Apoyé la liberación de Oscar López Rivera pidiendo las 100 mil firmas que se solicitaron y les pedí a ustedes que se unieran en ese esfuerzo. Lo hice por todas las razones, desde humanitarias hasta de respeto a la causa en la que batalló.   

Sin embargo, creo que le llegó el momento (de nuevo) a Oscar López, de poner la patria primero y a escoger que es más importante la causa boricua actual que su persona. Particularmente por el momento histórico que vivimos donde es cuando más los puertorriqueños necesitamos de la unidad de nuestra diáspora. 

Un patriota dijo hace mucho que, en momentos de sitio, la disidencia es traición. Y en este momento, Puerto Rico necesita más que nunca de toda la unidad de su gente, especialmente de la diáspora.

Por tanto, humildemente, le pido a Oscar López Rivera que solicite a los organizadores de la parada puertorriqueña en New York que no le den homenaje y que va a dejar que sus futuras obras demuestren su calidad humana. Me baso para ello en las siguientes razones:

1. Oscar escogió llevar una vida radical. Su decisión fue poner su causa sobre cuestiones personales. Ante eso, sabía que la sociedad y que la mayoría de los boricuas rechazan tanto la independencia como la violencia para alcanzarla. Así que su decisión fue estar al margen de reconocimientos. Como también George Washington decidió cuando la mayoría de los norteamericanos no querían la independencia de Inglaterra (y si no llega a ser por Francia quizás hoy sería considerado un terrorista y no un patriota). 

2. Es natural, que firmas comerciales no quieran atar su marca con una persona que, además de dividir, fue vinculada al terrorismo y muertes, justa o injustamente. Este tipo de festival tiene enormes gastos y necesita de firmas comerciales para poder llevarse a cabo. Así que, participar del mismo inherentemente reconoce la necesidad de auspicios comerciales. De hecho, lo más que queremos de ese día es que se transmita por los medios de comunicación corporativos para que el mundo vea que existe la puertorriqueñidad más allá del 100 x 35. Sin el auspicio de medios, esto no sería el enorme evento global que es hace 60 años. 

3. Lo peor de perder auspicios de firmas comerciales es que quienes se afectan son los jóvenes boricuas que recibirían becas y ayudas para estudios. Esas becas ayudan a jóvenes puertorriqueños a adelantar su educación y por tanto se convierten en portavoces de nuestra gente. 

4. Ahora mismo el énfasis del festival debe ser insertar a la diáspora y unirla para lograr hacer de los boricuas un bloque electoral masivo e importante, cosa de que los intereses de la Isla y de la diáspora sean atendidos por un gobierno que es inhóspito a los latinos. Tener divisiones no es provechoso para ninguna de las causas, particularmente en este momento. 

5. La actividad no es solo dedicada a Oscar López, sino que también otros boricuas que van a ser homenajeados ahora han pasado a segundo plano. Se dedica también a:

a. El Gran Mariscal es Gilberto Santa Rosa, Laurie Hernández es la atleta del año (gimnasta boricua que representó a USA), Jeimy Osorio, Bobby Cruz, Iris Chacón, Mónica Puig, Yandel, Julio Monge, Modesto Lacen, el equipo del Clásico Mundial, y otros. 

6. Se han retirado de la parada no solo auspiciadores económicos, sino también personas importantes como jefes de policía, de Justicia, de bomberos y el propio gobernador del Estado de New York a quienes necesitamos uniendo a la comunidad boricua y combatiendo el discrimen contra los nuestros, no dándole razones para lo contrario.  

De nuevo, no estoy diciendo con esto que Oscar López merezca o no este reconocimiento. En otros países del mundo quienes han conseguido la independencia de su país con armas y lucha clandestina son considerados héroes. Pero la historia la escriben siempre quienes ganan las guerras, no quienes la pierden. 

Nelson Mandela es considerado un héroe y traficó armas de fuego por lo que pagó con menos años de cárcel que Oscar. Robert E. Lee en el sur de Estados Unidos igualmente, aunque representó una causa racista y de secesión de la nación. 

Bill Ayers fue visitado por Barack Obama cuando lo presentaban como potencial legislador del estado de Illinois. Ayers fue el líder del grupo The Weatherman que hizo montones de atentados contra edificios de gobierno. Aunque fue el líder de un grupo terrorista, Ayers hoy es considerado un gran educador y es muy respetado dentro de círculos liberales influyentes en la política de Estados Unidos. 

Se puede decir que ha habido grupos terroristas de izquierda dentro de Estados Unidos como los Black Panthers, así como de derecha en Alpha 66, Omega 7 contra Castro o el Army of God antiabortista. O sea, ha habido radicales en todos los niveles, desde los blancos racistas del KKK hasta el Black Liberation Army. 

De hecho, Estados Unidos ha usado terroristas, fomentado golpes de Estado y auspiciado gobiernos fascistas para adelantar sus intereses en diferentes lugares del mundo. Así fue como terminó ayudando a grupos como el Talibán en Afganistán, Al Qaeda, y ni hablar del wahabismo de Arabia Saudita. 

A su vez, lo que hizo Oscar López justo antes de ir al clandestinaje fue estar en la Guerra de Vietnam donde Estados Unidos invadió para asegurar sus intereses en contra del comunismo. Allí murieron millones de personas inocentes en una guerra que no tenía sentido y la cual Oscar vio de primera mano. Oscar observó como Estados Unidos puso bombas y dio inmunidad a montones de actos barbáricos contra civiles que están en la historia para leerlos. Y todo, por Estados Unidos velar por sus intereses en Oriente. 

Luego de Oscar recibir la medalla de bronce del Ejército de Estados Unidos por sus actos heroicos en Vietnam, regresó a Estados Unidos en 1967 y luchó por las comunidades boricuas y latinas para conseguirles un hogar, educarse y lograr más acceso de boricuas a universidades.

Luego en 1999 de nuevo depuso sus intereses de liberación para quedarse en prisión pues entendió que no podía aceptar el perdón presidencial que le ofrecieron cuando otros presos por su causa estaban aún tras las rejas. 

En fin, hay un denominador común en todo esto. Oscar ha depuesto a su persona para batallar por causas mayores a su persona (creamos en ellas o no). Desde los 18 años fue al Ejército para representar a Estados Unidos en Vietnam. Al regresar a Chicago en 1967 luchó por la comunidad boricua e hispana. Justo después luchó en los 70 por la independencia de Puerto Rico. Al así hacer, fue sentenciado por conspiración sediciosa por lo que decir que fue asesino se aleja de los datos jurídicos. 

Ahora, en mi humilde opinión, debe volver a poner esta causa por encima de su persona. Así se crecerá demostrando que no es un asunto personal ni homenajes lo que ha buscado en toda su vida. Que con ese acto de desprendimiento haga ver que pone la unidad puertorriqueña por encima de otras consideraciones. La historia se encargará del resto. 

Nota al calce:

Claro que el dolor de las familias que sufrieron por atentados debe ser respetado. He leído sus escritos y he visto sus expresiones y sin duda es un dolor que no puedo dejar de mencionar. No lo incluyo en la lista de razones arriba descritas, porque creo que la sociedad tiene que ser más sabia que los individuos. Obviamente, siempre que uno es víctima del crimen va a tener un deseo revanchista natural. Si un familiar nuestro es víctima de algo, vamos a querer que esa persona sufra severas consecuencias hasta la muerte. Pero la sociedad se supone que esté por encima de mi interés de revancha y estudie la totalidad de las circunstancias y ahí decida lo que fue el momento histórico y social versus la realidad actual. Sé que es difícil de comprender esto, pero es necesario añadirlo en el análisis.