El viaje continúa...

Comemos y vamos al baño. Así de simple. Lo que nuestro cuerpo desechó se va de nuestras vidas  en un corto remolino de agua que dura apenas unos segundos.

Ah, pero ahí no acaba esto... el viaje continúa.

Bueno, en los hogares que hay pozo séptico sabemos que todo lo que va por la tubería de la casa termina en ese boquete en la tierra, pero esa estadía tampoco es permanente. Esos "almacenes" de inmundicia también deben ser descargados.

Mientras, las residencias, negocios,  industrias, escuelas, hospitales y toda edificación que está conectada al sistema de alcantarillado del país envían su descarga sanitaria a una interesante aventura que transforma lo sucio en limpio y -hasta cierto punto- te regresa el agua al grifo.

Así es que trabaja el sistema de alcantarillado sanitario del país que  recoge y trata las aguas usadas de la comunidad, para devolverlas al ambiente, según explica la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados.

"Las aguas usadas se componen de una parte líquida y otra parte de sólidos (orgánicos e inorgánicos). Además de gases (como ejemplo el oxígeno y el sulfuro de hidrógeno) y de microorganismos vivos. Estos componentes, afectan su pureza y calidad", explica la entidad en su página web.

Joel Cabán, supervisor de la Planta de Alcantarrillado Sanitario Regional de Caguas, guió a este medio por las instalaciones ubicadas en el barrio Bairoa de ese municipio para ser testigos de ese proceso en el que se limpia todo eso que se bota por el inodoro.

Aunque en el lugar hay capacidad para procesar hasta 24 millones de galones de agua al día, al momento de nuestra visita trataba 11.8 millones.

La mayor parte del proceso consiste en remover lo sólido del agua.