Bicicletas, scooters, four wheels, triciclos, carritos, patines, patinetas, mini four tracks, carros de control remoto...

En lo que se ha convertido una tradición, cientos de niños y niñas, acompañados por sus padres y otros familiares, se disfrutaron ayer en el parque Luis Muñoz Rivera, en San Juan, los regalos que les dejaron debajo del árbol de Navidad el Niñito Jesús y Santa Clos.

Los chicos y chicas estaban felices correteando con sus juguetes, y muchos de sus padres parecían transportarse a sus años de inocencia.

“Yo le pedí a Santa esta scooter y mucho amor. La scooter para disfrutar, y el amor para la familia”, dijo Génesis Ramos, de 11 años. La niña se divertía con sus padres, Cándido Ramos y Madeline Pérez, residentes de Aguas Buenas. La familia se encontró en el parque con Annety Rivera y su hijo, Alec, de ocho años, quien estrenaba un Big Wheel con un casco protector en forma de tiburón. “Esto me lo trajo el Niñito Jesús”, dijo Alec.

Cuando viste el carro, ¿qué hiciste?

“Me emocioné”, dijo el niño.

Christopher Escobar se disfrutaba los juguetes tanto como sus hijos, Janelys, Sadieli y Christopher.

“El Niñito Jesús escribió que nos portáramos bien. Me sentí feliz porque el Niñito Jesús me trajo un regalito”, dijo Sadieli, de seis años. El Niñito les dejó una iPad de niños a ella y otra a su hermana y una bicicleta a su hermanito.

“Yo me emocioné mucho”, añadió Janelys.

Su padre se reía recordando las travesuras que hacía de niño en el parque. “Veníamos en un combo como de 20 a 30 a correr bicicleta. Nos levantábamos como a las 5:00 de la mañana. Ahora vengo con mis hijos y ya yo no sé ni correr bicicleta”, sostuvo Escobar, residente del sector Puerta de Tierra.

Danny Torres y su esposa Wildamar O’Neill estaban tan emocionados como su pequeño Ángel Daniel, quien iba al volante de un Mini Cooper rojo y blanco descapotado.

“Yo escuché a Santa cuando dijo Jo-jo-jo”, dijo el niño.

“Yo estaba loca con que ese día llegara, el nene lo quería con esa ilusión. La puse en lay away y, cuando llegó el bono, fui a sacarla”, indicó la madre.

Patineta en mano, Yareb Zúñiga Rosa llevaba puesto todo el equipo protector: casco, rodilleras, muñequeras y coderas. “Los nenes deben ponerse el casco para que se cubran y no se den un golpe”, dijo Yareb, de seis años.

Evelyn Burgos, de nueve años, y su hermanita, Joareliz, de seis, practicaban con sus patines. “Yo me he caído 14 veces”, dijo Joareliz.

“Santa nos trajo dos cosas: los patines y unas uñas”, añadió Evelyn, quien al igual que su hermanita llevaba uñas acrílicas pintadas con diseños.