Añasco. Dice que llegó caminando desde Ponce, deteniéndose de pueblo en pueblo, con una misteriosa misión: rescatar almas y limpiar del mal una casa.

Hace algunos tres meses, Daniel González García, de 45 años, apareció en una parada de guagua que ubica en la Zona Industrial de Añasco, entre las fábricas Abbott y Edwards, frente a un negocio ambulante de venta de comidas. Allí montó su camita y regularmente acude a un centro diurno de personas sin hogar para recibir alimento y aseo.

No obstante, el deambulante -que aparenta sufrir de algún trastorno mental- fue atropellado el fin de semana pasado. La conductora se detuvo y pidió asistencia médica, por lo que fue llevado en ambulancia hasta un hospital de la región donde hubo que enyesarle la pierna derecha.

“El domingo por la madrugada vino la ambulancia y lo dejó allí tirado”, señaló Iván Pérez, dueño del negocio ambulante que queda frente al banco donde Daniel se ha estacionado para vivir. Pérez asegura que el lunes encontró al hombre en míseras condiciones, cubierto de sucio y fluidos del cuerpo, que cubrían el área con un fuerte olor.

Aunque presuntamente horas más tarde personal del Municipio lo llevó hasta un hogar albergue, lo regresaron al mismo banco al día siguiente. Daniel dice que no puede precisar a qué hogar lo llevaron, pero alega que le robaron medicamentos que le habían recetado en el hospital para calmar el dolor de la pierna.

“Él, de sus facultades mentales no está muy bien”, señaló el comerciante que ha hecho lo posible por sacar a Daniel del perímetro para ayudarlo, “porque las condiciones en las que está, así, con la pierna rota, no es forma de que él esté ahí”, dijo.

A preguntas de Primera Hora, el alcalde Jorge Esteves confirmó que Daniel es participante del centro diurno Genezareth, ubicado en la calle Victoria, donde se le da alimento y aseo personal.

“Pero en estos casos me veo obligado a informárselo al comisionado de la Policía Municipal, Jorge Cruz, para que pase por allí y tome cartas en el asunto. De una vez, es nuestro deber informarlo al Departamento de la Familia, que debe asumir jurisdicción ya que es una persona deambulante que está en unas condiciones de salud que no son las más adecuadas”, señaló el alcalde. 

Esteves aclaró que a pesar de las ayudas que el Municipio le ha intentado ofrecer, la administradora del Municipio, Yareli Irizarry, le comunicó que el hombre aparenta no estar receptivo a las mismas, pues alegadamente ha rechazado varios acercamientos.

El hombre dice que su familia está en Salinas,  aunque ha perdido contacto con ellos. De su pasado se desprenden varias estadías en la cárcel por delitos como escalamientos y Ley 54, pero asegura que no es usuario de drogas. En su vida ha sido obrero de construcción y “vagabundo” desde los 12 años. 

“A Añasco llegue hace algunos tres meses, por unas misiones que Dios me dio.  Pa’ limpiar una casa del mal, de lo diabólico, y pa’ rescatar almas perdidas, espíritus en cuerpos humanos. Ni conocía este pueblo ni conocía esa casa. Llegué caminando. Me dieron pon varias veces”, concluyó.