La primaria republicana era una gran oportunidad para Puerto Rico brillar y buscar resolver gran parte de nuestros problemas. Recuerde que el Partido Republicano en Estados Unidos es el que está a cargo del Congreso, tanto en el Senado como en la Cámara federal. Así que sea lo que sea que pase, será bien importante para nuestro futuro lo que ese Congreso republicano determine.

Mientras están a punto de ponernos una Junta de Control Fiscal que nos parta por el medio, mientras el Congreso se niega a darnos una herramienta tan importante como la ley de quiebra federal que tienen todos los estados, mientras el Congreso se niega a mover un dedo por nosotros, aquí le hemos dado otra excusa más para no hacer nada.

La deprimente participación de las primarias; la desorganización de la actividad, que ni se sabía bien la fecha; no se sabía si aplicaba la ley electoral local o la de primarias presidenciales; el comisionado electoral del partido no intervino en la opinión pública; no se sabía si aplicaba la Ley Seca; no sabían que en el colegio de Guaynabo donde iban a votar había un festival en el mismo sitio y por tanto tuvieron que cambiarlo a última hora, creando confusión y que personas no votaran. ¿Quieres más? El día antes Marco Rubio hizo un “rally” al cual fueron cuatro gatos en Levittown, demostrando incapacidad de movilización de personas para una primaria en la que su candidato se jugaba la vida porque si no demuestra fortaleza aquí y en la Florida, muere su aspiración presidencial.

A todas estas, originalmente había $800 mil  para la primaria y luego lo bajaron a $300 mil de fondos públicos, por lo que no pudieron hacer la primaria en todos los colegios y solo lo hicieron en 110 centros de votación, en vez de los 3,000 que originalmente plantearon. Por eso se le recomendó a Jenniffer González no hacer ninguna primaria y mejor hacer una asamblea estatal en el Choliseo, en el Centro de Convenciones o en el coliseo Pachín Vicéns para demostrar que estaba abarrotado. Pero no, ella prefirió coger los $300 mil y repartir el billete, en vez de rechazarlos y hacer una asamblea.

Esto se le propuso a Jenniffer para lograr que los republicanos de Estados Unidos se sorprendieran y vieran que en Puerto Rico hay posibilidades de hacer este “estado” uno republicano y no demócrata, como todo el mundo piensa. En Estados Unidos, cuatro de cada cinco de los boricuas votó demócrata en 2012; eso hace que los republicanos no quieran hacer de Puerto Rico un estado, aunque en el papel digan lo contrario. Saben que probablemente Puerto Rico sea demócrata y los republicanos no quieren dejar que eso ocurra. De hecho, la última vez que dejaron entrar dos estados fueron casi simultáneamente admitidos y se pensaba que uno sería demócrata y el otro republicano, para hacer el balance. Así fue como Alaska y Hawái llegaron a ser estados.

En fin, la embarraron. La oportunidad de su vida, de adelantar la estadidad y de proyectar poder político y organizacional y no la aprovecharon. Todo esto en el momento cuando más hemos necesitado del Partido Republicano nacional. Pocas veces en la vida tienes una oportunidad en que eres el único “estado” en todo Estados Unidos que tiene una primaria  y que puedes impresionar a todo el Partido Republicano nacional y, de paso, lograr que el Congreso al verlo sea motivado a actuar. No lo aprovecharon, la embarraron y lo peor es que se les advirtió. Tenían la excusa perfecta. Ante la crisis fiscal del País, podían hacer una asamblea en un estadio y ahí escoger su candidato y resuelto. Pero no, preferían coger los $300 mil  y contratar a los panas de Jenniffer para, como siempre, terminar haciendo un papelón con tal de coger los billetes y ya.

La “rock star” del Partido Nuevo Progresista (PNP) y del Partido Republicano, que ya nos la hizo una vez en Washington dividiendo la unidad entre el PNP y el Partido Popular Democrático (PPD) por la reestructuración de la deuda, se escrachó en su oportunidad al bate y con ella nos llevó enredaos.