Los grupos de bonistas que tienen en su poder la deuda de Puerto Rico no quieren que se audite la deuda. Tanto el gobierno de Alejandro García Padilla como el gobierno de Ricardo Rosselló se han negado a auditar la deuda. Uno porque dice que no hay que auditarla porque no se puede pagar nada de la deuda. El otro, porque dice que hay mejores mecanismos para pagarla. ¿Por qué no quieren auditar la deuda quienes la emitieron y sus partidos?

Puerto Rico tiene una deuda de 70 mil millones de dólares. Esa deuda, en gran medida, se emitió sabiendo que Puerto Rico no tendría capacidad económica para repagarla. Sin embargo, grupos de colmillos largos y afilados vieron en que Puerto Rico se endeudara su oportunidad para hacer billetes de nuestra desgracia. 

Primero estaban las firmas de abogados y banqueros asesores del gobierno de Puerto Rico. Estos se ganaron en comisiones entre 2006-2013 cerca de 2 billones de dólares. Obviamente, si esos bancos y esos bufetes de abogados y esos asesores orientaron mal al gobierno y le hicieron falsas representaciones al mercado deben pagar las consecuencias de sus falsas representaciones. Estos pueden y deben recibir demandas del gobierno y de entidades que confiaron en su asesoría. Sabemos que en esos bufetes y bancos trabajan y ganaron cientos de millones los hermanos de gobernadores, hijos de gobernadora, donantes fuertes de los partidos, en fin, el gobierno permanente de Puerto Rico está ahí. 

La actual administración, si de verdad representa al pueblo, debería estar procesando criminalmente y demandando en los tribunales por todas las emisiones ilegales, fraudulentas, no transparentes que ocurrieron y que tienen a muchos de los viejitos bonistas de rodillas además de al propio Estado. 

Si se hace una verdadera auditoría de la deuda, se vería claramente el relajo que se tenía aquí cogiendo préstamos mientras estos banqueros, bufetes y amigos del gobierno hicieron fiesta y se iban de weekend para New York a celebrar cada vez que Puerto Rico emitía deuda. ¿Cree usted que deben pagar por sus impericias profesionales quienes hoy se benefician de nuestra desgracia?

Actualmente, hay una investigación federal sobre algunas emisiones de deuda. Pero, si algo hemos visto es que en este tema el gobierno federal ha sido súper leniente al punto de que básicamente nadie fue preso por la debacle financiera del 2008 que fue mil veces más grande que la situación de Puerto Rico. Así que no podemos descansar en que el SEC va a solicitar a Justicia federal radicar cargos. Menos aún que demanden como hicieron en Miami. Aquí estamos por la nuestra y nos corresponde a nosotros poner la casa en orden. 

Pero, hay mucha presión y cabildeo de personas muy poderosas manejando nuestra realidad. Ahora esos mismos bonistas y otros que compraron bonos en 10 millones cuando antes valían 50 millones no quiere que se hagan auditorías y presionan al gobierno para que pague 50 millones en vez de los 10 millones por los que ellos compraron. Estos a la vez fueron los que vieron el colapso de Puerto Rico antes de que ocurriera, y estaban esperando nuestra caída para entonces ellos ganar billones y billones comprando a descuento gran parte de la deuda boricua. Esos fondos buitres han estado presionando tanto a los federales como al gobierno de Puerto Rico para evitar una auditoría, porque saben que uno de los argumentos que se puede llevar al tribunal es que la deuda que ellos tienen fue ilegal y hasta inconstitucional tanto en su origen como en la colateral que ellos tienen.

Una auditoría puede lograr que se pueda recobrar parte del dinero, verificar que se esté pagando lo que realmente se debe, ver que se usó el dinero para lo que realmente era y uno hubo un desvío ilegal y fraudulento, puede encontrar fraudes e incongruencias en las cuentas, y hasta encontrar actos criminales por los que pueden procesarse personas que hoy viven a sus anchas gracias a sus contactos y corrupción. 

Otro importante detalle. El gobierno, sabiendo, le vendió los bonos más flojos, los más tóxicos, los peores a la gente de Puerto Rico. Sí, así como lo oye. Tanto los bonos de Cofina subordinados, como los PFC’s, AEE, y otros bonos con dudosa reputación se le vendieron aquí a nuestros viejitos en fondos de retiro, a nuestras cooperativas, a AEELA y otras entidades locales. Los bonos buenos se vendían en New York, los malos, pues en Puerto Rico y le decían a la gente que la Constitución los protegía cuando en realidad los bonos protegidos por la Constitución se vendían completitos en New York y aquí no llegaba ni un chavo. ¿No cree usted que debe investigarse la fiducia que ejercieron estos fondos y la forma fraudulenta en que se han perdido aquí billones de dólares en inversiones?

¿Por qué el gobierno que tanto habló de transparencia para llegar al poder se niega a hacer lo más transparente del mundo que es verificar lo que realmente se deben, cómo se asumió esa obligación y si realmente debemos demandar y procesar y hasta impagar parte de la deuda por haber sido ilegalmente concebida? Por qué un gobernador que habló de transparencia por tantos años como candidato se niega a darle transparencia al proceso de la deuda, es simplemente absurdo. 

Ahora, auditar la deuda no es una panacea perfecta que va a resolver todos los problemas del país. Tampoco va a lograr que la Junta de Control Fiscal federal decida meternos en el Capítulo 3 de la Ley PROMESA y por tanto impaguemos parte de la deuda y obliguemos a un tribunal federal a resolver el problema. Auditar la deuda, no es perfecto, pero es necesario. Sobre todo para nuestros jóvenes. La deuda de Puerto Rico está emitida hasta el año 2057. Es decir, yo voy a tener más de 70 años cuando termine de pagarse la deuda que cogieron nuestros gobernadores hasta el 2013. 

Lo menos que tenemos es derecho a saber a dónde fue a parar cada centavo, quién la vendió para qué parámetros, si se usó para lo que no era, si se puede ir en demandas y gestiones de recobro a quienes cometieron los fraudes y encarcelarles, si se puede impugnar su pago o su colateral, incluso si se está pagando parte de una deuda que no se debe, y en fin, lo menos que merecemos es saber la verdad de lo que pasó para que no vuelva a pasar. Y no me vengan con llantenes que en 70 billones de dólares algún error debe haber que pueda corregirse. 

Cómo el gobernador que llegó al poder hablando de transparencia puede decir que no a la auditoría de la deuda… solo él sabe, porque a mi se me caería la cara de vergüenza.