianza pública son indispensables para dirigir el barco. 

Las decisiones que tiene que tomar Puerto Rico ahora son tan fuertes que necesitamos un gobernador con liderato, con capacidad de dirigirnos y, sobre todo, con credibilidad. Credibilidad del pueblo, credibilidad del mercado, credibilidad ante el gobierno federal, pero sobre todo credibilidad a los ojos de su propia gente. Alejandro perdió la oportunidad en su mensaje inaugural, en su mensaje al país sobre los sistemas de Retiro, en su mensaje tras la degradación del crédito y finalmente en su mensaje sobre el impuesto al petróleo de darnos una lista con la receta exacta de su plan y su estrategia para llevarnos a puerto seguro. Por el contrario, divagó y pareció no tener un plan y con una victoria ínfima a los alacranes no se les puede demostrar debilidad, porque vas a perder de la primera que te prueben el aceite. 

Lo más reciente fue su anunciado cierre del Tren Urbano, Metrobús y la AMA que no solo se hizo sal y agua, sino que lo dejó muy mal parado. Los federales le advirtieron de pérdidas de fondos y las empresas y uniones convocaron a su gente para ir a trabajar, desobedeciendo las instrucciones del mandatario. Por esto, alegando ya tener los votos necesarios para la aprobación de la “crudita”, decidió no cerrar operaciones para luego salir a relucir que no tenía los votos en la Cámara ni en el Senado. 

Aun pensando que no fue el gobernador quien falló, sino que fueron los legisladores los que le dijeron a Alejandro una cosa de frente y luego decían otra, queda peor la cosa. Eso demostraría todavía más la falta de respeto que le tienen a quien ocupa la silla principal del Ejecutivo. Una persona con esa estima dentro de su propio partido no puede, por más bien intencionado que esté, dirigirnos hacia todas las realidades que tendremos que enfrentar en el futuro cercano. Alejandro tiene muy poco tiempo para rehacerse o ceder el paso. 

Finalmente, en el 2008 ya el PPD pasó por la experiencia (sin razón alguna) de hacer “seppuku” o “harakiri”  con un candidato a gobernador. ¿Lo hará de nuevo?