La propuesta Junta de Control Fiscal tendría los poderes de:

– Hacer un plan fiscal en el que determinen el futuro de Puerto Rico si así desean sin encomendarse a nadie. Esto es, desde quitar beneficios de exención de las farmacéuticas hasta vetar cualquier ley que les dé la gana porque pueden anular cualquier cosa que vaya contra el plan fiscal. O sea, queda incierto el estado de derecho de cualquier cosa en Puerto Rico hasta que se implemente dicho plan fiscal.

–Decidir el presupuesto y cortar los servicios que entiendan.

–Puede limitar beneficios de retiro de los viejitos y limitar sus pensiones.  

–Puede disminuir el salario mínimo federal para los trabajadores.

–Puede eliminar el derecho a la huelga.

–Puede vetar leyes sean buenas o malas.

–Puede decidir qué leyes ambientales u otras no quiere obedecer para establecer medidas “de emergencia”. Lo que sea que eso signifique.

–Si eres un empleado público’, esta Junta pueden mañana aparecer y llevarse los documentos que tienes en tu oficina y no tienen que explicar nada.

–Tienen inmunidad ante cualquier cosa, así que pueden violar leyes y no ser demandados ni ir presos. Pero quien los desobedezca puede ir preso hasta un año.

–El gobernador electo por el pueblo de Puerto Rico no tendrá voto en la Junta.

Según encuestas y sondeos al menos el 83% del pueblo favorece la imposición de dicha Junta en Puerto Rico. Con esto los boricuas demuestran que están hartos de que el gobierno que elegimos nos robe.

Sin embargo, también demostramos que no recordamos nuestra historia y que hemos olvidado lo que provocó que se pidiera el gobierno propio y finalmente la ley que en 1950 permitió una Constitución que diera estabilidad a la Isla.

Dejamos en el olvidó lo que ocurrió aquí desde 1898 hasta los años cincuenta y cómo nuestra economía retrocedió aún más que en la época española. Se nos olvidó la devaluación de nuestra moneda y la compra de terrenos a centavos por las grandes corporaciones norteamericanas quitándole al jíbaro su tierra. Se nos olvidó la violación de derechos humanos, el abuso contra nuestras mujeres, se nos olvidó que el peón y el agricultor trabajaba por 25 centavos el día y que la comida llegaba a veces sí y a veces no. Se nos olvidó que por los primeros 50 años de nuestra historia bajo la nueva soberanía se vivió la pobreza más grande en nuestra historia y que en los años 30 el propio gobierno de Estados Unidos admitía que éramos el país más pobre de América. Se nos olvidó que éramos nosotros los que íbamos en yola a República Dominicana, las guaguas aéreas para recoger tomates en New York en condiciones deplorables y los barcos hasta Louisiana para finalmente llegar a Hawaii a trabajar como esclavos en la caña. Ni hablar de arrestos ilegales, de violaciones bajo inmunidad militar, de experimentos sin consultar a nuestras madres y tantas otras cosas.

El hecho de que Estados Unidos mande a un grupo de gente a gobernar Puerto Rico no implica que se hará lo mejor para el pueblo y menos aún que se buscarán los mejores intereses para la Isla. Al contrario, aquí cuando tuvimos gobierno bajo el mando directo del Congreso y el presidente, lo que más se veló fue por los intereses de los Estados Unidos y no nuestro bienestar. La historia demuestra que fue cuando se erigió un gobierno local, aprovechando la relación con Estados Unidos, que se empezó a mejorar las condiciones de vida.

Si usted piensa que esos eran otros tiempos y que estamos en otra época piense de nuevo. Vea lo que ha hecho Estados Unidos con Cuba recientemente o lo que han hecho en Medio Oriente y dígame que usted no piensa de que la nación actúa para sus intereses primero y luego los demás. De hecho, estamos a ocho meses de que el nuevo presidente pueda ser Donald Trump, ¿de verdad usted quiere entregar todos estos poderes a una junta que pueda nombrar Donald Trump?

Gente, poco le faltó a Paul Ryan para compelir al gobernador para que se arrodillara como el militar japonés en el USS Missouri. Ante esta humillación Alejandro García Padilla tiene que escribir tres cartas:

1 – Al presidente Obama exigiéndole que diga que va a vetar ese proyecto si no sufre enmiendas mayores.

2 – A las Naciones Unidas para que devuelva a Puerto Rico a la Lista de Colonias y sancione a Estados Unidos por aún tener colonias bajo su poder.

3 – A Paul Ryan diciendo que se acabó la negociación y no puede empezar con humillar al pueblo de Puerto Rico con este tipo de legislación sin pensar que hay una comunidad latina que puede indignarse ante este tipo de lenguaje con Puerto Rico.

¿Cómo puedes echar adelante la economía de un país con un estado de derecho tan ambivalente que una Junta que apoya algo luego puede cambiarlo si entiende que algo va ahora contra el plan fiscal?

Con esto no crea que soy antiamericano y mucho menos odio a los Estados Unidos. Nací en Chicago y la mayor parte de mi familia vive o ha vivido en Estados Unidos. Pero Estados Unidos como cualquier otra nación busca lo que es mejor para sus intereses. Lo que me cuesta comprender es por qué nosotros creemos que van a querer lo mejor para nosotros y no lo mejor para el capital estadounidense.

La Junta de Control Fiscal Federal propuesta en el borrador es simplemente una humillación y debemos combatirla, no porque nos pongan una junta, sino por los omnipotentes poderes que se le ha otorgado. Estoy de acuerdo en que no hay forma de evitar una junta de control. Somos el conductor borracho que ha sido irresponsable y se le está pidiendo que pase la llave y no hay mucho que podamos hacer para no tener que pasarla. Sin embargo, una junta con todos estos poderes y sin tener que encomendarse a nadie es demasiado peligrosa. Por tanto, tenemos que ejercer presión y luchar y combatirla para que los demócratas en el Senado federal actúen y entonces puedan tener medidas razonables y eliminar aquellas cosas que resultan degradantes.

Le estamos entregando demasiado poder a esa junta. Con su plan fiscal puede romper la estructura industrial del país, imponer contribuciones y eliminar beneficios porque sí.  Con un presidente saliente la incertidumbre que vive el propio Estados Unidos impide que uno pueda apoyar esto. No luchar sería traicionar a nuestra propia gente dejándolos a la merced de lo que sea que le dé la gana a este grupo de personas. Mientras no sepamos el plan fiscal y sus prerrogativas específicas, apoyarla sería imbécil de nuestra parte aún para los estadistas. ¿Usted cree que Estados Unidos haría estado a una isla con gente que tiene que mandar a una Junta para administrarla?

No hay duda que somos un territorio y que como colonia Estados Unidos puede hacer lo que les dé la gana con nosotros, pero que haya boricuas aplaudiendo no solo da vergüenza da lástima. Recuerdo que después de la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos hizo un pacto en Bretton Woods para proteger a las naciones derrotadas y no las humilló. Creó y ayudó, y hasta rescató con billones de dólares a muchas de ellas. Con nosotros que hemos sido siempre sus aliados y hemos estado hombro a hombro en sus batallas no podemos exigir menos.