Las carreteras de Puerto Rico son la crónica de un cráter anunciado. El tren no llega a ningún sitio y a la AMA nadie la ama.


Alcaldes como Héctor O’Neill escogen “preciosas” combinaciones de colores violeta y verde para “embellecer” nuestro entorno. Pero no se distraiga disfrutando del paisaje porque se puede llevar un cráter o una de esas superútiles y necesarias rotondas de frente.

Entre la basura acumulada en todas las carreteras –y créame que se puede armar un juego de sala con lo que uno ve en el paseo–, los tubos rotos y el delicioso tapón, no hay forma de mejorar ni el desarrollo económico ni la situación de salud mental que enfrentamos, y eso sí que afecta a la familia. Mire a su alrededor, ¿le gusta lo que ve? ¿Le parece que vamos progresando?

Con honestidad, contéstese esa pregunta. No hay quien me diga que llega de buen humor al trabajo después de transitar por nuestras rutas atractivas, y menos aún a su hogar, donde termina desquitándose con su familia del mal rato en la calle. ¿Y los peajes? Pronto subirán tras el acuerdo de la APP de Fortuño y Metropistas.

Las calles están tan fastidiadas que uno pensaría que es que cogen los ingresos de los marbetes, tablillas, peajes, inspecciones, arbitrios a  carros, impuesto a gomas y al aceite de motor, a la gasolina y al crudo, más el cash de la APP del expreso De Diego –que debe ir para repararlas– y los envían a las escuelas y hospitales para ponerlos a nivel de primer mundo.

¿Adónde va todo ese dinero? ¿No se supone que con tanto billete las carreteras estén prístinas?

Pues lo triste del caso es que el dinero se lo cepillaron. La Autoridad de Carreteras se quedó a pie. La cosa está tan mal que la semana pasada el Gobierno federal nos congeló la transferencia de $158 millones porque no se ha pagado una deuda que se debe hace décadas al Cuerpo de Ingenieros.

Más alarmante fue que Carreteras no pudo hacer un pago de la deuda que se vencía ahora. Es como si a usted le aguantaran un pago de Hacienda porque le debe a Asume.  Así de mal estamos.

Peor, Carreteras le debe $2.2 billones al Banco Gubernamental de Fomento y este ni sabe de dónde sacar ese dinero. Si Carreteras no le paga a Fomento, el Banco no podría continuar financiando las operaciones de otras entidades gubernamentales porque no tendría dinero y, entonces, sí que esto se pone bien feo. Sin duda, no nos hemos dado cuenta del boquete en el que estamos.

Para añadir al escándalo, cuando se privatizaron la PR-22 y PR-5, Puerto Rico solo recibió $1,100 millones. En cambio, le entregamos a la privatizadora el derecho a recibir sobre $90 millones anuales por los próximos 40 años. Saque cuenta para que vea el negocio que hizo Fortuño.

El resultado es que Carreteras, al cierre del año fiscal anterior, tenía sobre $8 billones en deudas y solo recibió $138 millones en peajes. El año anterior, cuando todavía era dueña de las autopistas privatizadas, había recibido $212 millones.  

Esto lo que quiere decir es que le entregaron una proporción enorme de los recaudos a la APP a cambio de una cuantía que no resolvió en lo absoluto el problema de la deuda. Fue una transacción pésima.  ¿Y la guagüita de Metro Urbano? Bien, ¡gracias!

En 2008, la Autoridad tenía un recaudo de peajes de $222 millones y una deuda de poco más de $7 billones. Ahora, ingresa casi la mitad y la deuda es un billón más alta. ¿Quién va a ir a la cárcel por esto? ¿La corrupción dejó de ser ilegal en Puerto Rico?

Es imperativo lograr una combinación efectiva de impuestos a la gasolina que tengan sentido. Todos los estudios demuestran que un impuesto a la gasolina es más efectivo en términos de reducción de consumo y protección al ambiente.

Además, es importante que ese impuesto se use para desarrollar un sistema de transporte público de excelencia como se hace en Europa. Propongo como modelo el Curitiba Bus Rapid Transit System, que llevo años recomendando. Dele un search en Google para que vea. ¿Por qué en decenas de lugares y en la Isla no? ¿En Brasil son más inteligentes que aquí o es que los intereses de vender y reparar más carros y el consumo de gasolina son más importantes que el pueblo?

De nada sirve un tren sin integración que cuesta $100 millones y genera $12 millones al año y que tan poca gente usa. Hay que aumentar los recaudos de la transportación pública para ayudar a empatar la pelea y eso solamente es posible implantando un sistema que tenga sentido, integrado, que sea casi obligatorio usarlo, pero altamente eficiente y con guaguas de primer mundo, que salen mucho más baratas que un tren rígido.

Alejandro y “Willito” han anunciado el tren de Caguas como 138 veces y ahora proponen la tecnología maglev (levitación magnética), o sea, la más cara del mundo, y si se usa una tecnología distinta al Tren Urbano, no se podrán conectar. Esto es llenar el ojo político sabiendo que es un disparate, y lo peor es que lo saben, pero quieren ganar elecciones, no dirigir un país.

Si no hacemos algo pronto, todos nos quedaremos a pie.