Piercings, tatuajes y ahora el “juego de las agujas”. 

El llamado “needle play” que tanto auge cobra en la Isla, a juicio de expertos refleja un comportamiento desafiante, que en otros tiempos se manifestó a través de diferentes juegos, considerados hoy menos impactantes.

En la búsqueda de explorar nuevas cosas, los jóvenes pueden llegar a hacer cualquier cosa, pero según el doctor Luis Landestony, experto en medicina oriental, “hay que definir si son para bien o son simplemente un acto banal”.

La reacción de muchos ante la modalidad del “juego de las agujas”, ha generado controversias entre quienes le rinden culto al cuerpo desde una perspectiva holística.

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Es que el juego de las agujas consiste en aplicar agujas de jeringuilla en la piel de una persona, formando una serie de formas, con el fin de sentir el relieve de las agujas en la piel, tomarle una foto y retirarlo todo en pocos minutos.

“Los seres humanos hacemos cosas porque hay una racionalidad envuelta. El placer por el placer mismo, pertenece a los cinco sentidos externos. La mente está hecha para razonar sobre esa información que recibimos”, apuntó Landestony, quien opinó que el surgimiento de ciertas modificaciones corporales, en sí, son un acto individual, sin sentido de comunidad, que considera “banales”. 

“Si el placer no es racional, es banal”, reiteró.

A sus 60 años, sostiene que el ser humano debe cuestionarse si lo que hace es para bien, o actúa en respuesta a una aberración a la conducta. 

Existen riesgos para la salud

El también secretario del capítulo de Acupuntura del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, advirtió sobre los riesgos que puede enfrentar aquel que se acerque a esta práctica desde negocios donde se vende este tipo de arte corporal.

Landestony, quien ejerce la medicina oriental hace 20 años en la Isla, sostuvo que en estas salas, aunque haya limpieza, no significa que haya esterilización. 

Existen riesgos como contraer celulitis y otras infecciones por bacterias, que naturalmente habitan en la piel, pero que son dañinas al ser humano.

Según dijo, un procedimiento adecuado requiere de un campo estéril. Pasar alcohol por la piel no va a significar que limpie su superficie, señaló. 

Tampoco la presencia de guantes implica que está protegiendo al cliente, pues el que los usa tiene además contacto con otros utensilios y agujas. “El guante es para protegerse él de las personas”, señaló. 

“Un solo paciente que se enferme de esos que van ahí, le producen una carga a la comunidad, pues el Estado no tiene dinero”, opinó, al agregar que las consecuencias de actos egoístas, como lo son buscar placer por placer, afectan negativamente a cualquier ser humano. 

Basado en el conocimiento adquirido desde la medicina oriental, el galeno sostuvo que a diferencia de manipular agujas en un juego, en su práctica (la acupuntura), las agujas se aplican con la finalidad de curar. 

La acupuntura es un procedimiento médico que penetra el campo energético de las personas. 

“El ser humano está compuesto de energía y de materia. La materia es un estado de energía. Si yo acelero la materia la convierto en energía y si desacelero la energía la convierto en materia”, dijo, destacando que “cuando hay distorsión de energía, hay enfermedad”, acotó.

El médico es anfitrión del Instituto de Acupuntura de Caribe, que ubica en la Ave. Monserrate esquina Fidalgo Díaz en Carolina. Para información 787-762-9424.