Como si se tratara de un sueño, doña Dora Rivera Carrasquillo recibió ayer a voluntarios de los Centros Sor Solina Ferré y GFR Media (El Nuevo Día y Primera Hora), quienes la sorprendieron con un camión cargado con su nueva mudanza.

Tras el paso del huracán María, doña Dora perdió el techo de su casa y todas las pertenencias en su interior. Por esa razón, fue seleccionada por los Centros Sor Solina Ferré para el programa denominado “Abrazo Solidario en Navidad”, que también incluyó la restauración de su hogar en el barrio Caimito de San Juan.

“¿Yo estoy dormida, yo no he desperta’o?, se preguntaba la anciana de 84 años, quien no podía describir la emoción cuando voluntarios llegaron para entregarle muebles, estufa, nevera, lavadora, ropa de cama, cortinas y todos los utensilios de la cocina.

“Estoy tan emocionada que no esperaba nada, pero estas cosas que han venido es porque Dios ha puesto la mano”, dijo Rivera al agradecer las bendiciones recibidas. “Estoy más que agradecida, primero de Dios y después de ustedes… Dios es el que nos da la mano, es él el que nos mueve. Nosotros creemos que nos movemos, pero es él quien nos mueve”, añadió.

Igualmente, recibió emocionada un bolso de materiales para tejer, una de las destrezas que aprendió en los Centros. “Pa’ que me jarte, qué cosa linda. ¡Mira qué chévere!, exclamó.