Antes escuchaba a personas decir que se iban de Puerto Rico porque no tenían remedio, porque tenían una mejor opción o porque querían aventurarse a mejor calidad de vida. No escuchabas gente decir que su meta era irse. O sea, escuchaba a los estudiantes decir que se iban si no conseguían nada, pero su meta era terminar y ver opciones aquí y entonces decidir. Ahora lo que escucho es algo mucho más drástico. Algo así como “La partida” de Franz Kafka.

Escucho a jóvenes estudiantes decirme todo el tiempo que están esperando terminar para irse. O sea, como si su meta fuera irse de la Isla más que incluso culminar sus estudios. Como si no pudieran esperar un segundo más para irse. Obviamente, mucha gente me ve en la calle y lo que hace es desahogarse conmigo, por lo que es natural que me digan estas cosas con profunda tristeza y en muchos casos con coraje. Ahora, esto no es solo una experiencia anecdótica, esto es una tendencia notable. La mayor parte de los que se están yendo tiene empleo, trabaja, pero simplemente no les da, a pesar de su esfuerzo para tener calidad de vida. 

Eso es aterrador para cualquier administración. Que su gente haya perdido la esperanza a ese punto que ya no es que me voy porque no hay de otra, sino que me voy porque eso es lo que quiero. Según la encuesta de Gallup, solo el 19% de la gente aprueba la gestión de Alejandro García Padilla. La misma encuesta dice que nuestra gente no tiene esperanzas de que esto va a mejorar y que en pesimismo estamos peor que todo Estados Unidos y casi toda América. Tanto nadar en el discurso del gobernador “Alejandro Coelho” para evitar el pesimismo y por no hablar claro ahora la gente está más pesimista que nunca. 

Cada vez que doy una charla en alguna universidad o escuela fácilmente la mitad de los estudiantes me dice que piensa irse o tiene planes de irse. Se proyectan pesimistas ante su futuro. 

De esto seguir, se va a complicar enormemente la vida aquí. Obviamente, con esto menos gente aporta a cargar con el muerto de la multimillonaria deuda y del aparato gubernamental y mientras menos carguen el muerto, más pesado es para quienes lo cargan. 

Mi hermana, mi hija, y gran parte de mi familia y gente a quienes quiero se han ido y cuando les pregunto si regresan casi siempre la respuesta es que sería bien difícil que eso pase. PUÑE%^Y&^%$ ALEJANDRO Y LEGISLATURA (igual va para el PNP): si ustedes piensan que el País tiene salvación, tienen que acabar de hacer lo que hay que hacer para evitar esta emigración que va a ir incrementándose enormemente y entonces la profundidad del problema de la Isla aumentará exponencialmente. Lo peor es que no veo un plan para evitar que la gente se vaya. 

Al contrario, veo un Plan de Ajuste Fiscal que dice que le va a quitar beneficios a los empleados. Eso podrá funcionar macroeconómicamente en una economía cerrada, pero en una economía de traslado como la nuestra, la gente simplemente se va a ir. Aún peor es la propuesta para que el salario mínimo para menores de 25 años pueda ser menos que el mínimo federal porque entonces se van a ir los más jóvenes. 

Claro, sé que esto no va a llegar a ser ley porque no tiene los votos de la Legislatura y porque es una estrategia para presionar a los bonistas. Ellos quieren que se muestre que el Gobierno está dispuesto a hacer su parte, pero los bonistas no quieren ceder ni un poco. Aquí la estrategia es decir que no van a pagar y punto para que se descocoten los bonos y los bonistas tengan que obligatoriamente negociar antes de que sus valores sigan en caída libre, bajando aún más en lo que los tribunales obligan el pago o la ejecución de la colateral. 

El problema es que con esto el Gobierno está jugando al tiempo, a cogerlo suave. Nuestros jóvenes y nuestra clase productiva, que desean calidad de vida, no lo están cogiendo suave. Al contrario, sienten urgencia e impaciencia para salir de aquí así sea aventurándose a la locura de irse sin si quiera tener un empleo antes de montarse en el avión. El sentido de urgencia de esta administración está peor que la liebre en la carrera con la tortuga. Creen que pueden cogerlo suave y esperar a ver lo que pasa para reaccionar. Dejamos de ser un gobierno que planifica para ser un gobierno que corrige hace décadas. Pero ahora estamos al borde del absurdo. 

Estoy seguro de que el gobernador sabe todo esto porque el Gobierno encuesta continuamente sobre el sentimiento del pueblo. No tengo duda de que este cambio en la mentalidad de la gente tiene que estar claro para la administración. Hay una gran diferencia entre quien se va porque no tiene una mejor opción a quien quiere irse y aún peor quien lo tiene como meta. Acaben de hacer un plan de país en conjunto los partidos principales. 

No sirve una Junta Fiscal que no cuente con el aval de los partidos porque el cabildeo será intenso y en vez de negociar los bonistas lo que harán es sentarse a esperar a que lleguen los que ellos lograron poner en el Gobierno. Porque mire, estos tipos están comprando por ahí a cuanto político, analista y cabildero hay y ahora mismo no tienen necesidad de renegociar, sino de esperar a que el político a quienes ellos respaldaron llegue a La Fortaleza  para que le paguen todo. En fin, Alejandro tiene que ahora coger en serio esto de un plan avalado por gente más allá de su propia administración.

En fin, si “fuera de aquí es mi meta” como dijo Kafka, la profundidad de la crisis no será ni remotamente cercana a lo que es hoy. Alejandro, Ricky y demás, la bola no está en su cancha, está en la del pueblo que se cansó de esperar su jugada y se está yendo ante su falta de unidad. Les tocará a ustedes decidir si quieren o no la bola en su cancha. Mientras tanto, la orden era que trajeran el caballo, no que se convirtieran en él.